Capítulo 2
-¿Te ocurre algo?
Amanda había vuelto de hacer las compras. No la he oído llegar. Desde la llamada telefónica no he hecho nada más, me senté en un sofá y pensé. Ella me conoce bien, sabe cuando estoy agobiado por algo, lo que siento.
-Antes, mientras hacías las compras, llamaron al teléfono.
-¿Sí? ¿Y quién era?
-No me lo dijo. Sólo pronunció cuatro palabras y colgó. Creo que la voz era la de mi hermano.
-Ah... Tu hermano...
-Creo que volvía a estar bebido. ¿No se supone que lo había dejado?
-Volvió a empezar a beber cuando dejaste de estar en activo. No entiendo por qué, pero es así. No es raro que un bebedor vuelva a caer en el vicio, no le de más importancia.
-Me lo dijo muy serio. Me preocupa. Creo que debo ir a hablar con él. Ah, otra cosa... Me he enterado de que una de estas criaturas está sembrando el caos en todo el mundo. ¿Tú sabes algo? Creo que la han llamado Poseidón, al parecer es una especie de pulpo gigantesco con un tentáculo aterrador.
-¿Una criatura...? No, no se nada. Estamos algo aislados de la ciudad, es normal que no estemos al tanto de lo que pasa en el resto del mundo. Yo tampoco me fijo mucho en esos detalles. -En este momento cambió el tono serio- Bueno, voy a ordenar las compras y comemos, ¡he traído comida para una semana!
Se va a la cocina, donde ha dejado todo lo que ha comprado. Yo me quedo en el sofá, pensando. Era la voz de mi hermano, estoy seguro. La conozco muy bien. Mi hermano siempre ha sido una persona de carácter más bien débil. Cuando algún problema le supera, siempre se va directo al bar, a refugiarse tras la bebida. Es una actitud muy humana que nunca he terminado de comprender. Pero últimamente estaba bien, hacía tiempo que no bebía, ¿por qué habrá retomado la bebida desde que ya no estoy en el ejército? Son muchas preguntas en un mismo día, muchas cuestiones que me desconciertan... ¿Debería ir a hablar con él...? Creo que es la mejor forma de saber si fue él quien me llamó, y ya que estoy, también le hablaría sobre algunos asuntos. Sí, definitivamente, voy a ir a buscarlo.
Amanda había vuelto de hacer las compras. No la he oído llegar. Desde la llamada telefónica no he hecho nada más, me senté en un sofá y pensé. Ella me conoce bien, sabe cuando estoy agobiado por algo, lo que siento.
-Antes, mientras hacías las compras, llamaron al teléfono.
-¿Sí? ¿Y quién era?
-No me lo dijo. Sólo pronunció cuatro palabras y colgó. Creo que la voz era la de mi hermano.
-Ah... Tu hermano...
-Creo que volvía a estar bebido. ¿No se supone que lo había dejado?
-Volvió a empezar a beber cuando dejaste de estar en activo. No entiendo por qué, pero es así. No es raro que un bebedor vuelva a caer en el vicio, no le de más importancia.
-Me lo dijo muy serio. Me preocupa. Creo que debo ir a hablar con él. Ah, otra cosa... Me he enterado de que una de estas criaturas está sembrando el caos en todo el mundo. ¿Tú sabes algo? Creo que la han llamado Poseidón, al parecer es una especie de pulpo gigantesco con un tentáculo aterrador.
-¿Una criatura...? No, no se nada. Estamos algo aislados de la ciudad, es normal que no estemos al tanto de lo que pasa en el resto del mundo. Yo tampoco me fijo mucho en esos detalles. -En este momento cambió el tono serio- Bueno, voy a ordenar las compras y comemos, ¡he traído comida para una semana!
Se va a la cocina, donde ha dejado todo lo que ha comprado. Yo me quedo en el sofá, pensando. Era la voz de mi hermano, estoy seguro. La conozco muy bien. Mi hermano siempre ha sido una persona de carácter más bien débil. Cuando algún problema le supera, siempre se va directo al bar, a refugiarse tras la bebida. Es una actitud muy humana que nunca he terminado de comprender. Pero últimamente estaba bien, hacía tiempo que no bebía, ¿por qué habrá retomado la bebida desde que ya no estoy en el ejército? Son muchas preguntas en un mismo día, muchas cuestiones que me desconciertan... ¿Debería ir a hablar con él...? Creo que es la mejor forma de saber si fue él quien me llamó, y ya que estoy, también le hablaría sobre algunos asuntos. Sí, definitivamente, voy a ir a buscarlo.
*****
Capítulo 3
Capítulo 3
-¡Lárgate de aquí, impostor! ¡No quiero verte más! ¿No te quedó claro la última vez que nos vimos? ¡Deshecho!
Me ha costado mucho encontrar a mi hermano, pues no tiene casa. La perdió debido a su alcoholismo. Intentó recuperarla en el tiempo que estuvo sin beber, cuando tenía las ideas claras, sin resultado. Pero ahora... ahora vive en las calles de la ciudad, de un lado para otro, sin destino fijo, de bar en bar. No sé cómo le queda dinero aún para seguir bebiendo. Nada más verme, lo primero que hizo fue tirarme una botella rota que tenía al lado. Pude esquivarla.
-Pero si no quieres verme, entonces, ¿por qué me llamas? Porque estoy seguro de que ayer por la mañana fuiste tú quien me llamó.
-Sí, sí, fui yo, ¿algún problema, perro? -Intentaba ponerse de pie, pero no podía. Estaba débil, casi sin fuerzas. Pero no borracho, ahora mismo. Posiblemente fuera la noche anterior en la que se pasó con la bebida, y hoy no puede con su cuerpo.
-¿Por qué este odio repentino hacia mí? Siempre nos hemos llevado bien, desde pequeños. Rara vez nos hemos peleado, pero sin embargo desde...
-¿Desde que dejaste de estar en activo? -Se rió maliciosamente- ¿Has pensado que tu vida va demasiado bien desde que dejaste el ejército? ¿Te has planteado si esta vida es tuya realmente? Mira, engendro, si ni siquiera te conoces a ti mismo, no quieras venir aquí ahora y arreglar algo que no tiene arreglo. Déjame tranquilo. -En ese momento consiguió ponerse en pie, y apoyado en las paredes, fue avanzando viendo como yo, atónito ante sus palabras, me quedaba quieto. Aprovechó para golpearme con el hombro mientras se iba y dejó la calle, dejándome de pie, impresionado por las palabras que había dicho. ¿Tendrá algo que ver estos extraños pensamientos que me acosan cada mañana con las palabras de mi hermano? Y ese comentario sobre el ejército... ¿qué puede tener en contra de que ya no me requieran los superiores? Supongo que convinieron que ya había prestado el suficiente servicio y que podía irme a casa con mi mujer. A todo esto... ¿cuál fue mi última misión? No lo recuerdo... ¿Cómo que no lo recuerdo...? Si tengo todos mis recuerdos desde hace unos meses hasta aquí, y sé perfectamente quien soy. O eso creo... Vaya, empieza a llover.
Me ha costado mucho encontrar a mi hermano, pues no tiene casa. La perdió debido a su alcoholismo. Intentó recuperarla en el tiempo que estuvo sin beber, cuando tenía las ideas claras, sin resultado. Pero ahora... ahora vive en las calles de la ciudad, de un lado para otro, sin destino fijo, de bar en bar. No sé cómo le queda dinero aún para seguir bebiendo. Nada más verme, lo primero que hizo fue tirarme una botella rota que tenía al lado. Pude esquivarla.
-Pero si no quieres verme, entonces, ¿por qué me llamas? Porque estoy seguro de que ayer por la mañana fuiste tú quien me llamó.
-Sí, sí, fui yo, ¿algún problema, perro? -Intentaba ponerse de pie, pero no podía. Estaba débil, casi sin fuerzas. Pero no borracho, ahora mismo. Posiblemente fuera la noche anterior en la que se pasó con la bebida, y hoy no puede con su cuerpo.
-¿Por qué este odio repentino hacia mí? Siempre nos hemos llevado bien, desde pequeños. Rara vez nos hemos peleado, pero sin embargo desde...
-¿Desde que dejaste de estar en activo? -Se rió maliciosamente- ¿Has pensado que tu vida va demasiado bien desde que dejaste el ejército? ¿Te has planteado si esta vida es tuya realmente? Mira, engendro, si ni siquiera te conoces a ti mismo, no quieras venir aquí ahora y arreglar algo que no tiene arreglo. Déjame tranquilo. -En ese momento consiguió ponerse en pie, y apoyado en las paredes, fue avanzando viendo como yo, atónito ante sus palabras, me quedaba quieto. Aprovechó para golpearme con el hombro mientras se iba y dejó la calle, dejándome de pie, impresionado por las palabras que había dicho. ¿Tendrá algo que ver estos extraños pensamientos que me acosan cada mañana con las palabras de mi hermano? Y ese comentario sobre el ejército... ¿qué puede tener en contra de que ya no me requieran los superiores? Supongo que convinieron que ya había prestado el suficiente servicio y que podía irme a casa con mi mujer. A todo esto... ¿cuál fue mi última misión? No lo recuerdo... ¿Cómo que no lo recuerdo...? Si tengo todos mis recuerdos desde hace unos meses hasta aquí, y sé perfectamente quien soy. O eso creo... Vaya, empieza a llover.
*****
Capítulo 4
Capítulo 4
-Amanda... ¿tú recuerdas cuál fue la última misión que me encomendaron en el ejército?
Esta duda me acosa desde que volví de ver a mi hermano, hace pocas horas. Desde que no estoy activo no hemos hablado del tema. Ella se da la vuelta en la cama para mirarme, parece sorprendida por la pregunta.
-Y eso, ¿a qué viene?
-Ya sabes lo que me ha dicho mi hermano. Esa risa me dejó pensativo.
-Estás tú muy pensativo últimamente.
-No te enfades, mujer. Es solo que en poco tiempo me han surgido muchos interrogantes alrededor de lo del ejército. Además, está lo de esa criatura que mata soldados, ¿por qué no me han llamado? A pesar de que no esté activo oficialmente, es típico que llamen a luchar a todo aquél que haya tenido algo que ver con ellos.
-¡Pero qué dices! ¡Tú ya hiciste lo que debías hacer! -Se ha incorporado bruscamente en la cama. Me mira fijamente a los ojos. Parece que las lágrimas van a salir de sus ojos de un momento a otro si sigo con este tema.
-Sí, tienes razón. Perdona por sacar el tema, entiendo que no te agrade. Han sido muchas veces las que has podido perderme.- La beso en la mejilla. Ella se vuelve a recostar sin decir una palabra más. No quiero hacerle daño ahora que ya no me reclaman para luchar, pero este tema me sigue provocando muchas dudas. Ni mi hermano ni mi mujer parece que quieran darme ninguna información ni sobre mi cesión obligada del ejército y lo que hice antes de eso, ni sobre la criatura, ni sobre mí mismo. Estoy perturbándome por algo que quizá no tenga importancia, pero que quizá sí. Quiero saber. Pero hoy ya no puedo hacer nada más, estoy cansado... Sólo queda dormir...
Esta duda me acosa desde que volví de ver a mi hermano, hace pocas horas. Desde que no estoy activo no hemos hablado del tema. Ella se da la vuelta en la cama para mirarme, parece sorprendida por la pregunta.
-Y eso, ¿a qué viene?
-Ya sabes lo que me ha dicho mi hermano. Esa risa me dejó pensativo.
-Estás tú muy pensativo últimamente.
-No te enfades, mujer. Es solo que en poco tiempo me han surgido muchos interrogantes alrededor de lo del ejército. Además, está lo de esa criatura que mata soldados, ¿por qué no me han llamado? A pesar de que no esté activo oficialmente, es típico que llamen a luchar a todo aquél que haya tenido algo que ver con ellos.
-¡Pero qué dices! ¡Tú ya hiciste lo que debías hacer! -Se ha incorporado bruscamente en la cama. Me mira fijamente a los ojos. Parece que las lágrimas van a salir de sus ojos de un momento a otro si sigo con este tema.
-Sí, tienes razón. Perdona por sacar el tema, entiendo que no te agrade. Han sido muchas veces las que has podido perderme.- La beso en la mejilla. Ella se vuelve a recostar sin decir una palabra más. No quiero hacerle daño ahora que ya no me reclaman para luchar, pero este tema me sigue provocando muchas dudas. Ni mi hermano ni mi mujer parece que quieran darme ninguna información ni sobre mi cesión obligada del ejército y lo que hice antes de eso, ni sobre la criatura, ni sobre mí mismo. Estoy perturbándome por algo que quizá no tenga importancia, pero que quizá sí. Quiero saber. Pero hoy ya no puedo hacer nada más, estoy cansado... Sólo queda dormir...
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