lunes, 31 de diciembre de 2007

Un año que se va...

...y otro que viene...
...y yo seguiré aquí, igual que siempre.

Mi vida no va a cambiar en nada en mucho tiempo ¿Eso es bueno?
Teniendo en cuenta que mi vida me gusta tal y como está ahora mismo, sí. Tengo grandes amigos, unos estudios que me encantan, amigos también en internet, y muchos proyectos que quiero llevar a cabo a lo largo de todo el año. Por eso... ¡que venga el 2008!

Feliz año nuevo a todos!

lunes, 24 de diciembre de 2007

¡Feliz navidad!

A pocos minutos antes de irme a Cádiz para celebrar la nochebuena, no podía irme sin antes desear a todos mis lectores que esta noche os lo paséis muy bien, que os regalen mucho si celebráis Papá Noel, y que no cojais una cogorza demasiado grande, que luego vienen las vueltas las cirrosis y no xD

¡FELIZ NOCHEBUENA Y NAVIDAD A TODOS!

sábado, 22 de diciembre de 2007

Mi fondo a lo Mac

Usando un tutorial que ya pondré (no me funcionan las imágenes en blogger ahora mismo), hice este fondo de pantalla:

Espero que os guste. Sois libres de usarlo y distribuirlo.

jueves, 20 de diciembre de 2007

Sobre el botellón y la bebida

"Vamos a cogerla mortal esta noche" o "Vamos a comprar bebidas para salir" son frases muy comunes hoy en día, desde chicos muy jóvenes hasta los que no son tan jóvenes.

La bebida hoy se ha convertido en un requisito a la hora de salir para divertirse. Parece que sea un requisito: si no bebes, no te diviertes. Vale, pues bebamos.
Bebamos, bebamos mucho, tanto que vomitamos, tenemos que irnos a casa arrastrando, volvemos a vomitar, nos acostamos en un banco para que papá no nos de una paliza, o entramos en casa despacio para que no se despierte. Al día siguiente tenemos un dolor de cabeza importante, y no nos acordamos del día anterior, que prometía ser muy divertido, porque había bebidas. ¿Merece la pena?

Desde mi punto de vista (y creo que tan exagerado como lo he puesto), es obvio que no. Ojo, no critico el salir y beber un par de copas, pero ¿es necesario coger esos grandes pedos para divertirse?

En mi caso, no he probado ni una gota de alcohol, ni tengo intención. Me basta con pasar media hora con mis amigos para estar riéndome un buen rato, para pasar buenos momentos.
Es simplemente alguna vez que he estado enfermo de la barriga y he tenido que vomitar, y he pensado "Si bebiendo se siente algo igual que esto, paso".

Creo que para divertirse sobra con buena compañía y un tema de charla para pasar un buen rato, sin necesidad de beber y sin coger grandes borracheras.

Y vosotros, ¿Qué opináis?

Espero haber expresado bien mi idea, y que me entendáis y opinéis.

lunes, 17 de diciembre de 2007

Fedora 8: Impresiones del LiveCD

Hace unos días, me puse a descargar distribuciones. En concreto, Mandriva 2008, Freespire y Fedora 8. En esta última tenía especial interés por alguna razón, será que he leído bastante sobre ella, y muy bueno. La cosa es que me puse a descargar sus torrent, y ayer ha sido cuando he decidido grabarla, en CD Vivo de Gnome.

Al iniciar la distribución, encontramos una cuenta atrás, y tras eso, la pantalla en negro con el texto informando del estado del inicio. Me extrañó que no hubiera usplash. Tras la espera, un bonito GDM con tonos azules, y tras un minuto de espera para que entrara automáticamente, por fin entró en Gnome. Todo esto, realmente, pasó bastante rápido para ser un LiveCD.

Una vez en Gnome 2.20, me encontré un entorno bastante rápido y estable. Empecé a curiosear en los menús, encontrando aplicaciones más o menos actualizadas (no iba a esperar tener Firefox 2.0.11, claro) y muy variadas. Había algunas que no conocía. Todo en los menús muy bien estructurado, y un aspecto muy cuidado (me mola el wallpaper que trae por defecto), pero... yo soy pro-XFCE, no puedo evitarlo, y también uso mucho Audacity. Empecé a buscar algo parecido al Synaptic, con Zero en Pidgin asesorándome, tras haber conseguido que entrara en internet. La aplicación de instalación de programas gráfica no funcionaba, tiré de Yum (el "apt" de las distros RPM), y me dí cuenta de que no podía usar Sudo tan fácilmente. Era fácil hacer que lo pudiera usar, pero preferí hacer "su" que al caso es lo mismo. Tras instalar Apt, me funcionó la aplicación gráfica propia, y me dí cuenta de que XFCE es 4.4.1 (mola) y Audacity 1.3.2 ¡Douh! ¡no me mola la 1.3! Tras buscar encontré un paquete de 1.2.5, pero esto no es apt, no resolvió dependencias.

En definitiva, lo vi todo muy bien situado, con buenas aplicaciones, muy estético y práctico, y muy estable. El problema: La paquetería y el programa de instalación, no es tan simple como un Synaptic o un Apt, pero eso se puede arreglar.

Quizá en un futuro me decida a instalarlo.

Adeus!

viernes, 14 de diciembre de 2007

Vida universitaria

Ya sentía que tenía que actualizar esto...
¿Qué tal todo, señores? Espero que bien. Yo no me puedo quejar, mi nueva monotonía de universitario me gusta.

De lunes a jueves, las clases empiezan a las 9AM. Como vivo en Puerto Real, toca levantarme a las 7 para coger un bus a las 7:40, llegando allí a las 8:30 más o menos (si no hay tráfico, si no se cuela a las 8:45 y la carrera a la facultad no es chica), y voy a mi ritmo acompañado por Pater (y Anira algunos días) para la facultad, que está a unos 10 minutos a paso lento de la parada.

Una vez allí, te encuentras un edificio feucho por fuera (no he encontrado fotos, lo siento), pero por dentro de preciosa: cristaleras enormes, grandes pasillos, aulas muy grandes... menos la mía. Nos han metido la mayoría del tiempo en un zulo con una ventana que sirve para dar luz donde se agobian hasta los profesores. Las mesas no son propiamente eso, sino una silla con una pala que se desmonta, mu chica. Imaginaros dos horas tomando apuntes en "Introducción a la literatura española" en una de esas.
Esta asignatura, a la que llamo "Introducción" o "Literatura" según me de, la imparte una mujer muy extraña con gafas naranjas también extrañas, que no es de Cádiz ni queriendo y que vacila de cultura. En ella, se nos explica, como su nombre indica, asuntos básicos de la literatura: situación temporal, recursos expresivos... pero es un muermo. Los alumnos participamos poco, y de momento todo lo que hemos hecho es sentarnos, analizar un poema y una hora y media la profesora largando y nosotros tomando apuntes... y en el zulo este, que levantas la vista y te mareas...

Menos mal que antes y después de esta asignatura, los lunes y los martes, tengo "Francés" y "Problemas y métodos en la sintaxis del español" sucesivamente.
En la primera, me matriculé pensando que iba a ser continuación del bachiller. Pues no, es vuelta a lo mismo. De hecho, empezamos diciendo "yo me llamo Adrián y tengo 18 años y vivo en Puerto Real" (claro que cada uno con sus datos), pero vamos bastante rápido, y siempre viene bien repasar cosas anteriores. La profesora mola, es muy "de instituto".
La segunda, de nombre tan largo y abreviada "Sintaxis", trata sobre justamente eso. La impersonalidad, los pronombres, verbos auxiliares... etc. Está muy interesante, no hay exámenes y todo se hace en internet, ya que dos de las cuatro hora son no-presenciales. Esto de hacerlo todo en internet es bueno y malo, ya que es una asignatura-piloto del Plan Bolonia que tan poco me gusta, en el que todas las asignaturas serán así, con el Aula virtual (que así se llama el espacio dedicado a cada asignatura) por bandera. La cosa es que ya he hecho dos trabajos, y tengo 27,7 sobre 30. Nada mal, ¿eh? El profesor explica fenomenal, de los que más diría yo.
Estas tres asignaturas van en este orden el lunes y el martes, siempre igual: "Francés", "Literatura" y "Sintaxis", cada una de dos horas. El lunes Literatura sólo tiene una hora, y el martes Sintaxis es no-presencial.

Los miércoles únicamente tengo "Fonética y fonología", una asignatura extraña, pero muy entretenida. Nos dedicamos a eso, a ver cómo se pronuncian los sonidos del español, y a transcribirlos. Es curioso el grado de complejidad que puede alcanzar un aparato fonador. Lo mejor que tenía (ya no, lástima) era que el profesor se basa en el ordenador, y para proyectar lo que hacía usaba un cañón, que no funcionaba bien. La imagen de ese hombre, alto, subido a una silla con los brazos levantados y con el mando a distancia del cañón y éste sin encenderse, no la olvidaré. Dura dos horas, y sólo es este día.

Los jueves, "Lingüística", "Latín" y "Lingüística del texto y análisis del discurso" ("Análisis del texto" para abreviar). La primera la da un profesor que parece aburrido y que se va mucho por las ramas pero a esa hora entretiene, con una materia muy abstracta referida a la lengua. En la segunda, ahora mismo estamos haciendo repaso del bachiller, pero en mejores condiciones. Al menos, el profesor (algo amanerado, todo hay que decirlo) nos da un método para saber qué subordinadas hay (en el instituto la profesora decía: "'ut' puede ser, X, Y, Z; id comprobando hasta que tenga sentido la frase"). De momento nada difícil, pero según me dicen con la poesía sube. En la tercera damos materia referida a la conversación y al texto, muy entretenida e interesante. Tampoco tiene examen, únicamente dos trabajos de tema también interesante. Esta la imparten dos profesores: el mismo de Lingüística, que a esta hora es insoportablemente aburrido; y una profesora muy entretenida y con la que todo queda claro. Dos horas de la primera, y una de la segunda y tercera.
El viernes mola. Dos horas de Latín, y dos de Análisis del texto, pero entramos a las 10AM. Oye, que dormir una horita más siempre se agradece.

En la casa, las tardes se van volando. En el PC últimamente no hago nada de otro mundo, solo navego, entro en Al compás gaditano, reviso mis RSS y leo periódicos electrónicos. Por messenger me paso poco, debido a que la mayor parte de la tarde la dedico a repasar y pasar apuntes en limpio.

En el puente de la Inmaculada, Pater y yo nos fuimos a Sevilla a pasar unos días con Dafne. No sabía yo que uno se podía divertir tanto jugando a las películas, ahí queda eso... Vimos algunos lugares que teníamos ganas de visitar, y estuvimos echando un ojo en la enorme Feria del Libro de allí. Había un libro de mitología de todo el mundo que me encantó, pero yo me cuelo en mi casa con un libro a un mes de Reyes, y mi familia me capa, o sea que me abstuve de hacerlo.

· · · ·

Y aquí concluye esta entrada. He tenido ganas de redactarla para que sepáis qué está haciendo la persona que da sentido a vuestra vida estos meses (venga sí, Gadi, sigue soñando picha). Espero no haberos dado demasiado la brasa.

Dentro de una semana acaban las clases para las vacaciones de navidad, postearé mas si se me ocurren tema, claro.

Adeus!

jueves, 22 de noviembre de 2007

Billetess solo de ida


No hay vuelta atrás. Cuando alguien se va, ya sea de forma cruel o no, no hay forma de hacerla volver, por mucho que nos duela.

Hoy hace un mes desde que Juan Antonio Cebrián falleció. Os preguntaréis, ¿quien era?, pues era un gran locutor de radio a cargo de uno de los programas que más me engancharon: la rosa de los vientos, un programa muy variado donde se hablaba de cine, de mitos, y de personajes de la historia, monográficos que tan magistralmente daba a conocer, que hacían que la historia fuera interesante.

Un gran profesional, y por lo que leo, una gran persona, a la que un infarto se llevó apenas a los 41 años. Los que lo escuchamos alguna vez en su programa, que este año cumplía su décimo aniversario, no podremos olvidarlo.

No soy de dar el pésame, así que desde aquí, mis ánimos a su mujer.

Una entrada corta, y tampoco nada del otro mundo, pero llevo queriendo escribir algo en su honor desde que ocurrió.

Firefox 3 Beta 1

Ante de ayer fue el día en el que (por fin) se publicó la primera Beta de lo que será Firefox 3.0, cargado de novedades muy interesantes... y a mi me faltó tiempo para probarlo, por supuesto. Aquí os traigo un pequeño análisis que tenía ganas de hacer, con las características y novedades más vistosas y que más me han llamado la atención.

Vamos a empezar por lo que no se ve por fuera.
Protección contra malware (a los linuxeros nos da igual esto), protección mejorada contra phishing, cambios para reducir mucho el consumo de RAM y de procesador (más visible en próximas betas), mejor gestión de contrasñeas, y marcadores mediante SQLite (base de datos).

Vamos ahora con lo que se puede apreciar en la interfaz:

Aquí está la aplicación nada más abrirse:



Ya se soportan los widgets de GTK en Linux, por fin, como debía haber sido desde el principio. Aquí lo vemos con los widgets del tema Aurora, arriba lo vimos con los de Clearlooks.



Podemos añadir un nuevo elemento a las barras de herramientas, que nos permite seleccionar el tamaó de los ya existentes, como la barra de direcciones o de búsqueda.



Es posible añadir marcadores pulsando en una estrella que nos aparece a la derecha de la barra de direcciones:


Se aprecia una mejoría a la hora de añadirlos. Si pulsamos en las flechas, nos saldrá una lista de las carpetas que tenemos y de las etiquetas que hallamos aplicado anteriormente.


Ventana de Marcadores más organizados y accesible:



Tenemos, por fin, Zoom completo. Ahora se amplían las imágenes y el texto a la vez. Aquí podéis ver un ejemplo con mi blog.



Hay un nuevo y mejorado gestor de descargas:


Con él podemos pausar y cancelar las descargas, buscar entre las realizadas, solicitar información del archivo y abrirlo. Funciona bastante bien, pudiendo retomar descargas interrumpidas. Que me vaya tan lento es otra cosa xD


Al pulsar sobre el Favicon de la barra de direcciones, es posible conocer de quien es propiedad:



Nueva y mejorada ventana de información de la página, mucho más accesible y completa:



Existe un nuevo ¿menú? en la barra de marcadores que nos da estadísticas sobre éstos:

Poco útil, al menos para mi... DATO: Se puede remover.

AÑADIDO: El historial tiene Favicons, realmente es util si distinguimos webs por éstos, como es mi caso, que entre historial y marcadores me fijo mas por el fav.

Pues así, grosso modo, es este Firefox 3 beta 1. Esperaremos que en siguientes betas nos muestren ya la interfaz para Linux definitiva (es medio Tango, y eso me gusta), y esas famosas mejoras para que gaste menos RAM.
Como es lógico, aún muchas extensiones no funcionan. En mi caso, ni Stylish, ni Greasemonkey. Ya lo arreglarán con la versión final.

Para descargarlo y probar, pasaos por aquí:
Descargar Firefox 3 beta 1.

Espero que os haya gustado la entrada.

Enlaces de internés:
Probando Firefox 3 beta 1 en Ubuntu Life.
Algunos apuntes sobre Firefox 3.0 beta 1 en Genbeta.
Firefox 3 en 120% Linux.

Aurora GTK engine

Hace unos días descubrí este engine para GTK (librería que usan Gnome y XFCE, por ejemplo), y he querido que los linuxeros que me leen lo conozcan.

Es muy estético, personalmente no he visto ningún GTK como este, me gusta mucho el estilo. El problema reside en que si tienes una tarjeta gráfica normalita, quizás te resulte lento. Pero por probarlo, que no quede.

Os voy a poner algunos enlaces para instalarlo y descargar algunos temas:

Paquetes RPM/Deb:
Aquí.
Paquete TAR para instalar desde las bases + 3 temas básicos:
Aquí.
Más temas:
Pon Aurora en Buscar.

Ese de ahi arriba es el que uso, Aurora-looks, basado en Clearlooks (gadi y clearlooks? anda ya)

Bueno, espero que os guste y que esta entrada os haya servido de algo.
Adeus!

sábado, 17 de noviembre de 2007

Todo de "Las cuatro rosas"

Todos los capítulos de Las cuatro rosas, de Manuel "el Pater":

Metal Gear Solid: Portable Ops

Metal Gear Solid: Portable Ops es un juego para la consola PSP, el cual empecé a jugar debido a la afición que llegué a coger en Metal Gear Solid 3, y este juego es una secuela del mismo. En él se nos vuelve a poner en la piel de Bigg Boss, Snake, que empezará la historia en prisión, retirado de FOX. Se entera de que ha pasado algo que está relacionado con él, a intentará limpiar su nombre. Para ello ayudará a escapar a otro soldado, y desde ahí empieza la verdadera trama.

El juego está muy bien. El apartado técnico, digno de PS2. Las secuencias son dibujos medio estáticos y medio animados, de una calidad considerable, los gráficos normales son en 3D y el sistema de juego es como un MGS normal, lejos de lo visto anteriormente en Acid, que, personalmente, no me gustó nada. Aunque faltan botones del mando de PS2, el manejo es espléndido.

Como novedad hay que resaltar que se pueden reclutar soldados, con los que podrás formar equipos de espías, de técnicos, de médicos, e incluso equipos de ataque con los que podrás ir avanzando. Ellos se esconderán en cajas, y se ofrece la posibilidad de acercar un cuerpo dormido o inconsciente a uno de ellos, que se lo llevará para reclutarlo.

En definitiva, un juego que mezcla un gran argumento, con el sistema clásico mas novedades que hace que el tiempo se te vaya rapidísimo. Lo mejor de camino a la facultad :D

¡Altamente recomendado por gadi!

viernes, 16 de noviembre de 2007

X

Dentro de poco, el mundo se va a acabar. Pero antes de ello va a producirse una gran lucha entre los Dragones del Cielo y los Dragones de la Tierra. Unos quieren salvar el mundo y otros quieren destruirlo para cambiarlo. En medio de todo esto está Kamui Shiro, el elegido, quien deberá elegir qué futuro sucederá uniéndose a uno de los dos bandos. Los contendientes de ambos grupos se reunirán en la ciudad de Tokyo. Él desea proteger a sus seres querido, pero lo que no sabe es que el futuro está predeterminado... ¿o no?

Los personajes tienen una personalidad muy humana, no son para nada planos. Este planteamiento nos hace reflexionar sobre muchos aspectos, si vemos el anime más allá de la historia. Esto es algo típico en las series de CLAMP: se nos plantea un argumento sencillo o no muy desarrollado para acabar en una reflexión elaborada.

A mi personalmente, el anime me parece que va decayendo con los capítulos. Empieza muy espectacular, pero va decayendo hasta un final que realmente me defraudó, por lo poco comprensible. No se me ocurre ninguna otra alternativa, pero este no me ha gustado. Aparte de que Kamui, el protagonista, va perdiendo carisma conforme pasan los capítulos.

Hay también una película con el mismo nombre. Es una versión muy simplificada y alternativa de la serie. Sólo hay escenas de acción (más crudas que en la serie), y el carácter de los personajes se ha simplificado hasta el mínimo. Para mí sólo destaca por el diseño de personajes, diferentes de la serie y mucho más artísticos.

De todos modos, a todos aquellos que les guste la ficción, y las series de CLAMP que tienen un sentido más allá de la historia, os la recomiendo. La serie para reflexionar un poco, y la película si queréis ver acción, aunque realmente la película es prescindible.

Las cuatro rosas, capítulo X

LAS CUATRO ROSAS

X


Pasaron 4 meses y Ana, recuperada de las lesiones que ella misma se produjo tuvo que comparecer ante el juez, que le dijo: “Señorita Márquez, cuente usted las razones que le llevaron a asesinar a Jesús García y a Juan Pérez”. “Si me permite, señoría, me gustaría contar una historia que aclarará dos casos” dijo Ana con la cabeza agachada sentada justo en frente del juez. “Proceda” dijo el Juez acomodándose en el sillón. Ana subió la mirada y dijo: “Hace unos 5 o 6 meses fui a casa de mi amiga Sara, y mientras ella se duchaba entré en la carpeta donde se le guardaban las conversaciones con las personas a través del Messenger. Miré una que eran las que había tenido con Jesús y allí vi como Jesús le declaraba su amor, le decía que la amaba, que si estaba conmigo era porque yo le daba pena. A mí como puede usted imaginar, señoría, los celos me comieron y estuve durante mucho tiempo pensando en qué podía hacer para vengarme de Jesús y de Sara, que me había ocultado algo que me incumbía a mí tanto. Tras pensar se me ocurrió algo, aproveché una tarde en la que no tenía clases de inglés y en la que Sara estaba de compras para entrar en el Messenger de Sara haciéndome pasar por ella y hablé con Jesús. Le dije que había estado pensando, que lo quería y que quería que estuvieran juntos. Pero a mí no me bastaba con eso, quería saber cuánto la quería y hasta donde era capaz de llegar por ella, así que le dije que la única manera de que ellos pudieran estar juntos era matando a Manuel. Y mi sorpresa fue que a la noche siguiente Manuel murió asesinado por su hermano. Estaba tan furiosa que en cuanto la encontré, cogí la ropa llena de sangre de Jesús y la entregué a la policía, quería que ese cabrón se pudriera en la cárcel por haberme engañado y querer ponerme los cuernos con otra, con mi amiga. Y así lo hice, lo entregué, nadie iba a sospechar de mí, piensen, ¿Qué persona iba a inculpar a otra persona siendo ella la culpable?, pues una que sabía que, en caso de que Jesús cantara, la mayor perjudicada iba a ser Sara. Y así fue, ella fue la que pagó. Con lo que yo no contaba era con que Jesús se escapara de su celda para ir a matarme, pero por suerte me adelanté y lo maté a él. No quería, pero yo no quiero ir a la cárcel así que tuve que liquidar al único testigo de mi asesinato, Don Juan, pobre hombre. Sara… pues Sara no es más que una tonta que se mató, no supo aguantar, mi castigo para ella era que sufriera dentro de la cárcel, pero el castigo que ella se ha dado, aún me gusta más. Y eso es todo señoría, sé que me pueden caer muchos años, pero qué más me da, no tengo antecedentes, estaré fuera en nada de tiempo, pero a esos cabrones les queda toda una vida de condena en el infierno.” El juez dictó sentencia: “Señora Márquez, queda usted condenada a 50 años de cárcel por los asesinatos de Jesús García, Juan Pérez y Manuel García.
Dos agentes se fueron hacia la joven y la prendieron, ella se resistía pero la llevaban forzosamente hacía la puerta. En el forcejeo que mantenía con los agentes consiguió quitarle la pistola a uno de ellos. La tomó, aun teniendo las manos esposadas y la subió hasta su pecho, al llegar a él dijo: “No iré a la cárcel, yo siempre gano” Ana apretó el gatillo y se disparó en el corazón cayendo muerta al suelo de la sala mientras la sangre fluía por la herida producida por la bala. Todos en la sala quedaron atónitos con la escena y el silencio se apoderó de los presentes.

David entró por la puerta del cementerio vestido con un abrigo negro y un gorro y se dispuso a buscar una lápida de entre las muchas que allí había. Se paró en frente de una en la que decía: “Aquí yace Ana Márquez, cuyos celos y odio han hecho que hoy esté aquí, descanse en paz”. David cogió cuatro rosas y las arrojó encima de la lápida diciendo: “Todos han vuelto a ser polvo, tú, como siempre, le llevas la contraria, toma, cuatro rosas, una por cada vida que mataste, ya que tú nunca has tenido”. Se dio la vuelta y se marchó de allí con lágrimas en los ojos y las manos en los bolsillos. Cuando David salió del cementerio, una ráfaga de viento recorrió el cementerio por todos sus rincones y por el aire volaba una rosa que se fue a posar en la lápida de Ana.

Fin

por: el Pater

Espero que os haya gustado :D

martes, 13 de noviembre de 2007

Las cuatro rosas, capítulo IX

LAS CUATRO ROSAS

IX


Nada más los policías salir de casa de Don Juan, meterse en el coche y salir de la Plaza de las Rosas, una persona oculta detrás de unos cubos de basura salió de su escondite y se dirigió hacia la plaza, allí estaba Ana, sentada en uno de los bancos. El escondido estaba viéndola de espaldas, ya que el banco miraba en la misma dirección que él lo hacía. Sacó un cuchillo de entre las ropas de una gabardina negra y se dirigió muy sigilosamente hacia Ana. Al llegar a ella le dijo: “Hola Ana, mira, tengo un regalito”, sacó para que pudiera verlo el cuchillo que aún tenía restos de sangre, de la sangre de Manuel. Ana se levantó rápidamente del banco, se dio la vuelta con cara asustada pero muy segura y serena mirando hacia la otra persona y le dijo: “Hola Jesús, yo también”. Dicho esto Ana sacó de su bolso un cuchillo, impoluto y rápidamente se lanzó hacia Jesús. Poco tiempo tuvo éste en reaccionar, porque cuando se quiso dar cuenta ya Ana estaba encima suya, forcejearon durante un momento hasta que finalmente se le cayó el cuchillo a Jesús. Ana, aprovechando que su novio no estaba armado, empuñó fuertemente su cuchillo y apuñalo tres veces a Jesús, una en el pecho, otra en el cuello y la otra en el abdomen. Jesús cayó al suelo, en el mismo lugar donde lo hizo su hermano, y lo hacía exactamente igual que él, muerto y derramando sangre que formaba un charco en el suelo como un colchón esperando a que Jesús durmiera en él.
Ana quedó mirando el cuerpo inerte de Jesús con una respiración muy acelerada. Miró de pronto hacia la ventana del número 2 y vio allí a Don Juan, contemplando la escena, al percatarse éste de que Ana le había visto, se desplazó hacía atrás buscando el teléfono. Ana vio como cogía el teléfono e interpretó que llamaba a la policía. No podía estar presa, no podían capturarla, tenía que impedir que Don Juan llamara a la policía así que salió corriendo, cuchillo en mano, hacia el número dos. La puerta estaba abierta, pues así había querido Don Juan que los policías la dejaran, así que Ana entró sin problemas. Subió dos pequeños escalones y entró en el salón, ahí estaba Don Juan, sentado en su silla de ruedas y gritando por teléfono: “Asesinato en la Plaza de las Rosas, Ana…”. La comunicación se cortó ya que Ana con el cuchillo había cortado el cable del teléfono. Don Juan quedó con el teléfono en la mano mirando fijamente a Ana, muerto de miedo, temblaba viendo la mirada enloquecida de aquella joven a la que tantas veces había visto a través de su ventana. “Qué me vas a hacer?” dijo Don Juan con la voz temblorosa. “Nada, sólo matarte, no puedo dejar que me cojan, no puedo, y si vives, me delatas” contestó Ana. Don Juan dijo: “Si tú quieres no te delataré, déjame vivir y vete y ya me inventaré alguna coartada, pero no me mates”. Ana lo miró a los ojos, se le acercó y le susurró al oído: “No puedo correr ese riesgo”. Dicho esto empuñó más fuertemente el arma y le dio una puñalada en el abdomen, se retiró y le propinó una en el cuello y la última y sentenciadora en el corazón. Don Juan quedó con la mirada ciega y la boca abierta caído hacia delante con toda la silla cubierta de sangre, al igual que toda la parte delantera de su cuerpo. Ana salió del número dos con toda la ropa cubierta de sangre y el cuchillo ensangrentado en la mano. Al salir, nada más poner un pie en la calle llegó un coche de policía. Paró en la plaza y salió de él Jorge y Javier, Javier dijo: “Alto ahí, Ana, quedas detenida por el asesinato de Jesús “. Ana miró al policía y dijo: “No, señor agente, se equivoca, también he matado a Don Juan, además no estoy detenida”. Nada más decir esto, Ana empuñó fuertemente el cuchillo y de un golpe se lo clavó en el vientre. Ana cayó al suelo envuelta en un gran manta de sangre, no sólo suya, sino de sus asesinados.

El agente que se encargaba del turno de vigilancia de los calabozos de la comisaría de policía hacía su trabajo paseando por el estrecho pasillo de entre celdas vigilando para que no se produjera ningún conflicto cuando se paró enfrente de una celda, la número 4, la ocupada por Sara. Quedó paralizado por lo que allí vio. La mayoría de los apresados, dormía en sus catres, pero en esa celda todo era diferente. Sobre la cama, con evidentes muestras de que alguien había estado acostada en ella había una carta. Al lado de la cama había una banqueta, que servía de silla a los reclusos tirada por los suelos. Y justo encima de esa banqueta había un cuerpo colgado de una tubería del techo, estaba colgando, agarrado del cuello con un cinturón azul. Era Sara, se había ahorcado con su cinturón en la soledad de su celda.

La ambulancia se llevó al hospital a Jesús, Don Juan y Ana y antes de irse, Javier recibió una llamada, cogió su teléfono móvil del bolsillo interno de su chaqueta, pulso un botón, y escuchó lo que le decían. Al oírlo, se puso pálido y dijo: “Joder”. Se metió en el coche y obligó a Jorge a hacerlo también rápidamente. Jorge le preguntó mientras se colocaba el cinturón de seguridad: “¿Qué pasa jefe?”. Javier miró a Jorge y le dijo: “Más muertos”.

Llegaron a la celda número cuatro una vez retirado el cadáver de Sara de allí, Javier cogió la carta que había encima de la cama y comenzó a leerla. Decía: “Señores agentes, han cometido un error, no sé de dónde habrá sacado Jesús que yo le incité a matar a Manuel, a mi Manuel, pero yo sólo sé que no hice tal cosa. No puedo vivir cargando con una losa que merece cargar otra persona, yo no puedo estar aquí siendo la culpable de que mandé matar a mi amor. Por eso mismo quiero estar en paz, y como los momentos de más paz los he vivido con él, he decidido ahorcarme para poder estar con él lo antes posible. Decidle a David que lo quiero mucho y que me perdone por todo, a mis padres que también los quiero y a mi mis amigos lo mismo. Nada más, adiós. Posdata: Encuentren al culpable. Adiós. Sara.”

por: el Pater

sábado, 10 de noviembre de 2007

Las cuatro rosas, capítulo VIII

LAS CUATRO ROSAS

VIII


Sonó el timbre de la puerta. Una voz avisadora se aproximaba con un ruido de ruedas de silla. Don Juan abrió la puerta y tras ella estaban Jorge y Javier, los policías. Don Juan quedó extrañado por la visita de los agentes y les dijo: “¿Otra vez están por aquí?, ¿No os dije todo lo que querían saber?”. “No, olvidó algo importante” respondió rápidamente Javier. Don Juan les invitó a pasar. Entraron a la sala y se sentaron cada uno en una silla de madera que estaban alrededor de una mesa redonda, Don Juan permanecía en la silla de ruedas. “Ustedes dirán” dijo Don Juan. Javier preguntó: “Usted aseguró que el asesino de Manuel era David, ¿no es así?”. “Sí, sí, estoy seguro” respondió Don Juan. “Pues si está usted tan seguro ¿Cómo es que su hermano ha confesado haber matado a su hermano?, ¿no sería más normal que usted lo hubiera visto a él que a David, ya que Jesús sí es el asesino?” dijo el policía. Don Juan quedó mirando hacia abajo sin decir ni una sola palabra. Finalmente el policía dijo: “Señor, usted no vio a David ¿verdad?”. “No” respondió Don Juan aún con la cabeza baja. “Y entonces, ¿Por qué dijo que era él quien lo había matado?” preguntó Javier. Don Juan tragó saliva y contó: “Hace dieciocho años iba yo con mi coche cuando por en medio de la calle se cruzó un niño de tan sólo dos años, para no atropellarlo, di un volantazo y mi coche fue a dar contra un árbol quedando siniestro total. Ese niño al ver aquello señalaba al coche y reía. Ese niño era David. El accidente fue tan grave que quedé gravemente herido, perdiendo la sensibilidad y la movilidad de cintura para abajo” Don Juan levantó la cabeza “¿y aún cree usted que no tengo motivos para querer acabar con él?”. Javier le respondió: “Sí, aún lo creo”. “¿Pero es que no ve lo que David me ha hecho? Ese accidente fue por su culpa, por su culpa me he llevado casi diecisiete años sin salir de casa, por su culpa me he perdido tener descendencia, por su culpa he sido un muerto en vida, sin más mundo que el de mi casa y el que veía a través de mi ventana.”. “Una historia conmovedora sí señor, pero como usted mismo ha dicho fue un accidente y si usted hubiera dado el volantazo para otro lado o hubiera ido atento a lo que tenía que ir no hubiera pasado” dijo Javier. “Márchense de mi casa por favor, déjenme solo, si tienen que detenerme o lo que sea ahora no, quiero estar solo aunque mañana vengan y me encierren, así cambiaría de mundo, total, llevo toda la vida sin vivir por culpa de David, que no vivir un poco más tampoco me va a matar, ahora largaos”. Javier y Jorge se levantaron y cuando llegaron a la puerta Javier se volvió y dijo: “David no tuvo la culpa, usted no ha vivido porque no ha querido, no culpe a alguien de que le ha quitado algo que usted se ha negado a sí mismo”. Se dio la vuelta hacia la puerta y Don Juan le dijo: “Deje la puerta encajada, la asistenta está al llegar”. Javier y Jorge salieron de la casa dejando la puerta abierta. Don Juan quitó el seguro de su silla y se dirigió hacia la ventana mirando la calle.

Sola con un agente de la policía detrás suya, despeinada, llorando y temblorosa estaba Sara en el despacho de Javier dispuesta para su interrogatorio. Llegaron Javier y Jorge y se sentaron cada uno en su lugar. Javier miró a Sara y le dijo: “¿Cómo estás?”. Sara, con la mirada perdida le dijo: “¿Cómo quieres que esté habiéndome acusado de algo que no he hecho?”. Javier se acomodó en la silla y dijo: “Sara, Jesús a confesado ser el autor del crimen, pero dice que lo hico porque tú se lo dijiste”. Sara se asombró y dijo: “¿Cómo? ¿Qué yo le dije que matara a Manuel?”. “Eso dijo. Dijo que él está enamorado de ti y que tú también de él y que con Manuel no podréis estar juntos, así que le pediste que lo matara” dijo el policía. “Pero es absurdo, como voy a querer yo a Jesús, yo amo a Manuel, Jesús es sólo mi cuñado, no es más, aunque ahora sí, ahora es el asesino”. “Sara, hasta un juicio tendrás que permanecer aquí en los calabozos, sobre ti pesa una acusación demasiado grave para dejarte en libertad” dijo Javier. “¿Cómo? ¿Qué me encierran? no pueden, soy inocente, yo no hice nada, yo estaba hablando por Messenger con David cuando pasó todo, no fui yo, todo es un invento de Jesús.” dijo gritando y llorando Sara. Javier dio órdenes para que se la llevaran a los calabozos.
Por el pasillo mientras se la llevaban, ella gritaba aún y lloraba repitiendo una y otra vez: “¡No es justo, yo no fui, soy inocente!”.
Jorge preguntó a Javier: “Jefe, se le ve muy afectada, ¿usted cree que Jesús se ha inventado todo?”. Javier respondió: “Yo ya no sé que creer, a mí este caso me está dando dolor de cabeza, anda, vámonos a tomarnos una tila para calmar los nervios, o mejor dicho, un camión de tila”. Ambos policías se dirigieron a la puerta y salieron del despacho.

por: el Pater

Imeem, no más GoEar

Imagino que en estos momentos de la Red 2.0, pocos son los que no conocen GoEar.com, un conocido servidor de internet para alojar tus canciones. Para nuestra desgracia, este servidor tiene múltiples caídas, y da problemas demasiado a menudo para usarlo de forma frecuente. Por eso, buscando, encontramos Imeem.com, una comunidad donde puedes subir tanto archivos de audio, vídeo e imagen, pero que sobre todo, para lo que más lo uso, es para el audio.

Permite crear listas de reproducción, subir archivos, y todo aquello a lo que estamos acostumbrados a estas alturas en la web 2.0, pero resaltando sobre todo en la velocidad con la que sube los archivos, y la estabilidad del servidor.

Lo recomiendo encarecidamente a todos los que subís vuestras canciones a internet, sobre todo si queréis algo estable...

Me gusta mucho que a la hora de reproducir en el reproductor embedido o como sea, se carga antes un trozo y luego reproduce, y la posibilidad de escuchar en una ventana nueva.

Fuente: El blog del cuervo.

PD: Eso pasa a GoEar por usar Windows en un servidor, jejeje.

miércoles, 7 de noviembre de 2007

Las cuatro rosas, capítulo VII

Bueno, 5 personas lo pidieron, frente a 2 que no, o sea que aquí está:

LAS CUATRO ROSAS

VII


Sobre un escuálido catre pegado a la pared iluminado por los primeros rayos del sol que entraban a través de las rejas de la ventana estaba acostado David, con su uniforme de presidiario y despierto muy despierto, pues no podía conciliar el sueño debido a lo que le estaba pasando. Pensaba que ahora Sara lo odiaría porque estaba acusado de asesinar a su novio. Llevaba sin dormir desde que llegó a la cárcel, quizás era la pena de Sara o quizás los remordimientos porque él quiso matar a Manuel, sólo que él sólo pensaba, nunca pensó en matarlo de verdad.
Se abrió la puerta, era un agente de policía que le dijo: “Chaval, eres libre, vete”. David se sentó en el catre sorprendido y le preguntó al policía: “Pero, ¿Cómo es eso? ¿Han encontrado al asesino?”. Sí, chaval, sí, cámbiate de ropa y lárgate de aquí” le dijo el policía haciendo gestos con las manos para que se diera prisa. “Pero, ¿Quién es?” insistió David mientras se vestía con la ropa de paisano. “Mira chaval, no te lo puedo decir, yo sólo soy un mandao, no sé nada más” contestó el policía. “Vale, vale” dijo David mientras se terminaba de vestir y salía de la celda.

“Pero, ¿Cómo que por amor?” dijo el policía que no podía creer lo que estaba escuchando “¿Estás enamorado de su novia o qué?”. “Sí” respondió subiendo la cabeza y mirando al policía. “Pero, ¿tanto amor sientes por Sara que has sido capaz de matar a tu propio hermano?” insistió el policía. “Sí” respondió escueta pero contundentemente Jesús. “Pero Sara está destrozada, ¿Para qué quieres hacerle daño si a ti no te querrá nunca?” insistió el policía. “Sí, sí que me quiere a mí, ella me lo ha dicho de hecho…” Jesús bajó la cabeza y se calló. El policía le preguntó: “¿De hecho qué?”. “No diré nada” dijo Jesús. El policía se enfadó y le gritó a Jesús: “Mira, Jesús, estás siendo interrogado por la policía, más vale que colabores chaval o acabarás aún peor”. Jesús finalmente tras un rato pensativo dijo: “Sara me dijo que ella también me amaba, pero que Manuel era lo que nos impedía estar juntos, que sólo con su muerte podríamos ser felices los dos, y que por favor acabara con él”. “¿Cuándo ocurrió eso?” preguntó el policía acomodándose en la silla. “La otra noche, la anterior al asesinato” respondió Jesús. “Pero, ¿dónde te lo dijo Sara” preguntó el policía. “Fue a través del Messenger” respondió Jesús. “Ah” dijo el policía “una pregunta, ¿Y Ana?”. Jesús respondió: “¿Ana? a Ana la dejaría en cualquier momento, sólo estoy con ella por pena, al principio estaba enamorado pero ya no, es insoportable, claro que ahora como la pille me la cargo, chivarse de tu novio ¡Qué vergüenza!”. “Estás amenazando a Ana en presencia de la policía, esto te puede costar aún más años de cárcel. En cuanto a lo de Sara, no creo que estés mintiendo, si mintieras no te hubieras declarado culpable” dijo el policía. “No miento, Sara me dijo que lo matara y yo me siento un traidor, pero ahora que me han cogido a mí, a ella también la cogen”.

Por la mañana temprano, Sara salía de su casa camino del trabajo intentando recuperar su vida normal cuando llegaron a la puerta de su casa los dos policías, el comisario Javier García y el agente Jorge Muñoz. Sara al verlos les dijo: “Hola agentes, ¿Traéis novedades?”. Javier la agarro del brazo y colocándole las esposas le dijo: “Sí señora, quedas detenida por el asesinato de Manuel García” Sara quedó pálida y se desmayó siendo sujetada por los dos policías.

por: el Pater

jueves, 1 de noviembre de 2007

Re-recortando.

Debido al comentario de Lord Kanchi y a mi aburrimiento en esta noche de miércoles de Halloween, he vuelto a recortar a los dos Yitanes de la otra entrada, y además, he recortado a Kuja.
También hice un gadiface halloweenesco.

Aquí están todos:




martes, 30 de octubre de 2007

Entrada breve

Buenas, peña!
Hacía mucho ya que no me pasaba por aquí. Entre el comienzo de la universidad, que suelo llegar a mis casas a las 2 PM, que entre que como y "Sé lo que hicisteis..." me pongo en el PC a las 4:30 y que cuando me doy cuenta son las 5:30 o las 6, pues ni se me pasa por la mente actualizar, la verdad.

En general, todo me va muy bien. Las asignaturas en general son bastante interesantes, unas más que otras, pero estoy muy contento. Los profesores no te presionan, puedes tener tu propio ritmo de estudios, y si no haces las tareas, no te regañan. El hecho de no hacer tareas a la larga se vuelve en tu contra, pero el profesor ni se inmuta.

Respecto al PC, estos días han sido muy raros. Instalé Debian, y me peleé con el casi todo el fin de semana. Acabé volviendo a Gutsy porque realmente no tenía ganas de configurarlo todo, quería tener mis herramientas a mano rápido. Pero la distribución me gustó mucho: muy rápida y estable. Es algo que tengo pendiente en el PC: usar Debian más tiempo, usar KDE mas de 10 minutos y probar alguna distro basada en Slackware.

Poco más puedo decir.
Avisar de que el ritmo de posteo en adelante no será demasiado continuo.

sábado, 20 de octubre de 2007

Miscritorio

Desde que instalé Xubuntu Gutsy Beta, no paro quieto. He hecho varios cambios, empezando por cambiar mi resolución a 1440x900 (lo veo todo más nítido, se entiende que el monitor está optimizado para esta resolución), hasta hacer una redistribución total de mi escritorio y mis paneles.
Os dejo aquí una screen:


Me parece una distribución inteligente. Paso a explicar:
En el escritorio, sólo 3 iconos, de las aplicaciones que suelo abrir nada más encender el PC. Firefox, Exaile y Pidgin.
El panel superior tiene una altura pequeña, ya que solo tiene el icono de Mostrar escritorio (que voy a eliminar) , la barra de tareas (que tiene mucho espacio para ella sola), el area de notificación, el reloj, y los espacios virtuales en 2 filas para que ocupen poco espacio. La idea de ponerlo así es que ocupe poco en la pantalla y tener más sitios para las ventanas.
El panel inferior lo creé ayer. La idea de éste es poner lanzadores para un acceso rápido a los programas que más uso, y a alguna utilidad. Se ven: Menú principal, lugares (acceso directo a los directorios del PC y a marcadores internos), sacar screenshot, administrador de copiar y cortar, Firefox, pidgin, Exaile, Emesene, GIMP, la Papelera (la cual voy a eliminar), el manejador de volumen (audacity a veces lo requiere) y el botón para salir o terminar sesión. Este panel es grande pero normalmente lo mantengo oculto, y al pasar el ratón aparece.

Estoy realmente cómodo así, lo tengo todo cerca y rápidamente.
Si queréis opinar sobre algo, pues bien.

GIMPeando un poco

Pues he estado tocando el GIMP de nuevo, haciendo algunas cosas. Concretamente he recortado 2 Yitán de Dissidia (me encanta...) y he hecho una firma con uno de ellos.

Aquí os lo dejo:

Yitán en el juego.

Artwork

Firma de estas sencillitas mías.


Esto sumado al fondo de ayer... creo que mi inspiración está volviendo, ¿no?

Adeus! Y como siempre, opinad, de la firma que es lo opinable claro :P

Fondo para PSP

Ayer me puse a hacer actualizaciones a mi PSP. Ahora funcionan los últimos juegos, pero... ese fondo por defecto de color...

Empecé a buscar en Google, y encontré esto. Como mi ética no me permite ponerme un fondo con el logo de Windows, y un fondo de Macintoch, pero como el estilo me gustó, pues decidí hacer un fondo propio con GIMP con el mismo estilo.


Y eso salió. Ahí, con su logo de Playstation, el de Sony, y un pseudo-panel falso donde van la fecha y la hora (icono de reloj de Tango) y la batería (en la zona negra)
El texto de las opciones se queda justamente en el marco blanco, y queda un efecto la mar de curioso.

Como siempre, espero opiniones. Está bajo la misma licencia Creative Commons que el blog. El logo está en la sidebar del blog. Podéis usarlo sin problemas.

Adeus!

Las cuatro rosas, capítulo VI

LAS CUATRO ROSAS

VI




A solas con sus sueños en aquella casa, la número 1 de la Plaza de las Rosas estaba Jesús, acostado en su cama con una camiseta sin mangas roja que ya sólo usaba para dormir debido a la gran cantidad de manchas que albergaba, y unos pantalones cortos también rojos pertenecientes a una equitación de baloncesto cuya camiseta desapareció misteriosamente del armario.
El silencio hacía acto de presencia en aquella casa, sólo el respirar de Jesús se atrevía a levantar la voz al todopoderoso silencio. Una ventana abierta con una cortina que volaba a sus anchas movida por el viento desprendía un sonido de grillos cantores que amenizaban con su eterno recital a todos los rincones de la plaza. Pero el recital se silenció con la llegada de un coche que llegó despacio a la plaza, aparcó en doble fila, detrás de unos coches que había ya aparcados. De él salieron dos hombres enchaquetados, el comisario Javier García y el agente Jorge Muñoz. Salieron del automóvil rápidamente y se dirigieron al número 1 de la plaza. Llamaron a la puerta con los nudillos, pero nadie ni nada contestaba, volvieron a insistir esta vez más fuertemente y se oyó de fondo: “Ya voy”. Era Jesús que bajaba las escaleras para abrir la puerta. Abrió la puerta y Jorge le colocó las esposas mientras Javier le decía: “Queda usted detenido por el asesinato de Manuel García”. Jesús bajó la cabeza sorprendido y dijo: “No puede ser, tiene que haber un error, no puede ser”. “Sí, sí, eso tendrás que demostrarlo, por el momento vente con nosotros anda” Dijo Javier cerrando la puerta de la casa y dirigiéndose al coche teniendo a Jesús agarrado por un brazo. Lo metieron en el coche y se marcharon de allí camino a la comisaría.

Llegaron a la comisaría y se dirigieron los tres al despacho de Javier. Javier se sentó en su silla, Jorge cerró la puerta con el seguro y le quitó las esposas a Jesús, éste se sentó en la silla de enfrente de Javier y Jorge al lado suya. Javier miró a los ojos a Jesús y le dijo: “Tenemos pruebas que te acusan del asesinato de tu hermano”. Jesús miró con aires de superioridad a Javier: “¿Ah sí?... vaya, vaya, la policía ha hecho su trabajo, ha investigado y ha dado conmigo. No me lo creo, quizás no hayáis investigado sino que os han dado el soplo”. Javier se mostraba confundido ante la actitud de aquel hombre que se mostraba desafiante y chulo cuando lo normal sería sentirse aterrado. Javier dijo: “De tu actitud deduzco que eres el culpable, un inocente nunca desafiaría así a la policía si supiera que está acusado de algo tan grave”. Jesús miró a los policías y se echó a reír diciendo: “Puede ser, sí, o puede ser que esté tan seguro de que estáis equivocados que no tengo ni porqué estar nervioso”. Javier dijo dando un golpe en la mesa y levantándose de la silla apoyándose en la mesa con las manos : “Me importa un carajo lo que hagas o dejes de hacer y si estoy equivocado o no, pero ahora estás en mi despacho y responderás a lo que yo diga, y según lo que yo diga estarás en la cárcel o en tu casa”. Javier se sentó y seriamente le dijo a Jesús: “Escúchame, Ana, tu novia ha encontrado ropa con sangre de tu hermano en tu casa, la ropa es la que identificó el testigo, Don Juan, abrigo negro largo y gorro. Sólo falta someterte a unas pruebas para determinar si el sudor del gorro te pertenece, claro que si confiesas no hace falta hacerlas”. Jesús levantó la vista, miró a Javier a los ojos y a Jorge y mirando para arriba dijo: “No hace falta que haga las pruebas, fui yo quien lo hice. ¿Para qué mentir? me han descubierto, debí limpiar la ropa antes, es cierto, es un error, aunque el mayor error fue el de hacerme novio de una chivata a la que me voy a cargar en cuanto salga de aquí, porque ¿Qué tiempo estaré en la cárcel? ¿Años, meses, días, horas? Cuando salga la mataré, igual que maté a mi hermano”. Javier miró a los ojos de Jesús y le preguntó: “¿Por qué lo hizo? ¿Por qué mató a su hermano?”. Jesús miró hacia abajo y respondió en voz baja mientras se miraba los nudillos: “La verdad es que fue por amor”.

por: el Pater

martes, 16 de octubre de 2007

Las cuatro rosas, capítulo V

LAS CUATRO ROSAS

V



“Venga, date prisa que tenemos que ir a ver si el David este tiene otro abrigo o no” Dijo el policía a su compañero. “Voy jefe” respondió el compañero metiendo una libreta y un bolígrafo en el bolsillo interno de la chaqueta. Al llegar a la puerta de la comisaría de policía entró una chica histérica, vestida con un chándal y unas zapatillas de andar por casa, tenía el pelo alborotado y un delantal. En su mano derecha portaba una bolsa grande de plástico. Se acercó al policía y le dijo mirándole a los ojos con voz cansada: “Señor, estoy asustada, creo saber quien mató Manuel García”. El policía se sorprendió, e invitó a la chica a que se sentara en una silla de su despacho nada más hacerla pasar a él. “Dígame, señorita, ¿Quién cree usted que es el asesino de Manuel? ¿Y Por qué lo cree?” Dijo el policía sentado en su sillón mientras su compañero tomaba nota sentado en una silla al lado de la suya. La chica estaba nerviosa, asustada, angustiada por todo, parecía que le costaba hablar, pero finalmente dijo: “Creo que el asesino es” La chica tragó saliva y miró al suelo “Jesús, creo que es él”. El policía se sorprendió aún más y dijo: “Pero Jesús es el hermano de Manuel ¿no?”. “Sí, sí, lo es” respondió rápidamente la chica. “Pero ¿Por qué cree usted que es que es él el asesino? Preguntó el policía. “Verá usted, la madre de Manuel y Jesús, María está hospitalizada debido a la fuerte impresión de saber que su hijo había sido asesinado. Desde entonces me ocupo de las tareas de la casa y esta mañana, al ir a poner la lavadora, busqué en el dormitorio de Jesús, encontré esta bolsa de plástico de la que asomaba una manga negra, saqué la prenda y la olí para saber si estaba sucia o no, lo estaba pero al darle la vuelta vi que estaba toda llena de sangre” Contó la chica. El policía insistió: “¿Ha traído la prenda?”. “Sí, sí, claro, aquí está” la chica colocó la bolsa que llevaba encima de la mesa. El policía se colocó unos guantes y la abrió, efectivamente, ahí había un abrigo negro manchado de sangre y un gorro. Volvió a meter las prendas en la bolsa y se las dio a su compañero diciendo: “Que las analicen, quiero saber si esa sangre es de Manuel” El policía hizo una parada para pensar y dijo: “Pero… si la sangre coincidiera no tendría por qué ser el asesino, al fin y al cabo son hermanos y puede ser también la sangre de Jesús”. “No” apresuró a decir la chica “Manuel y Jesús son hermanos, pero sólo de madre, Manuel tiene un grupo sanguíneo diferente del de Jesús”. “¿Cómo es que usted sabe tanto sobre ellos?” Preguntó el policía sospechando. La chica bajó la cabeza y dijo: “Soy Ana, la novia de Jesús, comprenderá que para mí no es fácil acusar a mi novio de esto, lo estoy pasando fatal” Ana rompió a llorar y el policía se levantó de su sillón, anduvo hasta ella y le puso la mano en la espalda diciéndole: “No te preocupes, has hecho lo correcto”. Después se dirigió a su compañero y le dijo: “Lleva esto al laboratorio y diles que cuando tengan los resultados me llamen inmediatamente”. Se dio la vuelta y le dijo a Ana: “Señorita, márchese a su casa, nosotros nos encargamos de todo”. “No puedo, tengo miedo” dijo Ana mientras aún lloraba “si Jesús descubre que esa bolsa no está en su casa irá a buscarme y cuando sepa que sé que él mató a su hermano me matará a mí”. “Tranquila, un compañero estará con usted” dijo el policía. Dicho esto, salió del despacho dejando dentro a Ana, sentada en la misma silla llorando y limpiándose las lágrimas con el delantal que llevaba.

Eran las tres de la madrugada, todo estaba en silencio. Una camisa blanca envejecía sobre una silla de madera al borde de la cama. El silencio reinaba en aquella habitación hasta que de pronto un teléfono sonó. El policía, con un pantalón azul de pijama se levantó corriendo y fue desde su habitación hasta el salón principal de su casa para coger el teléfono. Lo descolgó y se escuchó: “Comisario García, aquí tenemos los resultados de las pruebas de ADN que usted nos mandó hacer”. El comisario se sentó en el sofá y dijo frotándose los ojos para despertarse: “¿Y cuales son los resultados?”. “El ADN de la sangre del abrigo coincide con el de Manuel, pero el sudor del gorro no coincide con él”. El policía quedó pensativo y dijo: “Vale, muchas gracias, adiós” y colgó el teléfono. Quedó un rato pensativo hasta que descolgó el teléfono. “Dígame” se escuchó al otro lado del hilo telefónico con una voz llena de sueño que tardó en contestar a la llamada. El policía dijo: “Jorge, vístete, estoy allí en media hora”. “¿Quién eres?” preguntó Jorge. El policía respondió enfadado: “¿Quién voy a ser?, soy yo Javier García, el comisario Javier García”. Jorge se levantó de la cama y dijo: “Perdone señor, no le había reconocido la voz… ¿Para qué viene a buscarme”. El policía dijo: “Para jugar una partida al dominó, no te jode, ¿para que va a ser?” gritó Javier “Vamos a por Jesús García, así que no hay nada que hablar, vístase y despéjese que en media hora estoy allí”. Javier colgó y se fue al cuarto de baño para tomar una ducha antes de salir a por Jesús.
Jorge colgó el teléfono y dijo: “Menudo carácter tiene el cabrón, si no fuera porque me paga bien le iban a dar por culo”. Se destapó y se sentó en la cama encendiendo la lamparilla. Vestía sólo unos calzones hasta medio muslo ajustados. Finalmente se levantó, entró en el cuarto de bañó, se echó agua en la cara y mirándose al espejo dijo: “Vamos a por Jesús”

por: el Pater

lunes, 15 de octubre de 2007

Las cuatro rosas, capítulo IV

LAS CUATRO ROSAS

IV




“Seré breve, sé que usted es el culpable, pero tengo que preguntarle, es mi trabajo, ¿Usted mató a Manuel?” Preguntó el policía sentado justo en frente de David en una sala en la que la decoración brillaba por su ausencia. Sólo una mesa de madera y dos sillas viejas servían de mobiliario para la sala del interrogatorio. David agachó la cabeza mirándose sus manos entrelazadas y dijo en voz baja: “Sí pero no”. El policía se irritó y le preguntó gritándole con insistencia: “¿Cómo que sí pero no?, no entiendo, vamos a ver ¿lo mató o no lo mató?”. David respondió: “No lo maté, aunque mucho tiempo he estado acostándome con la idea de matarlo, deseaba su muerte. Pero no lo hice, yo no fui, se que Don Juan me ha acusado, pero yo no fui, yo estuve hablando con Sara, la novia de Manuel, cuando se produjo el crimen”. El policía volvió a preguntar: “¿Por qué quería usted matarlo?. “Porque estoy enamorado de su novia, y me mataba la idea de que él fuera quien la besara, de que él la abrazara, de que a él le dijera te quiero. ¿No le parecen a usted razones para querer hacerlo?” Respondió David. “Mire tenemos que dejarle aquí, está acusado de asesinato, iremos a interrogar a más personas, pero hasta entonces, usted estará en prisión” sentenció el policía colocándose la chaqueta y saliendo de la sala. Antes de salir, David lo miró a los ojos y le dijo: “Soy inocente, está usted cometiendo un error”. El policía le contestó con otra mirada diciendo: “Ya veremos”. Cerró la puerta y un par de policías se llevaron a David de la sala.

Sara estaba sola en casa, sus padres habían salido a hacer la compra semanal, todo estaba en silencio cuando de pronto llamaron a la puerta. Sara abrió y se encontró al policía. “Hola, ¿le puedo hacer unas preguntas?” dijo el policía. Sara contestó invitándolo a pasar con un gesto con la mano: “Sí, pase y pregunte”. Se sentaron en la sala, Sara en un sofá de estampados de flores de colores y el policía en un sillón rojo antiguo. El policía preguntó a la joven mientras apuntaba en su libreta la futura respuesta: “David nos ha dicho que estuvo hablando contigo a la hora del crimen, si lo corroboras saldrá en libertad”. Sara respondió: “No sé si ha sido David, sólo sé que a la hora del asesinato él se ausentó durante unos minutos y volvió, luego llegó la policía. Lo que hizo en el tiempo en el que estuvo ausente no lo sé, pero quiero creer que no fue quien lo mató”. “O sea, que crees que lo mató” Dijo el policía. “No lo sé, sólo se que David está enamorado de mí y que le producía dolor ver a Manuel, quizás los celos y el dolor lo llevaran a matarlo, pero…” Sara paró un momento y rompió a llorar “No sé, quiero creer que de tanto que dice que me quiere, respetara a quien me hace feliz, pero no estoy segura. Conozco a David de hace poco, no sé si es o no violento, no sé nada sobre él.”. “No se preocupe Sara, seguiremos investigando para saber quien es el asesino, cualquier noticia te la comunicaremos” respondió el policía. Sara se secó las lágrimas con la manga de la camisa. El policía se levantó y se marchó, Sara rompió a llorar de nuevo mientras abrazaba un cojín del sofá.

“Perdone que le moleste pero tenemos una conversación pendiente, ¿No cree?” dijo el policía nada más entrar en el número 2 de la plaza de las rosas, esta vez no iba sólo, lo acompañaba otro compañero que en este caso tomaba notas mientras él preguntaba. “Creo que le di toda la información que necesitaba” dijo Don Juan. “Pues ya ve que no” respondió el policía “Cuénteme todo lo que pasó aquella noche”. Don Juan contestó mientras se daba la vuelta mirando hacia la ventana: “Anoche, como todas las noches me asomé a la ventana para concentrarme en mis pensamientos y no en la mierda de programación de prime time de la televisión. Ví salir a Manuel y a su novia de casa del número 1, se montaron en un coche y se fueron, al poco rato volvió Manuel, salió del coche y David salió de entre las sombras y le asestó tres puñaladas, llamé a la policía y mientras llegaba contemplé el cadáver.”. “ ¿Y está usted seguro que de el asesino es David?”, preguntó el policía. “Claro que sí” respondió enfadado Don Juan “Iba con un abrigo negro largo y un gorro, cuando llegó la policía salió para aparentar que se enteraba de lo que pasaba con la misma ropa”. “Pero si hubiera salido con la misma ropa estaría cubierto de sangre y la gente hubiera sospechado” dijo el policía. “Ahí lleva usted razón, cuando salió no llevaba sangre en la ropa, la ropa estaba limpia, me estuve fijando bien para ver qué hacía” Don Juan se llevó las manos a la cabeza confundido “Pero le vi la cara claramente, estoy seguro de que era David… ¿cómo hizo para no estar lleno de sangre?... Quizás tiene dos abrigos iguales, no sé, pero era David, seguro que sí”. “De acuerdo señor, muchas gracias, con su testimonio no hace más que complicar las cosas, todo parecía indicar que el caso estaba totalmente cerrado, pero la ropa es una prueba que lo exculpa” dijo el policía dirigiéndose a la puerta. “Vaya a su casa y pregunte a su madre si David tenía dos igual, puede ser que todo fuera planeado” Gritó Don Juan desde su silla. El policía respondió: “Está bien, hablaremos con su madre mañana, pase usted una buena noche”. El policía cerró la puerta y se fue. Al salir, su compañero le preguntó: “Señor, ¿Quién cree usted que fue?” “Todo apunta al muchacho, pero este hombre parece muy seguro, incluso aún sabiendo que se equivoca” sentenció el policía colocándose bien el abrigo.

por: el Pater

Pesadilla antes de Navidad

Pesadilla antes de Navidad es una película de 1993 basada en un poema de Tim Burton, colaborador en la película, que usa la técnica del stop-motion (animación usando figuras).

Es una película animada musical protagonizada por Jack Skelleton, el Rey del Mal, que todos los años se encarga de que en su ciudad, Ciudad de Halloween, haya una celebración del día de Difuntos horripilante... pero este año Jack está cansado, no quiere hacer tanto mal, por lo que quiere cambiar. Por eso y por su descubrimiento de la Ciudad de la Navidad decide que este año será la Navidad lo que hagan, pero claro, de una ciudad donde todo es mal no puede salir nada bueno.

En esta base conocemos a todos los personajes de la película, como Sally, el profesor Finkenstein, el Alcalde, y muchos otros. Y por supuesto, escuchamos sus pegadizas canciones ("¿Qué es, qué es? Hay luces de color..." me encanta), porque Pesadilla antes de Navidad es sobre todo eso: canciones, unas canciones preciosas y pegadizas muy bien realizadas y muy bien dobladas al castellano.

Es una película infantil. Yo nunca la había visto completa, y me ha encantado. Ya no sólo por el argumento, que no me termina de agradar (debido a su simpleza por ser una película infantil), sino por la película en general: los personajes, la animación, la magia, las canciones hacen que esta película sea una imprescindible.

Ya sabéis, si no tenéis nada que hacer y queréis recordar viejos tiempos, aunque yo no la viera en su tiempo) poneos a verla, que seguro que os gusta.

Dissidia: Final Fantasy



Eso que veis ahí arriba es un vídeo de lo que será "Dissidia: Final Fantasy", un nuevo juego basada en la famosa saga de Square-Enix, en modo de conmemoración por los 20 años de la saga, un juego exclusivo para PSP, de la cual soy poseedor.


En este juego se encontrarán una gran cantidad de personajes, de todos los juegos desde el I hasta el X, por lo que presenciaremos la vuelta de algunos personajes como Yitán o Kuja.

Según parece, es un videojuego de lucha basado en el sistema de combate de Kingdom Hearts II, tendremos puntos de vida en vez de la típica barra, se podrán hacer ataques especiales dependiendo de la situación del personaje respecto al enemigo, y sí, tendrá trama argumental. En el enlace de abajo tenéis mucha más información.

Algunos de los detalles que más me han atraído ha sido el hecho de poner a pelear a Cloud contra Seifer, por ejemplo, el poder evolucionar a tu personaje, y el ponerte a pelear contra otro poseedor del juego, además del hecho de que los personajes están siendo resideñados y que todos tendrán voces (aunque lo dudo, espero que venga en español...).

Aunque... para qué engañaros, lo que más me gusta es que aparece Yitán, Final Fantasy IX, el juego que más me enganchó en PS1 y mi favorito:

Como siempre pasa en Square, no hay fechas, por lo que... a esperar tocan! Lo que yo se es que mi PSP no va a ir a ningun sitio y que esta joyita debe ser mía.

Os dejo un enlace con más información, y mejor calidad de redacción:
Dissidia: Final Fantasy en UltimaGame.com

domingo, 14 de octubre de 2007

Las cuatro rosas, capítulo III

Ayer se me pasó subirlo...
Aquí va el tercer capítulo de Las cuatro rosas.

LAS CUATRO ROSAS

III




“Buenas tardes, le acompaño en el sentimiento” dijo David a María al entrar en la sala del tanatorio donde estaba siendo velado el cuerpo sin vida de Manuel. Sara estaba allí sentada, al lado del ataúd, estaba vestida negro impoluto y llevaba unas gafas de sol para ocultar los ojos, hinchados de tanto llorar. Estaba con los hombros encogidos y la cabeza baja, inmóvil, sin hacer ni el más mínimo gesto. David se le acercó y le dijo: “Sara, estoy contigo, siento mucho lo que ha pasado, pero no te apures, la policía ya está investigando el crimen”. Sara levantó la cabeza y le dijo a David: “Y ¿De qué me sirve a mí que la policía investigue? nadie me devolverá a Manuel, nadie, porque el asesino está vivo, pero Manuel no, Manuel no.”. “Sara, para todo lo que necesites estoy aquí, somos amigos” dijo David intentando contener las lágrimas. “Gracias David, de corazón gracias y perdóname si no te contesto como debiera, es sólo que ni yo misma sé qué va a ser de mi vida”, dos lágrimas le asomaron por debajo de las gafas. David abrazó y dio un beso en la frente a Sara. Se sentó en una silla que estaba delante justamente del ataúd. Al poco tiempo salió de la sala camino de los servicios. Al entrar David en los servicios entró en la sala Don Juan, que había salido de su encierro voluntario para ir al velatorio de la persona cuyo asesinato había presenciado. Se acercó con su silla de ruedas hasta María, José y Sara y les dio el pésame. Acomodó su silla en un rincón y se quedó allí, mirando el féretro con la mirada fija, recordando lo desgraciadamente visto mientras un suspiro se le escapó.
David salió del servicio y fue al bar a tomar algo. Don Juan intentaba recordar quien era el asesino, le había visto perfectamente la cara, le era familiar pero su mente aún no sabía con claridad quien era, no sabía ponerle aún nombre y apellido al asesino.

La puerta se abrió y entró un hombre vestido con un traje de chaqueta negro, una camisa negra y una corbata negra, era el llamado “hombre negro”, era el policía encargado de llevar la investigación adelante. Se dirigió en primer lugar a los familiares y amigos de Manuel y les dio el pésame. Una vez cumplido el protocolo, se dirigió a Don Juan y le dijo en tono serio: “Me han informado de que es usted quien avisó a la policía y quien presenció el asesinato”. “Sí soy yo” - respondió Don Juan - “Estaba como cada noche mirando por la ventana, vi que Manuel fue a llevar a su novia a casa y que llegó, de pronto un hombre salió de las sombras del número tres y le dio varias puñaladas, aunque sólo vi la primera porque inmediatamente llame a la policía”. “Ajá” - el policía asintió con la cabeza y apuntó en una pequeña libreta con un bolígrafo – “¿Puede usted identificar al asesino?”. “No, no puedo, su cara me es familiar pero no consigo caer en quien es, y créame, llevo toda la noche intentando averiguarlo”
Ana entró en la sala y se fue directa a hablar con Sara: “Hola Sara, te acompaño en el sentimiento, ¿Cómo estás?”. Sara le respondió levantando la cabeza “Dentro de lo que cabe, yo estoy bien, pero Manuel está muerto”. “Tranquila Sara, ya verás como encuentran al asesino”.
“¿Seguro que no recuerda quien es?” insistía el policía a Don Juan. “Pues claro que estoy seguro, quiero que ese hijo de puta esté en la cárcel por lo que ha hecho, si supiera quien es se lo habría dicho ¿No cree?” respondió Don Juan.
David salió del bar, Ana lo vio y se fue en busca suya. “Hola David, ¿Qué haces aquí?” preguntó Ana. “Pues ya ves, en el velatorio de mi vecino, aunque más bien estoy para acompañar a Sara, ya sabes, ¿y tú?” dijo David. “David, soy la novia de Jesús, el hermano de Manuel, que menos que acompañarlo en estos duros momentos” dijo Ana, a lo que David respondió: “Ah. si, si, disculpa, a veces olvido que eres su novia, como se os ve poco juntos”.
“Haga un esfuerzo por recordar señor, usted tiene en su mano la llave del caso” volvía a insistir el policía.
“Bueno, parece que llega Jesús, voy con él, que tiene que estar pasándolo fatal” dijo Ana. “Sí, es lo que tienes que hacer, ya hablaremos en otro momento” le dijo David. Ana se fue hacia Jesús que acababa de llegar vestido con una chupa de cuero negro y unos pantalones vaqueros rotos.
Don Juan miró al fondo de la habitación con los ojos desorbitados y la boca abierta como si hubiera visto un fantasma, estaba tan asustado que no podía casi ni articular palabra. El policía al verlo así le preguntó: “¿Qué le pasa? ¿Se encuentra bien?”. “Sí, sí, estoy bien” respondió en voz baja Don Juan “¿Usted quería saber quien es el asesino? Ahí lo tiene” Señaló a David entre los presentes. “¿Está usted seguro?” le preguntó el policía. Don Juan respondió: “Por supuesto que lo estoy, venga, corra a arrestarlo, ese es el asesino, aún recuerdo su cara perfectamente como miraba a los lados”. El policía se levantó, se acercó a David, le puso las esposas y le dijo: “Queda usted arrestado por el asesinato de Manuel García”. “¿Qué, qué? debe haber un error, yo soy inocente” gritó David. “El único testigo del crimen lo ha delatado, no hay duda”. “Pero no puede ser, yo estaba viendo un videoclip, no soy yo quien lo maté, no soy yo, soy inocente” seguía gritando. El policía se llevó a David mientras éste gritaba que era inocente.
Mientras era llevado fuera de la sala, David vio como Sara se levantaba, se quitaba las gafas y lo miraba, con una mirada tan penetrante como hiriente. Entonces supo que él era el culpable.

por: el Pater

Memento (desactualizada)

Actualización: He escrito una nueva reseña, más completa y personal, y he eliminado la cita de la Wikipedia de esta (los dos primeros párrafos de Argumento), puesto que desvela cosas de la película que es mejor descubrir viéndola.

* * *

Esta película la vi ayer. Me la habían recomendado ya desde hace mucho, y la verdad es que no me ha defraudado para nada.

Lo peculiar de la película es esa forma regresiva de contarla. Las escenas van uniéndose unas con otras por el principio de éstas, que es el final de la siguiente. Hay que ir montándose un esquema en la cabeza, ya que el argumento tiene muchos entresijos, y si le sumamos esta forma de contarla, resulta un poco liosa. Pero si lo hacemos bien, acabaremos muy satisfechos con la película.

Una película de suspense recomendada a todos los que le gusta este género, y a los que no pero tengáis paciencia, también.

viernes, 12 de octubre de 2007

Las cuatro rosas, capítulo II

Vamos con el capítulo segundo de la historia:


LAS CUATRO ROSAS

II




David estaba sentado con los codos apoyados sobre el escritorio pendiente de la ventana, sin quitar ojo de la escena que tenía lugar en la plaza. Manuel y Sara salían del número 1 cogidos de la mano entre besos y abrazos dirigiéndose al coche de Manuel que estaba aparcado justo delante de la plaza, en una plaza perfectamente visible desde la ventana de David. En un abrazo, David vio como Sara subía la vista hacia su ventana, lo veía, sonreía y besaba a Manuel. David creyó que se quedaba ciego, pues por un instante no vio más que las lágrimas que brotaron de sus ojos, apretó los puños de la rabia, ardía en deseos de eliminar a ese que besaba a su amada, quería que ella fuera para él, no para su vecino. Cerró la ventana y se sentó a mirar la televisión. Al poco tiempo, Sara ya había llegado a su casa y se había conectado para hablar a través del Messenger. Nada más ver la ventana de aviso, David se apresuró a saludar como normalmente lo hacía: “Allô, guapa” a lo que Sara siempre contestaba: “Hello, you”. Y así nada más empezar a hablar, David dijo: “Espérame un momento, ahora hablamos, que voy a hacer una cosilla, no tardo”. Dicho esto, se puso el estado de “Volveré enseguida” y salió de la habitación mientras al otro lado de la pantalla, Sara esperaba que regresara.

La noche estaba tranquila en el exterior, no había un soplo de aire, pero sí un soplo de vida, el inquilino del número 2, Don Juan, postrado en una silla de ruedas y negado a salir a la calle, estaba allí sentado en su balcón mirando la plaza como casi todas las noches. De pronto un coche llegó, era Manuel. Aparcó en la misma plaza en la que se encontraba antes su coche, ya que debido a la hora ningún otro vehículo había ocupado ese lugar. Se bajó del coche, seguido por un coro de grillos que rompían el silencio de aquella noche y por la mirada de Don Juan. De entre las sombras de la casa número tres salió un hombre con un abrigo largo negro y un gorro que se dirigía hacia Manuel. Llegó enfrente suya y sin mediar palabra sacó un cuchillo y lo apuñaló tres veces, una en el abdomen, una en el corazón y la otra en el cuello. Cada vez que hundía el cuchillo en el cuerpo de Manuel, miraba a los lados para que nadie lo viera y lo apuñalaba una vez más. Creía que nadie lo había visto, porque Don Juan, al ver la primera puñalada había ido hasta el teléfono para llamar a la policía. Una vez apuñalado Manuel, el asesino se ocultó de nuevo corriendo en las sombras dejando a Manuel tendido en el suelo en un charco de sangre que se esparcía por el suelo y por su ropa. Estaba muerto, la puñalada del abdomen había traspasado el estómago, la del cuello había salido por la parte posterior del mismo y la del pecho había atravesado el corazón. Tenía los ojos abiertos, mirando sin mirar a un punto fijo. La boca estaba entreabierta y de ella fluía un riachuelo de sangre que iba a parar al mar sangriento del suelo. Allí, sólo con el eco de los pasos de su asesino y de los gritos que aún resonaban por las esquinas y que hicieron enmudecer a los grillos cantores, aunque en el sitio que más resonaba era en la cabeza de Don Juan que no podía creer lo que había visto.

“He vuelto” dijo David en el Messenger a Sara, “Perdóname si he tardado un poco, yo creí que iba a ser todo más ligero”. “No te preocupes” respondió Sara. De pronto, David, vio como las luces del número 1 y 2 se encendían y sus inquilinos se asomaban a las ventanas, escuchó como llegaban coches de policía y las ambulancias. “Algo ha pasado aquí, ha llegado la policía y la ambulancia, aparte, la gente está asomada a la ventana” dijo David. “No sé, ve a informarte de qué ha pasado, corre y me cuentas” respondió Sara. David cogió su abrigo largo negro y su gorro para resguardarse del frío, su teléfono móvil que hacía las veces de reloj, las llaves y salió a la plaza. Nada más salir vio como María, la madre de Manuel corría desesperadamente envuelta en una bata de flores, seguida por su marido José. Mientras corría gritaba: “¡Mi niño, mi niño!”. Al avanzar un poco, miró hacia el suelo y cayó desmayada sin llegar a caer, ya que su marido, con los ojos desencajados la sujetaba de la cintura. David siguió andando y vio como en el suelo estaba Manuel, muerto, rodeado de sangre, con tres puñaladas de las que emanaba sangre y más sangre. David no podía creer lo que veía, sus ojos se abrieron más de lo que él pensaba que podían hacerlo y su garganta se negó a darle algún sonido. No podía pensar en nada que no fuera Sara, ella estaba enamorada de Manuel y le iba a tocar a él darle la triste noticia. Poco después, habiéndolo desalojado la policía, llamó a Sara. Sara lo cogió y digo: “David, ¿Qué pasa? ¿Por qué no vuelves? ¿Qué ha pasado ahí?”. David no sabía que decir, no sabía como decirle a su amiga que su novio había sido asesinado. “Sara, escucha, no he podido volver porque en la plaza ha habido un asesinato” dijo David con un hilo de voz. Sara respondió impaciente: “¿Un asesinato? ¿Quién ha muerto?”, “Ha muerto….” dijo David tragando saliva para coger valor “Manuel, ha muerto Manuel”. Al otro lado del teléfono sólo se escuchaba el silencio y una respiración entrecortada, propia de un dolor tan grande que ni el llanto hacía acto de presencia, un hilo de voz entrecortada se oyó al otro lado del aparato: “Manuel”, “Sí, Manuel, de verdad Sara lo siento mucho” respondió David. “Manuel, Manuel” Sara se repetía una y otra vez el nombre en signo inequívoco de que estaba aún intentando hacerse a la idea de que Manuel había sido asesinado. “De verdad, Sara, sé como te sientes” dijo David para consolarla. Sara rompió a llorar y gritó: “Tú no sabes nada, miles de ilusiones, años de amor, proyectos que teníamos en mente, todo se ha ido a la mierda, todo, todo… Nunca podré amar tanto a nadie como amo a Manuel, y sé que ese amor perdurará siempre, he tenido la suerte de ser correspondida y ¿para qué? para nada, para hacerme vanas ilusiones que ahora me pesan como una losa, porque ya no existe nada, ya no hay futuro, todo, todo lo que quiero está muerto, no tengo a nadie con quien hacer mis sueños realidad. Tú no sabes lo que es perder a la persona amada, no sabes lo que es renunciar a un amor, no lo sabes”. Sara colgó y David le respondió con la mirada perdida: “Sí que sé lo que es perder un amor y renunciar a él, es lo que siento cuando te veo”.
David se fue a su casa a intentar dormir un poco, pero todos los esfuerzos fueron en vano, no podía dejar de pensar en que Manuel había muerto. Esa noticia le entristecía, pero a la vez le daba esperanza de que ahora que Manuel no estaba, Sara podría enamorarse de él. Estaba aterrado, había un asesino en su barrio, habían matado a su vecino, pero lo que más le aterraba era la idea de que en cierto modo estaba alegre por la muerte de Manuel.

por: el Pater

jueves, 11 de octubre de 2007

Las cuatro rosas, capítulo I

Aquí os presento un texto de mi gran amigo el Pater, espero que os guste. Consta de 10 capítulos, los cuales iré publicando uno por cada día.
Espero que os guste:

LAS CUATRO ROSAS

I




La luna llena reinaba en aquel cielo negro adornado con un bordado de estrellas, de todos los tamaños, más o menos brillantes, pero todas conformando un dibujo del espacio que servía de guía a los marineros y de inspiración a los bohemios. Corría una suave brisa veraniega que refrescaba el cálido ambiente de todo el día. El silencio era el habitante que paseaba impunemente por las calles oscuras, iluminadas con la tenue luz de alguna farola antigua. En el número 3 de la Plaza de las Rosas todas las ventanas estaban en la más oscura penumbra menos una, la correspondiente a la habitación de David. Esa noche, David se había quedado hablando a través del Messenger con su amiga Sara a la que había conocido hacía unos meses al iniciar el nuevo curso escolar. David estaba sentado sobre su silla verde de escritorio, tenía los codos y antebrazos posados sobre los reposa-brazos de la silla y escribía sus pensamientos con total suavidad posando los dedos sobre el teclado intentando hacer el menor ruido posible para no despertar a sus padres. Llevaba puesta una camiseta sin mangas, debido al calor reinante, típico del mes de agosto, de color negro y un pantalón corto, hasta poco más arriba de la rodilla, de color celeste pálido. Miraba fijamente a la pantalla de su ordenador, allí estaba la imagen a través de la Web Cam de su amiga Sara que vestía una camiseta de tirantes roja con unas letras blancas en las que ponía “Soy Yo”.
La conversación una vez más era intensa, resultado de una amistad enorme que se había ido fraguando con los meses de convivencia. Siempre hablando de la vida de Sara, ya que ella hablaba y él escuchaba y aconsejaba. Pero esa noche a Sara le salió la periodista que llevaba dentro y fue directa al grano con una pregunta: “¿Quién es tu novia?”, tras este mensaje Sara procedió a aclarar: “Llevamos ya varios meses conociéndonos bien a fondo, y aún no sé quien es tu novia, y sé que tienes porque tienes cara de enamorado”.
Tras varios segundos de silencio en blanco, David se dispuso a contestar, tocaba las teclas con cierto temblor propio de un nerviosismo más que evidente, cada palabra que escribía estaba llena de más miedo que carga semántica. Al fin contestó: “No, no tengo novia, pero no te equivocas cuando dices que estoy enamorado, porque sí lo estoy” “¿De quién?”, respondió rápidamente Sara. De nuevo David tardaba en contestar, pero finalmente dijo: “De ti, hace ya unos meses que estoy enamorado de ti”. Ahora el silencio procedía de las manos de Sara que finalmente teclearon: “Jo… no sé que decir, me coge de sorpresa, yo creí que te gustaba Ana. De verdad, yo te quiero mucho, muchísimo, pero sólo como amigo, porque, ya sabes, mi novio es Manuel”. David contestó con el pulso firme y lágrimas en los ojos: “Lo sé, vive en el número 1 y cada día al levantarme y abrir la ventana veo su casa y recuerdo quien es él y quien soy yo. Hace unos meses que no me lavo la cara, me seco las lágrimas. Es muy duro que lo último y lo primero que vea de mi calle cada día, sea lo que más dolor me causa en el mundo”. Sara quedó en silencio durante unos minutos pensando en lo que su amigo le había dicho y finalmente escribió: “David, si te hago sufrir quizás lo mejor sea que dejemos de ser amigos”. “¡No!” respondió rápidamente David, “No digas eso, no lo hagas por favor, verás, nadie sabe esto, pero te voy a contar algo… Hace como cinco años me enamoré locamente de una chavala que conocí gracias a un amigo y ella parecía corresponderme, hasta que un día, sin venir a cuento me besó, yo creí que éramos novios, pero al día siguiente apareció en la plaza con su novia, llevaba un año con ella, mi beso sólo fue un juego para ella, a ella le gustaban las mujeres y aún sabiendo lo mucho que la quería siguió jugando conmigo como con un juguete que con el tiempo irá a parar a otras manos o a la basura. Decidí entonces romper toda relación con ella, y no tuve ni amor ni amistad, no quiero que eso me pase ahora, no quiero volver a sufrir la pérdida de una persona amada. A mí no me importa llorar por las mañanas o por las noches pensando en que estás en la casa de enfrente besándote con Manuel mientras yo me muero de angustia aquí, eso no me importa si al menos sé que cuento con tu amistad, porque eso bien merece una lágrima o mil cada día.” Sara le respondió: “Dios David, no sabía que lo habías pasado tan mal en la vida, de verdad, yo siento mucho que estés pasando por estos momentos tan difíciles, pero entiéndelo, tú eres sólo mi amigo y Manuel es mi novio y eso no va a cambiar nunca”. “Lo sé, lo sé, claro que lo sé, ¿Qué crees? Eso es lo último y lo primero que pienso cada día” respondió David. “Creo que es mejor dejar las cosas tal y como están siendo sólo amigos y esperando que el tiempo remiende tu corazón descosido” dijo Sara para terminar la conversación, “Bueno, me voy a acostar ya que mañana que quedado temprano con Manuel, adiós, un beso”. Sara cerró cesión y David quedó allí mirando el hueco que antes ocupaba la Web Cam y por el que había visto que su amiga se asombraba e incluso se entristecía al haberse declarado él. Durante dos minutos largos estuvo allí, mirando la pantalla. Poco a poco fue girando la cabeza hasta dar con sus ojos en la ventana a través de la cual vio una casa, el número 1 de la Plaza de las Rosas. Bajó la vista nublada de lágrimas hacia el suelo pensando en que su amor nunca tendrá respuesta del corazón de Sara, ya que ésta respondió hace algún tiempo.
Se secó las lágrimas con su camiseta, apagó el ordenador y se fue a la cama, donde empapó la almohada de sudor y lágrimas. Pensaba antes de dormir, como cada noche: “Mañana será otro día, mañana serán otras lágrimas, mañana desearé de nuevo matar a la primera rosa”.

por: el Pater

Mañana más.