martes, 30 de octubre de 2007

Entrada breve

Buenas, peña!
Hacía mucho ya que no me pasaba por aquí. Entre el comienzo de la universidad, que suelo llegar a mis casas a las 2 PM, que entre que como y "Sé lo que hicisteis..." me pongo en el PC a las 4:30 y que cuando me doy cuenta son las 5:30 o las 6, pues ni se me pasa por la mente actualizar, la verdad.

En general, todo me va muy bien. Las asignaturas en general son bastante interesantes, unas más que otras, pero estoy muy contento. Los profesores no te presionan, puedes tener tu propio ritmo de estudios, y si no haces las tareas, no te regañan. El hecho de no hacer tareas a la larga se vuelve en tu contra, pero el profesor ni se inmuta.

Respecto al PC, estos días han sido muy raros. Instalé Debian, y me peleé con el casi todo el fin de semana. Acabé volviendo a Gutsy porque realmente no tenía ganas de configurarlo todo, quería tener mis herramientas a mano rápido. Pero la distribución me gustó mucho: muy rápida y estable. Es algo que tengo pendiente en el PC: usar Debian más tiempo, usar KDE mas de 10 minutos y probar alguna distro basada en Slackware.

Poco más puedo decir.
Avisar de que el ritmo de posteo en adelante no será demasiado continuo.

sábado, 20 de octubre de 2007

Miscritorio

Desde que instalé Xubuntu Gutsy Beta, no paro quieto. He hecho varios cambios, empezando por cambiar mi resolución a 1440x900 (lo veo todo más nítido, se entiende que el monitor está optimizado para esta resolución), hasta hacer una redistribución total de mi escritorio y mis paneles.
Os dejo aquí una screen:


Me parece una distribución inteligente. Paso a explicar:
En el escritorio, sólo 3 iconos, de las aplicaciones que suelo abrir nada más encender el PC. Firefox, Exaile y Pidgin.
El panel superior tiene una altura pequeña, ya que solo tiene el icono de Mostrar escritorio (que voy a eliminar) , la barra de tareas (que tiene mucho espacio para ella sola), el area de notificación, el reloj, y los espacios virtuales en 2 filas para que ocupen poco espacio. La idea de ponerlo así es que ocupe poco en la pantalla y tener más sitios para las ventanas.
El panel inferior lo creé ayer. La idea de éste es poner lanzadores para un acceso rápido a los programas que más uso, y a alguna utilidad. Se ven: Menú principal, lugares (acceso directo a los directorios del PC y a marcadores internos), sacar screenshot, administrador de copiar y cortar, Firefox, pidgin, Exaile, Emesene, GIMP, la Papelera (la cual voy a eliminar), el manejador de volumen (audacity a veces lo requiere) y el botón para salir o terminar sesión. Este panel es grande pero normalmente lo mantengo oculto, y al pasar el ratón aparece.

Estoy realmente cómodo así, lo tengo todo cerca y rápidamente.
Si queréis opinar sobre algo, pues bien.

GIMPeando un poco

Pues he estado tocando el GIMP de nuevo, haciendo algunas cosas. Concretamente he recortado 2 Yitán de Dissidia (me encanta...) y he hecho una firma con uno de ellos.

Aquí os lo dejo:

Yitán en el juego.

Artwork

Firma de estas sencillitas mías.


Esto sumado al fondo de ayer... creo que mi inspiración está volviendo, ¿no?

Adeus! Y como siempre, opinad, de la firma que es lo opinable claro :P

Fondo para PSP

Ayer me puse a hacer actualizaciones a mi PSP. Ahora funcionan los últimos juegos, pero... ese fondo por defecto de color...

Empecé a buscar en Google, y encontré esto. Como mi ética no me permite ponerme un fondo con el logo de Windows, y un fondo de Macintoch, pero como el estilo me gustó, pues decidí hacer un fondo propio con GIMP con el mismo estilo.


Y eso salió. Ahí, con su logo de Playstation, el de Sony, y un pseudo-panel falso donde van la fecha y la hora (icono de reloj de Tango) y la batería (en la zona negra)
El texto de las opciones se queda justamente en el marco blanco, y queda un efecto la mar de curioso.

Como siempre, espero opiniones. Está bajo la misma licencia Creative Commons que el blog. El logo está en la sidebar del blog. Podéis usarlo sin problemas.

Adeus!

Las cuatro rosas, capítulo VI

LAS CUATRO ROSAS

VI




A solas con sus sueños en aquella casa, la número 1 de la Plaza de las Rosas estaba Jesús, acostado en su cama con una camiseta sin mangas roja que ya sólo usaba para dormir debido a la gran cantidad de manchas que albergaba, y unos pantalones cortos también rojos pertenecientes a una equitación de baloncesto cuya camiseta desapareció misteriosamente del armario.
El silencio hacía acto de presencia en aquella casa, sólo el respirar de Jesús se atrevía a levantar la voz al todopoderoso silencio. Una ventana abierta con una cortina que volaba a sus anchas movida por el viento desprendía un sonido de grillos cantores que amenizaban con su eterno recital a todos los rincones de la plaza. Pero el recital se silenció con la llegada de un coche que llegó despacio a la plaza, aparcó en doble fila, detrás de unos coches que había ya aparcados. De él salieron dos hombres enchaquetados, el comisario Javier García y el agente Jorge Muñoz. Salieron del automóvil rápidamente y se dirigieron al número 1 de la plaza. Llamaron a la puerta con los nudillos, pero nadie ni nada contestaba, volvieron a insistir esta vez más fuertemente y se oyó de fondo: “Ya voy”. Era Jesús que bajaba las escaleras para abrir la puerta. Abrió la puerta y Jorge le colocó las esposas mientras Javier le decía: “Queda usted detenido por el asesinato de Manuel García”. Jesús bajó la cabeza sorprendido y dijo: “No puede ser, tiene que haber un error, no puede ser”. “Sí, sí, eso tendrás que demostrarlo, por el momento vente con nosotros anda” Dijo Javier cerrando la puerta de la casa y dirigiéndose al coche teniendo a Jesús agarrado por un brazo. Lo metieron en el coche y se marcharon de allí camino a la comisaría.

Llegaron a la comisaría y se dirigieron los tres al despacho de Javier. Javier se sentó en su silla, Jorge cerró la puerta con el seguro y le quitó las esposas a Jesús, éste se sentó en la silla de enfrente de Javier y Jorge al lado suya. Javier miró a los ojos a Jesús y le dijo: “Tenemos pruebas que te acusan del asesinato de tu hermano”. Jesús miró con aires de superioridad a Javier: “¿Ah sí?... vaya, vaya, la policía ha hecho su trabajo, ha investigado y ha dado conmigo. No me lo creo, quizás no hayáis investigado sino que os han dado el soplo”. Javier se mostraba confundido ante la actitud de aquel hombre que se mostraba desafiante y chulo cuando lo normal sería sentirse aterrado. Javier dijo: “De tu actitud deduzco que eres el culpable, un inocente nunca desafiaría así a la policía si supiera que está acusado de algo tan grave”. Jesús miró a los policías y se echó a reír diciendo: “Puede ser, sí, o puede ser que esté tan seguro de que estáis equivocados que no tengo ni porqué estar nervioso”. Javier dijo dando un golpe en la mesa y levantándose de la silla apoyándose en la mesa con las manos : “Me importa un carajo lo que hagas o dejes de hacer y si estoy equivocado o no, pero ahora estás en mi despacho y responderás a lo que yo diga, y según lo que yo diga estarás en la cárcel o en tu casa”. Javier se sentó y seriamente le dijo a Jesús: “Escúchame, Ana, tu novia ha encontrado ropa con sangre de tu hermano en tu casa, la ropa es la que identificó el testigo, Don Juan, abrigo negro largo y gorro. Sólo falta someterte a unas pruebas para determinar si el sudor del gorro te pertenece, claro que si confiesas no hace falta hacerlas”. Jesús levantó la vista, miró a Javier a los ojos y a Jorge y mirando para arriba dijo: “No hace falta que haga las pruebas, fui yo quien lo hice. ¿Para qué mentir? me han descubierto, debí limpiar la ropa antes, es cierto, es un error, aunque el mayor error fue el de hacerme novio de una chivata a la que me voy a cargar en cuanto salga de aquí, porque ¿Qué tiempo estaré en la cárcel? ¿Años, meses, días, horas? Cuando salga la mataré, igual que maté a mi hermano”. Javier miró a los ojos de Jesús y le preguntó: “¿Por qué lo hizo? ¿Por qué mató a su hermano?”. Jesús miró hacia abajo y respondió en voz baja mientras se miraba los nudillos: “La verdad es que fue por amor”.

por: el Pater

martes, 16 de octubre de 2007

Las cuatro rosas, capítulo V

LAS CUATRO ROSAS

V



“Venga, date prisa que tenemos que ir a ver si el David este tiene otro abrigo o no” Dijo el policía a su compañero. “Voy jefe” respondió el compañero metiendo una libreta y un bolígrafo en el bolsillo interno de la chaqueta. Al llegar a la puerta de la comisaría de policía entró una chica histérica, vestida con un chándal y unas zapatillas de andar por casa, tenía el pelo alborotado y un delantal. En su mano derecha portaba una bolsa grande de plástico. Se acercó al policía y le dijo mirándole a los ojos con voz cansada: “Señor, estoy asustada, creo saber quien mató Manuel García”. El policía se sorprendió, e invitó a la chica a que se sentara en una silla de su despacho nada más hacerla pasar a él. “Dígame, señorita, ¿Quién cree usted que es el asesino de Manuel? ¿Y Por qué lo cree?” Dijo el policía sentado en su sillón mientras su compañero tomaba nota sentado en una silla al lado de la suya. La chica estaba nerviosa, asustada, angustiada por todo, parecía que le costaba hablar, pero finalmente dijo: “Creo que el asesino es” La chica tragó saliva y miró al suelo “Jesús, creo que es él”. El policía se sorprendió aún más y dijo: “Pero Jesús es el hermano de Manuel ¿no?”. “Sí, sí, lo es” respondió rápidamente la chica. “Pero ¿Por qué cree usted que es que es él el asesino? Preguntó el policía. “Verá usted, la madre de Manuel y Jesús, María está hospitalizada debido a la fuerte impresión de saber que su hijo había sido asesinado. Desde entonces me ocupo de las tareas de la casa y esta mañana, al ir a poner la lavadora, busqué en el dormitorio de Jesús, encontré esta bolsa de plástico de la que asomaba una manga negra, saqué la prenda y la olí para saber si estaba sucia o no, lo estaba pero al darle la vuelta vi que estaba toda llena de sangre” Contó la chica. El policía insistió: “¿Ha traído la prenda?”. “Sí, sí, claro, aquí está” la chica colocó la bolsa que llevaba encima de la mesa. El policía se colocó unos guantes y la abrió, efectivamente, ahí había un abrigo negro manchado de sangre y un gorro. Volvió a meter las prendas en la bolsa y se las dio a su compañero diciendo: “Que las analicen, quiero saber si esa sangre es de Manuel” El policía hizo una parada para pensar y dijo: “Pero… si la sangre coincidiera no tendría por qué ser el asesino, al fin y al cabo son hermanos y puede ser también la sangre de Jesús”. “No” apresuró a decir la chica “Manuel y Jesús son hermanos, pero sólo de madre, Manuel tiene un grupo sanguíneo diferente del de Jesús”. “¿Cómo es que usted sabe tanto sobre ellos?” Preguntó el policía sospechando. La chica bajó la cabeza y dijo: “Soy Ana, la novia de Jesús, comprenderá que para mí no es fácil acusar a mi novio de esto, lo estoy pasando fatal” Ana rompió a llorar y el policía se levantó de su sillón, anduvo hasta ella y le puso la mano en la espalda diciéndole: “No te preocupes, has hecho lo correcto”. Después se dirigió a su compañero y le dijo: “Lleva esto al laboratorio y diles que cuando tengan los resultados me llamen inmediatamente”. Se dio la vuelta y le dijo a Ana: “Señorita, márchese a su casa, nosotros nos encargamos de todo”. “No puedo, tengo miedo” dijo Ana mientras aún lloraba “si Jesús descubre que esa bolsa no está en su casa irá a buscarme y cuando sepa que sé que él mató a su hermano me matará a mí”. “Tranquila, un compañero estará con usted” dijo el policía. Dicho esto, salió del despacho dejando dentro a Ana, sentada en la misma silla llorando y limpiándose las lágrimas con el delantal que llevaba.

Eran las tres de la madrugada, todo estaba en silencio. Una camisa blanca envejecía sobre una silla de madera al borde de la cama. El silencio reinaba en aquella habitación hasta que de pronto un teléfono sonó. El policía, con un pantalón azul de pijama se levantó corriendo y fue desde su habitación hasta el salón principal de su casa para coger el teléfono. Lo descolgó y se escuchó: “Comisario García, aquí tenemos los resultados de las pruebas de ADN que usted nos mandó hacer”. El comisario se sentó en el sofá y dijo frotándose los ojos para despertarse: “¿Y cuales son los resultados?”. “El ADN de la sangre del abrigo coincide con el de Manuel, pero el sudor del gorro no coincide con él”. El policía quedó pensativo y dijo: “Vale, muchas gracias, adiós” y colgó el teléfono. Quedó un rato pensativo hasta que descolgó el teléfono. “Dígame” se escuchó al otro lado del hilo telefónico con una voz llena de sueño que tardó en contestar a la llamada. El policía dijo: “Jorge, vístete, estoy allí en media hora”. “¿Quién eres?” preguntó Jorge. El policía respondió enfadado: “¿Quién voy a ser?, soy yo Javier García, el comisario Javier García”. Jorge se levantó de la cama y dijo: “Perdone señor, no le había reconocido la voz… ¿Para qué viene a buscarme”. El policía dijo: “Para jugar una partida al dominó, no te jode, ¿para que va a ser?” gritó Javier “Vamos a por Jesús García, así que no hay nada que hablar, vístase y despéjese que en media hora estoy allí”. Javier colgó y se fue al cuarto de baño para tomar una ducha antes de salir a por Jesús.
Jorge colgó el teléfono y dijo: “Menudo carácter tiene el cabrón, si no fuera porque me paga bien le iban a dar por culo”. Se destapó y se sentó en la cama encendiendo la lamparilla. Vestía sólo unos calzones hasta medio muslo ajustados. Finalmente se levantó, entró en el cuarto de bañó, se echó agua en la cara y mirándose al espejo dijo: “Vamos a por Jesús”

por: el Pater

lunes, 15 de octubre de 2007

Las cuatro rosas, capítulo IV

LAS CUATRO ROSAS

IV




“Seré breve, sé que usted es el culpable, pero tengo que preguntarle, es mi trabajo, ¿Usted mató a Manuel?” Preguntó el policía sentado justo en frente de David en una sala en la que la decoración brillaba por su ausencia. Sólo una mesa de madera y dos sillas viejas servían de mobiliario para la sala del interrogatorio. David agachó la cabeza mirándose sus manos entrelazadas y dijo en voz baja: “Sí pero no”. El policía se irritó y le preguntó gritándole con insistencia: “¿Cómo que sí pero no?, no entiendo, vamos a ver ¿lo mató o no lo mató?”. David respondió: “No lo maté, aunque mucho tiempo he estado acostándome con la idea de matarlo, deseaba su muerte. Pero no lo hice, yo no fui, se que Don Juan me ha acusado, pero yo no fui, yo estuve hablando con Sara, la novia de Manuel, cuando se produjo el crimen”. El policía volvió a preguntar: “¿Por qué quería usted matarlo?. “Porque estoy enamorado de su novia, y me mataba la idea de que él fuera quien la besara, de que él la abrazara, de que a él le dijera te quiero. ¿No le parecen a usted razones para querer hacerlo?” Respondió David. “Mire tenemos que dejarle aquí, está acusado de asesinato, iremos a interrogar a más personas, pero hasta entonces, usted estará en prisión” sentenció el policía colocándose la chaqueta y saliendo de la sala. Antes de salir, David lo miró a los ojos y le dijo: “Soy inocente, está usted cometiendo un error”. El policía le contestó con otra mirada diciendo: “Ya veremos”. Cerró la puerta y un par de policías se llevaron a David de la sala.

Sara estaba sola en casa, sus padres habían salido a hacer la compra semanal, todo estaba en silencio cuando de pronto llamaron a la puerta. Sara abrió y se encontró al policía. “Hola, ¿le puedo hacer unas preguntas?” dijo el policía. Sara contestó invitándolo a pasar con un gesto con la mano: “Sí, pase y pregunte”. Se sentaron en la sala, Sara en un sofá de estampados de flores de colores y el policía en un sillón rojo antiguo. El policía preguntó a la joven mientras apuntaba en su libreta la futura respuesta: “David nos ha dicho que estuvo hablando contigo a la hora del crimen, si lo corroboras saldrá en libertad”. Sara respondió: “No sé si ha sido David, sólo sé que a la hora del asesinato él se ausentó durante unos minutos y volvió, luego llegó la policía. Lo que hizo en el tiempo en el que estuvo ausente no lo sé, pero quiero creer que no fue quien lo mató”. “O sea, que crees que lo mató” Dijo el policía. “No lo sé, sólo se que David está enamorado de mí y que le producía dolor ver a Manuel, quizás los celos y el dolor lo llevaran a matarlo, pero…” Sara paró un momento y rompió a llorar “No sé, quiero creer que de tanto que dice que me quiere, respetara a quien me hace feliz, pero no estoy segura. Conozco a David de hace poco, no sé si es o no violento, no sé nada sobre él.”. “No se preocupe Sara, seguiremos investigando para saber quien es el asesino, cualquier noticia te la comunicaremos” respondió el policía. Sara se secó las lágrimas con la manga de la camisa. El policía se levantó y se marchó, Sara rompió a llorar de nuevo mientras abrazaba un cojín del sofá.

“Perdone que le moleste pero tenemos una conversación pendiente, ¿No cree?” dijo el policía nada más entrar en el número 2 de la plaza de las rosas, esta vez no iba sólo, lo acompañaba otro compañero que en este caso tomaba notas mientras él preguntaba. “Creo que le di toda la información que necesitaba” dijo Don Juan. “Pues ya ve que no” respondió el policía “Cuénteme todo lo que pasó aquella noche”. Don Juan contestó mientras se daba la vuelta mirando hacia la ventana: “Anoche, como todas las noches me asomé a la ventana para concentrarme en mis pensamientos y no en la mierda de programación de prime time de la televisión. Ví salir a Manuel y a su novia de casa del número 1, se montaron en un coche y se fueron, al poco rato volvió Manuel, salió del coche y David salió de entre las sombras y le asestó tres puñaladas, llamé a la policía y mientras llegaba contemplé el cadáver.”. “ ¿Y está usted seguro que de el asesino es David?”, preguntó el policía. “Claro que sí” respondió enfadado Don Juan “Iba con un abrigo negro largo y un gorro, cuando llegó la policía salió para aparentar que se enteraba de lo que pasaba con la misma ropa”. “Pero si hubiera salido con la misma ropa estaría cubierto de sangre y la gente hubiera sospechado” dijo el policía. “Ahí lleva usted razón, cuando salió no llevaba sangre en la ropa, la ropa estaba limpia, me estuve fijando bien para ver qué hacía” Don Juan se llevó las manos a la cabeza confundido “Pero le vi la cara claramente, estoy seguro de que era David… ¿cómo hizo para no estar lleno de sangre?... Quizás tiene dos abrigos iguales, no sé, pero era David, seguro que sí”. “De acuerdo señor, muchas gracias, con su testimonio no hace más que complicar las cosas, todo parecía indicar que el caso estaba totalmente cerrado, pero la ropa es una prueba que lo exculpa” dijo el policía dirigiéndose a la puerta. “Vaya a su casa y pregunte a su madre si David tenía dos igual, puede ser que todo fuera planeado” Gritó Don Juan desde su silla. El policía respondió: “Está bien, hablaremos con su madre mañana, pase usted una buena noche”. El policía cerró la puerta y se fue. Al salir, su compañero le preguntó: “Señor, ¿Quién cree usted que fue?” “Todo apunta al muchacho, pero este hombre parece muy seguro, incluso aún sabiendo que se equivoca” sentenció el policía colocándose bien el abrigo.

por: el Pater

Pesadilla antes de Navidad

Pesadilla antes de Navidad es una película de 1993 basada en un poema de Tim Burton, colaborador en la película, que usa la técnica del stop-motion (animación usando figuras).

Es una película animada musical protagonizada por Jack Skelleton, el Rey del Mal, que todos los años se encarga de que en su ciudad, Ciudad de Halloween, haya una celebración del día de Difuntos horripilante... pero este año Jack está cansado, no quiere hacer tanto mal, por lo que quiere cambiar. Por eso y por su descubrimiento de la Ciudad de la Navidad decide que este año será la Navidad lo que hagan, pero claro, de una ciudad donde todo es mal no puede salir nada bueno.

En esta base conocemos a todos los personajes de la película, como Sally, el profesor Finkenstein, el Alcalde, y muchos otros. Y por supuesto, escuchamos sus pegadizas canciones ("¿Qué es, qué es? Hay luces de color..." me encanta), porque Pesadilla antes de Navidad es sobre todo eso: canciones, unas canciones preciosas y pegadizas muy bien realizadas y muy bien dobladas al castellano.

Es una película infantil. Yo nunca la había visto completa, y me ha encantado. Ya no sólo por el argumento, que no me termina de agradar (debido a su simpleza por ser una película infantil), sino por la película en general: los personajes, la animación, la magia, las canciones hacen que esta película sea una imprescindible.

Ya sabéis, si no tenéis nada que hacer y queréis recordar viejos tiempos, aunque yo no la viera en su tiempo) poneos a verla, que seguro que os gusta.

Dissidia: Final Fantasy



Eso que veis ahí arriba es un vídeo de lo que será "Dissidia: Final Fantasy", un nuevo juego basada en la famosa saga de Square-Enix, en modo de conmemoración por los 20 años de la saga, un juego exclusivo para PSP, de la cual soy poseedor.


En este juego se encontrarán una gran cantidad de personajes, de todos los juegos desde el I hasta el X, por lo que presenciaremos la vuelta de algunos personajes como Yitán o Kuja.

Según parece, es un videojuego de lucha basado en el sistema de combate de Kingdom Hearts II, tendremos puntos de vida en vez de la típica barra, se podrán hacer ataques especiales dependiendo de la situación del personaje respecto al enemigo, y sí, tendrá trama argumental. En el enlace de abajo tenéis mucha más información.

Algunos de los detalles que más me han atraído ha sido el hecho de poner a pelear a Cloud contra Seifer, por ejemplo, el poder evolucionar a tu personaje, y el ponerte a pelear contra otro poseedor del juego, además del hecho de que los personajes están siendo resideñados y que todos tendrán voces (aunque lo dudo, espero que venga en español...).

Aunque... para qué engañaros, lo que más me gusta es que aparece Yitán, Final Fantasy IX, el juego que más me enganchó en PS1 y mi favorito:

Como siempre pasa en Square, no hay fechas, por lo que... a esperar tocan! Lo que yo se es que mi PSP no va a ir a ningun sitio y que esta joyita debe ser mía.

Os dejo un enlace con más información, y mejor calidad de redacción:
Dissidia: Final Fantasy en UltimaGame.com

domingo, 14 de octubre de 2007

Las cuatro rosas, capítulo III

Ayer se me pasó subirlo...
Aquí va el tercer capítulo de Las cuatro rosas.

LAS CUATRO ROSAS

III




“Buenas tardes, le acompaño en el sentimiento” dijo David a María al entrar en la sala del tanatorio donde estaba siendo velado el cuerpo sin vida de Manuel. Sara estaba allí sentada, al lado del ataúd, estaba vestida negro impoluto y llevaba unas gafas de sol para ocultar los ojos, hinchados de tanto llorar. Estaba con los hombros encogidos y la cabeza baja, inmóvil, sin hacer ni el más mínimo gesto. David se le acercó y le dijo: “Sara, estoy contigo, siento mucho lo que ha pasado, pero no te apures, la policía ya está investigando el crimen”. Sara levantó la cabeza y le dijo a David: “Y ¿De qué me sirve a mí que la policía investigue? nadie me devolverá a Manuel, nadie, porque el asesino está vivo, pero Manuel no, Manuel no.”. “Sara, para todo lo que necesites estoy aquí, somos amigos” dijo David intentando contener las lágrimas. “Gracias David, de corazón gracias y perdóname si no te contesto como debiera, es sólo que ni yo misma sé qué va a ser de mi vida”, dos lágrimas le asomaron por debajo de las gafas. David abrazó y dio un beso en la frente a Sara. Se sentó en una silla que estaba delante justamente del ataúd. Al poco tiempo salió de la sala camino de los servicios. Al entrar David en los servicios entró en la sala Don Juan, que había salido de su encierro voluntario para ir al velatorio de la persona cuyo asesinato había presenciado. Se acercó con su silla de ruedas hasta María, José y Sara y les dio el pésame. Acomodó su silla en un rincón y se quedó allí, mirando el féretro con la mirada fija, recordando lo desgraciadamente visto mientras un suspiro se le escapó.
David salió del servicio y fue al bar a tomar algo. Don Juan intentaba recordar quien era el asesino, le había visto perfectamente la cara, le era familiar pero su mente aún no sabía con claridad quien era, no sabía ponerle aún nombre y apellido al asesino.

La puerta se abrió y entró un hombre vestido con un traje de chaqueta negro, una camisa negra y una corbata negra, era el llamado “hombre negro”, era el policía encargado de llevar la investigación adelante. Se dirigió en primer lugar a los familiares y amigos de Manuel y les dio el pésame. Una vez cumplido el protocolo, se dirigió a Don Juan y le dijo en tono serio: “Me han informado de que es usted quien avisó a la policía y quien presenció el asesinato”. “Sí soy yo” - respondió Don Juan - “Estaba como cada noche mirando por la ventana, vi que Manuel fue a llevar a su novia a casa y que llegó, de pronto un hombre salió de las sombras del número tres y le dio varias puñaladas, aunque sólo vi la primera porque inmediatamente llame a la policía”. “Ajá” - el policía asintió con la cabeza y apuntó en una pequeña libreta con un bolígrafo – “¿Puede usted identificar al asesino?”. “No, no puedo, su cara me es familiar pero no consigo caer en quien es, y créame, llevo toda la noche intentando averiguarlo”
Ana entró en la sala y se fue directa a hablar con Sara: “Hola Sara, te acompaño en el sentimiento, ¿Cómo estás?”. Sara le respondió levantando la cabeza “Dentro de lo que cabe, yo estoy bien, pero Manuel está muerto”. “Tranquila Sara, ya verás como encuentran al asesino”.
“¿Seguro que no recuerda quien es?” insistía el policía a Don Juan. “Pues claro que estoy seguro, quiero que ese hijo de puta esté en la cárcel por lo que ha hecho, si supiera quien es se lo habría dicho ¿No cree?” respondió Don Juan.
David salió del bar, Ana lo vio y se fue en busca suya. “Hola David, ¿Qué haces aquí?” preguntó Ana. “Pues ya ves, en el velatorio de mi vecino, aunque más bien estoy para acompañar a Sara, ya sabes, ¿y tú?” dijo David. “David, soy la novia de Jesús, el hermano de Manuel, que menos que acompañarlo en estos duros momentos” dijo Ana, a lo que David respondió: “Ah. si, si, disculpa, a veces olvido que eres su novia, como se os ve poco juntos”.
“Haga un esfuerzo por recordar señor, usted tiene en su mano la llave del caso” volvía a insistir el policía.
“Bueno, parece que llega Jesús, voy con él, que tiene que estar pasándolo fatal” dijo Ana. “Sí, es lo que tienes que hacer, ya hablaremos en otro momento” le dijo David. Ana se fue hacia Jesús que acababa de llegar vestido con una chupa de cuero negro y unos pantalones vaqueros rotos.
Don Juan miró al fondo de la habitación con los ojos desorbitados y la boca abierta como si hubiera visto un fantasma, estaba tan asustado que no podía casi ni articular palabra. El policía al verlo así le preguntó: “¿Qué le pasa? ¿Se encuentra bien?”. “Sí, sí, estoy bien” respondió en voz baja Don Juan “¿Usted quería saber quien es el asesino? Ahí lo tiene” Señaló a David entre los presentes. “¿Está usted seguro?” le preguntó el policía. Don Juan respondió: “Por supuesto que lo estoy, venga, corra a arrestarlo, ese es el asesino, aún recuerdo su cara perfectamente como miraba a los lados”. El policía se levantó, se acercó a David, le puso las esposas y le dijo: “Queda usted arrestado por el asesinato de Manuel García”. “¿Qué, qué? debe haber un error, yo soy inocente” gritó David. “El único testigo del crimen lo ha delatado, no hay duda”. “Pero no puede ser, yo estaba viendo un videoclip, no soy yo quien lo maté, no soy yo, soy inocente” seguía gritando. El policía se llevó a David mientras éste gritaba que era inocente.
Mientras era llevado fuera de la sala, David vio como Sara se levantaba, se quitaba las gafas y lo miraba, con una mirada tan penetrante como hiriente. Entonces supo que él era el culpable.

por: el Pater

Memento (desactualizada)

Actualización: He escrito una nueva reseña, más completa y personal, y he eliminado la cita de la Wikipedia de esta (los dos primeros párrafos de Argumento), puesto que desvela cosas de la película que es mejor descubrir viéndola.

* * *

Esta película la vi ayer. Me la habían recomendado ya desde hace mucho, y la verdad es que no me ha defraudado para nada.

Lo peculiar de la película es esa forma regresiva de contarla. Las escenas van uniéndose unas con otras por el principio de éstas, que es el final de la siguiente. Hay que ir montándose un esquema en la cabeza, ya que el argumento tiene muchos entresijos, y si le sumamos esta forma de contarla, resulta un poco liosa. Pero si lo hacemos bien, acabaremos muy satisfechos con la película.

Una película de suspense recomendada a todos los que le gusta este género, y a los que no pero tengáis paciencia, también.

viernes, 12 de octubre de 2007

Las cuatro rosas, capítulo II

Vamos con el capítulo segundo de la historia:


LAS CUATRO ROSAS

II




David estaba sentado con los codos apoyados sobre el escritorio pendiente de la ventana, sin quitar ojo de la escena que tenía lugar en la plaza. Manuel y Sara salían del número 1 cogidos de la mano entre besos y abrazos dirigiéndose al coche de Manuel que estaba aparcado justo delante de la plaza, en una plaza perfectamente visible desde la ventana de David. En un abrazo, David vio como Sara subía la vista hacia su ventana, lo veía, sonreía y besaba a Manuel. David creyó que se quedaba ciego, pues por un instante no vio más que las lágrimas que brotaron de sus ojos, apretó los puños de la rabia, ardía en deseos de eliminar a ese que besaba a su amada, quería que ella fuera para él, no para su vecino. Cerró la ventana y se sentó a mirar la televisión. Al poco tiempo, Sara ya había llegado a su casa y se había conectado para hablar a través del Messenger. Nada más ver la ventana de aviso, David se apresuró a saludar como normalmente lo hacía: “Allô, guapa” a lo que Sara siempre contestaba: “Hello, you”. Y así nada más empezar a hablar, David dijo: “Espérame un momento, ahora hablamos, que voy a hacer una cosilla, no tardo”. Dicho esto, se puso el estado de “Volveré enseguida” y salió de la habitación mientras al otro lado de la pantalla, Sara esperaba que regresara.

La noche estaba tranquila en el exterior, no había un soplo de aire, pero sí un soplo de vida, el inquilino del número 2, Don Juan, postrado en una silla de ruedas y negado a salir a la calle, estaba allí sentado en su balcón mirando la plaza como casi todas las noches. De pronto un coche llegó, era Manuel. Aparcó en la misma plaza en la que se encontraba antes su coche, ya que debido a la hora ningún otro vehículo había ocupado ese lugar. Se bajó del coche, seguido por un coro de grillos que rompían el silencio de aquella noche y por la mirada de Don Juan. De entre las sombras de la casa número tres salió un hombre con un abrigo largo negro y un gorro que se dirigía hacia Manuel. Llegó enfrente suya y sin mediar palabra sacó un cuchillo y lo apuñaló tres veces, una en el abdomen, una en el corazón y la otra en el cuello. Cada vez que hundía el cuchillo en el cuerpo de Manuel, miraba a los lados para que nadie lo viera y lo apuñalaba una vez más. Creía que nadie lo había visto, porque Don Juan, al ver la primera puñalada había ido hasta el teléfono para llamar a la policía. Una vez apuñalado Manuel, el asesino se ocultó de nuevo corriendo en las sombras dejando a Manuel tendido en el suelo en un charco de sangre que se esparcía por el suelo y por su ropa. Estaba muerto, la puñalada del abdomen había traspasado el estómago, la del cuello había salido por la parte posterior del mismo y la del pecho había atravesado el corazón. Tenía los ojos abiertos, mirando sin mirar a un punto fijo. La boca estaba entreabierta y de ella fluía un riachuelo de sangre que iba a parar al mar sangriento del suelo. Allí, sólo con el eco de los pasos de su asesino y de los gritos que aún resonaban por las esquinas y que hicieron enmudecer a los grillos cantores, aunque en el sitio que más resonaba era en la cabeza de Don Juan que no podía creer lo que había visto.

“He vuelto” dijo David en el Messenger a Sara, “Perdóname si he tardado un poco, yo creí que iba a ser todo más ligero”. “No te preocupes” respondió Sara. De pronto, David, vio como las luces del número 1 y 2 se encendían y sus inquilinos se asomaban a las ventanas, escuchó como llegaban coches de policía y las ambulancias. “Algo ha pasado aquí, ha llegado la policía y la ambulancia, aparte, la gente está asomada a la ventana” dijo David. “No sé, ve a informarte de qué ha pasado, corre y me cuentas” respondió Sara. David cogió su abrigo largo negro y su gorro para resguardarse del frío, su teléfono móvil que hacía las veces de reloj, las llaves y salió a la plaza. Nada más salir vio como María, la madre de Manuel corría desesperadamente envuelta en una bata de flores, seguida por su marido José. Mientras corría gritaba: “¡Mi niño, mi niño!”. Al avanzar un poco, miró hacia el suelo y cayó desmayada sin llegar a caer, ya que su marido, con los ojos desencajados la sujetaba de la cintura. David siguió andando y vio como en el suelo estaba Manuel, muerto, rodeado de sangre, con tres puñaladas de las que emanaba sangre y más sangre. David no podía creer lo que veía, sus ojos se abrieron más de lo que él pensaba que podían hacerlo y su garganta se negó a darle algún sonido. No podía pensar en nada que no fuera Sara, ella estaba enamorada de Manuel y le iba a tocar a él darle la triste noticia. Poco después, habiéndolo desalojado la policía, llamó a Sara. Sara lo cogió y digo: “David, ¿Qué pasa? ¿Por qué no vuelves? ¿Qué ha pasado ahí?”. David no sabía que decir, no sabía como decirle a su amiga que su novio había sido asesinado. “Sara, escucha, no he podido volver porque en la plaza ha habido un asesinato” dijo David con un hilo de voz. Sara respondió impaciente: “¿Un asesinato? ¿Quién ha muerto?”, “Ha muerto….” dijo David tragando saliva para coger valor “Manuel, ha muerto Manuel”. Al otro lado del teléfono sólo se escuchaba el silencio y una respiración entrecortada, propia de un dolor tan grande que ni el llanto hacía acto de presencia, un hilo de voz entrecortada se oyó al otro lado del aparato: “Manuel”, “Sí, Manuel, de verdad Sara lo siento mucho” respondió David. “Manuel, Manuel” Sara se repetía una y otra vez el nombre en signo inequívoco de que estaba aún intentando hacerse a la idea de que Manuel había sido asesinado. “De verdad, Sara, sé como te sientes” dijo David para consolarla. Sara rompió a llorar y gritó: “Tú no sabes nada, miles de ilusiones, años de amor, proyectos que teníamos en mente, todo se ha ido a la mierda, todo, todo… Nunca podré amar tanto a nadie como amo a Manuel, y sé que ese amor perdurará siempre, he tenido la suerte de ser correspondida y ¿para qué? para nada, para hacerme vanas ilusiones que ahora me pesan como una losa, porque ya no existe nada, ya no hay futuro, todo, todo lo que quiero está muerto, no tengo a nadie con quien hacer mis sueños realidad. Tú no sabes lo que es perder a la persona amada, no sabes lo que es renunciar a un amor, no lo sabes”. Sara colgó y David le respondió con la mirada perdida: “Sí que sé lo que es perder un amor y renunciar a él, es lo que siento cuando te veo”.
David se fue a su casa a intentar dormir un poco, pero todos los esfuerzos fueron en vano, no podía dejar de pensar en que Manuel había muerto. Esa noticia le entristecía, pero a la vez le daba esperanza de que ahora que Manuel no estaba, Sara podría enamorarse de él. Estaba aterrado, había un asesino en su barrio, habían matado a su vecino, pero lo que más le aterraba era la idea de que en cierto modo estaba alegre por la muerte de Manuel.

por: el Pater

jueves, 11 de octubre de 2007

Las cuatro rosas, capítulo I

Aquí os presento un texto de mi gran amigo el Pater, espero que os guste. Consta de 10 capítulos, los cuales iré publicando uno por cada día.
Espero que os guste:

LAS CUATRO ROSAS

I




La luna llena reinaba en aquel cielo negro adornado con un bordado de estrellas, de todos los tamaños, más o menos brillantes, pero todas conformando un dibujo del espacio que servía de guía a los marineros y de inspiración a los bohemios. Corría una suave brisa veraniega que refrescaba el cálido ambiente de todo el día. El silencio era el habitante que paseaba impunemente por las calles oscuras, iluminadas con la tenue luz de alguna farola antigua. En el número 3 de la Plaza de las Rosas todas las ventanas estaban en la más oscura penumbra menos una, la correspondiente a la habitación de David. Esa noche, David se había quedado hablando a través del Messenger con su amiga Sara a la que había conocido hacía unos meses al iniciar el nuevo curso escolar. David estaba sentado sobre su silla verde de escritorio, tenía los codos y antebrazos posados sobre los reposa-brazos de la silla y escribía sus pensamientos con total suavidad posando los dedos sobre el teclado intentando hacer el menor ruido posible para no despertar a sus padres. Llevaba puesta una camiseta sin mangas, debido al calor reinante, típico del mes de agosto, de color negro y un pantalón corto, hasta poco más arriba de la rodilla, de color celeste pálido. Miraba fijamente a la pantalla de su ordenador, allí estaba la imagen a través de la Web Cam de su amiga Sara que vestía una camiseta de tirantes roja con unas letras blancas en las que ponía “Soy Yo”.
La conversación una vez más era intensa, resultado de una amistad enorme que se había ido fraguando con los meses de convivencia. Siempre hablando de la vida de Sara, ya que ella hablaba y él escuchaba y aconsejaba. Pero esa noche a Sara le salió la periodista que llevaba dentro y fue directa al grano con una pregunta: “¿Quién es tu novia?”, tras este mensaje Sara procedió a aclarar: “Llevamos ya varios meses conociéndonos bien a fondo, y aún no sé quien es tu novia, y sé que tienes porque tienes cara de enamorado”.
Tras varios segundos de silencio en blanco, David se dispuso a contestar, tocaba las teclas con cierto temblor propio de un nerviosismo más que evidente, cada palabra que escribía estaba llena de más miedo que carga semántica. Al fin contestó: “No, no tengo novia, pero no te equivocas cuando dices que estoy enamorado, porque sí lo estoy” “¿De quién?”, respondió rápidamente Sara. De nuevo David tardaba en contestar, pero finalmente dijo: “De ti, hace ya unos meses que estoy enamorado de ti”. Ahora el silencio procedía de las manos de Sara que finalmente teclearon: “Jo… no sé que decir, me coge de sorpresa, yo creí que te gustaba Ana. De verdad, yo te quiero mucho, muchísimo, pero sólo como amigo, porque, ya sabes, mi novio es Manuel”. David contestó con el pulso firme y lágrimas en los ojos: “Lo sé, vive en el número 1 y cada día al levantarme y abrir la ventana veo su casa y recuerdo quien es él y quien soy yo. Hace unos meses que no me lavo la cara, me seco las lágrimas. Es muy duro que lo último y lo primero que vea de mi calle cada día, sea lo que más dolor me causa en el mundo”. Sara quedó en silencio durante unos minutos pensando en lo que su amigo le había dicho y finalmente escribió: “David, si te hago sufrir quizás lo mejor sea que dejemos de ser amigos”. “¡No!” respondió rápidamente David, “No digas eso, no lo hagas por favor, verás, nadie sabe esto, pero te voy a contar algo… Hace como cinco años me enamoré locamente de una chavala que conocí gracias a un amigo y ella parecía corresponderme, hasta que un día, sin venir a cuento me besó, yo creí que éramos novios, pero al día siguiente apareció en la plaza con su novia, llevaba un año con ella, mi beso sólo fue un juego para ella, a ella le gustaban las mujeres y aún sabiendo lo mucho que la quería siguió jugando conmigo como con un juguete que con el tiempo irá a parar a otras manos o a la basura. Decidí entonces romper toda relación con ella, y no tuve ni amor ni amistad, no quiero que eso me pase ahora, no quiero volver a sufrir la pérdida de una persona amada. A mí no me importa llorar por las mañanas o por las noches pensando en que estás en la casa de enfrente besándote con Manuel mientras yo me muero de angustia aquí, eso no me importa si al menos sé que cuento con tu amistad, porque eso bien merece una lágrima o mil cada día.” Sara le respondió: “Dios David, no sabía que lo habías pasado tan mal en la vida, de verdad, yo siento mucho que estés pasando por estos momentos tan difíciles, pero entiéndelo, tú eres sólo mi amigo y Manuel es mi novio y eso no va a cambiar nunca”. “Lo sé, lo sé, claro que lo sé, ¿Qué crees? Eso es lo último y lo primero que pienso cada día” respondió David. “Creo que es mejor dejar las cosas tal y como están siendo sólo amigos y esperando que el tiempo remiende tu corazón descosido” dijo Sara para terminar la conversación, “Bueno, me voy a acostar ya que mañana que quedado temprano con Manuel, adiós, un beso”. Sara cerró cesión y David quedó allí mirando el hueco que antes ocupaba la Web Cam y por el que había visto que su amiga se asombraba e incluso se entristecía al haberse declarado él. Durante dos minutos largos estuvo allí, mirando la pantalla. Poco a poco fue girando la cabeza hasta dar con sus ojos en la ventana a través de la cual vio una casa, el número 1 de la Plaza de las Rosas. Bajó la vista nublada de lágrimas hacia el suelo pensando en que su amor nunca tendrá respuesta del corazón de Sara, ya que ésta respondió hace algún tiempo.
Se secó las lágrimas con su camiseta, apagó el ordenador y se fue a la cama, donde empapó la almohada de sudor y lágrimas. Pensaba antes de dormir, como cada noche: “Mañana será otro día, mañana serán otras lágrimas, mañana desearé de nuevo matar a la primera rosa”.

por: el Pater

Mañana más.

miércoles, 10 de octubre de 2007

Sobre el robo de material

Es algo que no es nuevo, pero hoy me ha sucedido que me han comentado un caso en el cual un chico en un foro se ha dedicado a copiar y pegar tutoriales, propiedad de un autor que se ha dedicado un tiempo a elaborarlos, y se los ha acreditado como suyo, cuando lo único que este individuo ha hecho es recopilarlos, y no de varias webs, sino de una, sin dar ningún tipo de agradecimiento.

Cuando alguien "hace" un sprite y por ejemplo, la cabeza no concuerda con el estilo del resto del cuerpo, siempre hay alguien que dice, "está raro". Pero en el momento en el que viene el entendido, le dice "oye, esa cabeza es de X sitio". Y entonces el plagiador o ladrón de material se tiene que quedar callado y decir que es cierto, que la cabeza no es suya. Esto es solo un ejemplo, pero para con cualquier tipo de material: o bien se copia parte de éste y el ladrón dice que su producto es genuino, o bien hace lo mismo habiéndolo copiado entero. Creo yo que es totalmente comprensible que si el autor original se entera de que alguien ha cogido su material y lo ha puesto en otro sitio, primero sin permiso, y segundo sin agradecimientos, es normal que se enfade.
En el mundo de internet y entre mundillos pequeños, los trabajos o bien no tienen licencia o bien tienen CreativeCommons, pero ¿qué ocurriría si ese trabajo tuviera Copyright? Le caería una demanda, no al usuario incompetente (que los hay), sino a la web. Y no creo que la web se lo tomara de buena manera.

El mundo de las licencias es cosa aparte, pero lo que quiero decir es que, al menos en internet, decir "la cabeza del sprite lo he sacado de X" o "X es el autor original del material" no cuesta trabajo. Es teclear un texto pequeño, acto que ya hace el individuo cuando alaba de que ha hecho algo genuino.

Encima de que hay gente que hace las cosas por el simple hecho de ayudar, o que lo hace por diversión para que el resto lo vea, ¿realmente es algo correcto atribuirse uno mismo un trabajo que no es suyo?
No vivimos en una sociedad tan radical, pero si así fuera, en muchos casos esa persona dejaría de hacer su obra para que el resto deje de robarle.

Yo sinceramente no entiendo cómo se pueden hacer ese tipo de cosas. Será por mi forma de ser: yo si muestro algo que no es mio digo de donde lo he sacado simplemente por el hecho de respetar al autor original, o para estar contento conmigo mismo ya que he hecho algo que considero correcto. ¿Es que los plagiadores de material no tienen sentimientos? Quizás. Pero más bien es cosa de chulería: queda muy bien que alguien venga con algo muy bien hecho, pero internet, aunque muy grande, es muy pequeño: si has copiado algo de alguna web minimamente conocida, siempre va a haber alguien, o el mismo autor del material si se entera, que va a pedir explicaciones y va a hacer que esa persona quede como lo que es: un plagiador de material que no tiene ni la bondad de dar las gracias. A la gente así no me la quisiera cruzar en la vida real.

Y vosotros, ¿qué opináis?

jueves, 4 de octubre de 2007

¿"Dragon Ball" al cine?

Hoy leyendo entre mis feeds me encuentro esta noticia:
Finalmente se confirma que habrá película basada en la serie animada. El estreno será en 2010 y el director será James Wong, que contará con 100 millones de dólares de presupuesto para recrear a tipos que lanzan ondas de energía y se convierten en monos gigantes.
La expresión que se me vino a la cabeza al leerla es "A ver qué sale de ahí". Realmente no me imagino a un Piccolo en versión película, ni a un Boo ni a Celula...
Obviamente la historia estará muy recortada, tres horas no son suficientes para resumir una historia tan enorme. Sólo espero que no la caguen mucho, mucha gente en España hemos crecido con esta serie y seguro que más de uno espera ya la película al leer la noticia.

miércoles, 3 de octubre de 2007

La universidad

Ya el pasado Lunes 1 de Octubre entré en la Universidad, concretamente en la Facultad de Filosofía y letras de Cádiz. Es un cambio total, de entorno, de ambiente, de forma de estudio.

A pesar de que llevo sólo 3 días, debo decir que, al haber escogido una carrera que realmente me gusta, las asignaturas me parecen muy interesantes. Me he metido en Filología hispánica, ya que me encanta mi lengua el español. Hasta el momento sólo he empezado 3 asignaturas, pero me parecen realmente fascinantes, interesantes y entretenidas, ya que todas no se dedican simplemente al examen parcial o final.
Digo que es un cambio total porque he salido de un instituto realmente agobiante. Los profesores te obligaban a irte a la biblioteca incluso cuando tenías horas libres y estabas en Bachillerato, no te dejaban salir a no ser que estuvieras en Bachiller y tuvieras hora libre, y un largo etcétera.
En la universidad, si te lo planteas bien, es todo un lujo en cuanto a estudios. Estudiando la lección del día y mirando la próxima vas preparando poco a poco el examen, por lo que al final no es necesario darse una panzada a estudiar. En la facultad las puertas están abiertas de par en par y puedes salir cuando quieras, los profesores te saludan en vez de reñirte, el horario es muy flexible (dependiendo de las asignaturas que elijas),... todo un chollo, vamos.
Si a eso le unimos que la profesora de Francés está de congreso, y ya el primer día dispusimos de tres horas libres, dos de la asignatura y una por horario. Fue una situación un tanto extraña, Pater y yo dando vueltas por Cádiz a las 9:30 AM.

Realmente contento, espero que las asignaturas que me faltan por empezar sean igual de entretenidas que las otras. La única pega que tiene es que tengo que tragarme cada mañana cerca de una hora de autobús para ir y para venir, pero nada realmente importante.

Con esto, además de contaros la experiencia, quiero deciros que a partir de ahora el ritmo de entradas bajará de una manera considerable. Espero que sigáis al tanto del blog mientras seguís viviendo vuestras espero que placenteras vidas.