Apple (III): Sus usuarios

Después de hablar de MacOS y Mac y de los productos que empiezan por i, en esta entrada quiero hacer algunas consideraciones acerca de los usuarios de los productos de la manzanita. Últimamente no son pocos con los que trato, y muchos de ellos tienen algunas características en común que quiero exponer aquí.

Foto tomada de Flickr

Lo primero que quiero destacar es una cruz que tienen muchos usuarios de Mac, y yo era uno de los que se la imponía. Es común pensar que quien tiene un Mac es un pijo, o como mínimo, que tiene mucho dinero.

No niego la posibilidad de que algunas personas se hayan comprado equipos Mac porque es bonito, porque es caro o porque es diferente a Windows. Pero la gente con la que yo he tratado no lo ha hecho (sólo) por eso. Comprarse un Mac es una importante inversión, y no es algo que se pueda tomar a la ligera, también por el cambio que supone el nuevo sistema operativo. Quien se compra un Mac lo hace para quitarse de problemas, como ya he expuesto en las entradas anteriores: buscan algo que funcione y nada más, algo a lo que no haya que darle muchas vueltas. Enciende y disfruta. Y esto Apple lo hace muy bien. Si a esto le sumamos los pocos problemas que da el sistema y lo potente de los equipos, creo que es comprensible ver a tanta gente encantada con sus equipos o sus productos Apple.

Tampoco es mi intención hacer entender que es oro todo lo que reluce: los usuarios de Apple son, en regla general, adoradores de su sistema y con un punto de fanatismo. Quien se compra un producto de Apple y se mueva por la red (y una cosa va unida a la otra, por norma), se querrá enterar de cada movimiento de la empresa, estará atento a las presentaciones que hagan, y probablemente actualizarán con la nueva versión del sistema o se comprarán la nueva versión del producto.

Pero al igual que tiene fanáticos, también tiene detractores. Y tan extremista es uno como otro. Cuando salió el iPhone, los primeros dijeron, "¡la revolución de la telefonía!", y otros tantos "es un cacharro inútil". El tiempo ha acabado dando la razón a los primeros, pero los segundos tenían razón en que el aparato estaba muy limitado, y aún hoy sigue estándolo. Muy poca gente he visto que no esté en estos dos extremos, aunque, como siempre, hay de todo.

Una característica común a los usuarios que trato es su gran capacidad para adoctrinar a quien no tiene nada de Apple. Si conoces a alguien que tenga un Mac, estate seguro de que intentará adoctrinarte si te interesas lo más mínimo, o incluso si no te interesas. Expondrá las grandes virtudes de su sistema y acabará enamorándote de Mac.

Para ir cerrando, un tema que me comentó Enigma en los comentarios de la primera entrada y que he observado. Muchos linuxeros acaban siendo macqueros cuando llega cierto momento, ¿por qué? Antes no lo comprendía, pero hoy en día ya sí.

Como dije en aquella entrada, el ordenador Mac está optimizado al máximo, no da muchos errores y funciona. Esto es algo de lo que muy pocas veces puede presumir Windows (muchos fabricantes venden ordenadores nefastos con dicho SO), y GNU/Linux, para su desgracia, viene muy pocas veces instalado por defecto. GNU/Linux, en la mayoría de los casos, se ve en la "obligación" de soportar tanto hardware como pueda por defecto (o, aún queda algún retazo, compilando drivers), porque no está pensado para determinado equipo (al menos yo no conozco distros específicas o tiendas que vendan GNU/Linux en un PC totalmente optimizado). Así que el usuario Mac, cuando lo compra, se quita de los problemas típicos de Windows y de las posibles configuraciones que tiene que hacer en GNU/Linux, o de los posibles problemas de "esto no funciona aquí". Esto le da una comodidad que no disponía en los otros dos, una tranquilidad. Y después de todo, no usamos nuestro PC porque sea más o menos libre, lo usamos porque funciona y porque cubre nuestras necesidades, y si no funcionara, no lo usaríamos o buscaríamos una manera de que funcione. Mac funciona, de serie, y muy bien.

También tiene que ver el factor tiempo, como dice Enigma. Cuando uno tiene tiempo libre puede curiosear, mirar qué falla, qué ocurre, y echarle horas para solucionar el error. Si no se tiene tiempo, las ganas de curiosear en gran parte desaparecen: sólo se quiere que el ordenador funcione. Y ahí entra de nuevo la exposición que hice antes.

En definitiva, usuarios contentos, defensores de la marca, con gran capacidad de adoctrinamiento, y capaces de aguantar las críticas más destructivas. Claro que esto es una generalidad que puede ser cruel, y yo he llevado algunos aspectos al extremo. Los usuarios con los que trato son más sensatos, y saben ver lo bueno y lo malo de los productos de la manzanita... algunos.

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