Podcasting (I): Sobre la «Ley Emilcar»

Empiezo con la serie de entradas que ya anuncié con un tema que siempre se alude en la podcastfera con tono medio de cachondeo medio serio. La llamada «Ley Emilcar» que ya él mismo enunció en las IV jornadas de Podcasting. Me ha quedado una entrada que parafrasea en buena medida las palabras que Emilcar dijo en su charla, pero aplicado a mi experiencia personal.

Emilcar diferencia cuatro apartados dentro de su ley:

• Hasta que un podcast no tenga tres números no es un podcast.
• Un podcast debe durar menos de una hora.
• Prestar atención a las promos, tanto a la propia como a las de otros.
• La sección de audios y correos debe ir al final.

Bueno, primero y ante todo, no creo que ni el propio Emilcar se crea que estas son leyes universales que todo podcaster deba cumplir. Porque ante todo, internet es un medio variado y libre y cada uno puede hacer su podcast como quiera. Como dice Rafa Osuna, "es mi podcast y me lo follo cuando quiero", que es una frase poco poética pero cierta: si el podcaster quiere hacer dos horas y media de podcast (que yo mismo lo hago con Radio Al compás), poner comentarios al principio o saltar alguna de las llamadas «leyes», libre es de hacerlo y respetable es su postura.

Pero lo que sí es cierto, como dijo el propio Emilcar en su charla, es que estos datos no son aleatorios, sino que son datos más o menos objetivos. Para mí, los podcast que cumplen esto son podcast muy buenos, aunque hay muchos que no las cumplen y me encantan de todos modos.

Empecemos por la duración. Parafraseando a Emilcar, el cerebro funciona por una unidad de tiempo estándar que es: una hora. Programas de televisión de una hora, clases de una hora, nos tumbamos una hora para echar una siesta, y tantos otros ejemplos. También es totalmente cierto que cuando uno está suscrito a muchos podcast uno tiende a escuchar antes lo más corto. Si se te acumulan tres capítulos de un podcast de dos horas y media, ya tienes que mentalizarte a que vas a escucharlo, y posiblemente no estemos dos horas y media tan atentos como una hora.

La afirmación a este punto me ha venido a mí cuando he empezado la facultad. Tengo 40 minutos de viaje de autobús, ¿qué voy a escuchar primero? Lo que entre en esos 40 minutos o bien lo que lo sobrepase poco para escucharlo a la vuelta o bien en el camino a pie. Para que yo, después de escuchar, pongamos, esa hora y veinte que tengo de bus, llegue a mi casa y me ponga a escuchar el resto del podcast, me tiene que coger con ganas, con tiempo libre y sobre todo, que el episodio me guste. Seguramente mucha gente tenga situaciones parecidas que puedan corroborar esto.

Por lo tanto, para mí es más cómodo escuchar podcast que entran en el autobús, que escuchar uno de dos horas y media.

Otro punto en el que estoy incluso más de acuerdo que en el antorior es el hecho de que la parte de audios, comentarios y correos debería ir al final. Hay podcast que duran una hora y media o dos, y tienen los audios al final. Es decir, cuando empiezas a escuchar un episodio, escuchas directamente los contenidos de ese episodio. Posiblemente no te interese lo que tenga que decir otra gente, o quizá haya chistes privados entre podcast, tan comentados últimamente. Los podcaster argumentan que consideran educado contestar a la gente que se ha molestado en escribirles al principio. Yo no creo que sea tema de educación o decoro. Hay podcast en los que los audios y los correos que ponen suelen ser gente que pregunta cosas, hay casos en los que no hay audios poco útiles, y los podcaster se divierten (y hace que el oyente se divierta) dando respuesta. Pero en todos los casos no es igual.

 Por ejemplo, si un podcast trata de cine y yo no soy cinéfilo, o a lo mejor soy nuevo oyente de otro podcast, y no me interesan las discusiones de cine que puedan tener, o bien los audios que otros hayan podido enviar. Pues cuando escucho los contenidos, apago. Muchos podcaster dicen que se puede dar hacia adelante, que para eso está la tecnología. Sí, pero hay que dar facilidades para ello. En las entradas para presentar el episodio normalmente no se dice cuando acaba la sección de audios, o bien yo me los bajo y no leo las entradas. Entonces tengo que buscar pacientemente en mi reproductor de bolsillo cuando acaban, o bien tragármelo por quitarme de líos.

Por lo tanto, ya digo, yo no considero que un oyente vaya a pensar que se es maleducado por poner los correos al final. Creo que el poner los audios, comentarios y correos al final es una buena medida para que el oyente se sienta cómodo escuchando. Porque tampoco suelen hacerse resúmenes de comentarios o de correos, se suelen leer literalmente, con comentarios entre medio. Comentarios que posiblemente no tienen fundamento ni contenido.

El último punto que me parece muy importante es el de la promo. Es muy cierto que una buena promo puede dar ganas de escuchar un podcast. Y voy a poner un ejemplo concreto (espero que me perdonen). Yo escuché la promo de La buhardilla 2.0 en varios podcast cuando estaban empezando. Y decía, "buena promo". Y pensaba, "este es otro podcast de humor, no se me apetece escuchar más de ese tema". Un día que me dio por entrar al podcast, me encuentro con que hablan de ciencia y matemáticas. Pero su promo da sensación de que es de humor. Aparte, en muchas promos no se dice claramente el nombre del podcast, o una web. A lo mejor no todos los datos que dijo Emilcar (que se mencione la periodicidad a mí no me parece algo prioritario), pero sí el nombre y la web, y que se diga bien claro el tema. No hace falta decir, "Hola, tengo un podcast que se llama Radio Al compás. Trata del carnaval de Cádiz y puedes escucharlo en...", pero sí hacer algo que deje clara la temática.

Y ya lo de los tres números es algo que el mismo Emilcar dijo que era algo que deja por tradición. El oyente que sigue el podcast desde el princpio sabe cuando el podcast ya ha arrancado, o bien el podcaster avisa (la buhardilla 2.0), o bien el mismo oyente, si ve que los primeros son malos, no los oye o da una oportunidad cuando está empezando. O sea que es algo que depende mucho. Aparte de que tres números no es nada, prácticamente.

Y ya con esto acabo este post dedicado a la Ley Emilcar, que más que ley deberían ser «pautas» o «consejos», pero no queda bonito, y «Ley» le da la suficiente solemnidad como para que la gente al menos se lo plantee. Porque en mi experiencia y supongo que en la de muchos, tiene toda la razón.

Ni Emilcar ni yo tenemos la razón absoluta en la tierra de los podcast, pero en su experiencia, la mía y la de algunos otros, estos cuatro (tres) factores sí que son muy importantes y se deberían tener en cuenta para hacer un podcast.

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