En toda representación en directo se produce un pacto entre aquellos que actúan y el público. Pero como de lo que yo más entiendo es de carnaval (poquitas veces he ido al teatro), pues os voy a hablar de ese pacto en los certámenes carnavalescos.
¿Qué es ese pacto? Os preguntaréis. Es muy sencillo, Por el simple hecho de asistir, quienes actúan (en este caso las agrupaciones) dan lo mejor de sí mismas (o deberían) con tal de entretener al público presente, ya sea arrancándole una carcajada o haciendo que aplauda ante ese pasodoble tan sentido que llega al alma. Pero el público también interviene en ese pacto, claro, porque al asistir se comprometen a escuchar a las agrupaciones, colaborar con ellas, aplaudir, etc.
Pero hay muchos problemas en torno a este pacto. Por ejemplo, ha habido agrupaciones que han sido menos aplaudidas o que directamente no lo han sido por el hecho de que no se han portado de acuerdo al pacto. Eso conlleva aburrir al público o faltarle al respeto al mismo, que no por nada otro de las formas de llamarlo es “respetable”, aunque a veces este nombre se pone totalmente en contradicho cuando trata mal a la agrupación, por cualquier motivo, poniéndose a cantar o abucheando a agrupaciones que quizá, y sólo quizá, no lo merezcan.
Las agrupaciones hay veces que no cumplen las expectativas del público. No cantar todo lo bien que debería hacerlo (o hacerlo sin siquiera avisarlo), el hecho de no mostrar ninguna educación (no saludando o haciendo algo que pueda sentar mal), son algunas de las razones por las que el público puede responder mal.
De igual modo, en ocasiones el público no se porta bien. En un festival donde haya comida y carnaval, la mayoría de las veces se centra más en la comida que en el espectáculo, dando de lado a las agrupaciones, que no se sienten cómodas y posiblemente, canten menos, saliendo perdiendo por otro lado las personas que sí que están pendientes de ellos. También se da el caso de que cante alguna agrupación que no tiene un nombre formado en el concurso, y el público, simple y llanamente, se va.
Todos deberíamos contribuir en que el pacto se mantenga. Si se va asistir a un certamen de carnaval de cualquier tipo, ya sea concursos o festivales, las agrupaciones deberían estar lo mejor posible para que el público quede satisfecho, y éste, a su vez, debería estar sentado durante todo el acontecimiento para que las agrupaciones se sientan respetadas. Es tarea de todos que cada uno por su parte se sienta lo más cómodo posible en una fiesta tan maravillosa como es el Carnaval de Cádiz.
¿Qué es ese pacto? Os preguntaréis. Es muy sencillo, Por el simple hecho de asistir, quienes actúan (en este caso las agrupaciones) dan lo mejor de sí mismas (o deberían) con tal de entretener al público presente, ya sea arrancándole una carcajada o haciendo que aplauda ante ese pasodoble tan sentido que llega al alma. Pero el público también interviene en ese pacto, claro, porque al asistir se comprometen a escuchar a las agrupaciones, colaborar con ellas, aplaudir, etc.
Pero hay muchos problemas en torno a este pacto. Por ejemplo, ha habido agrupaciones que han sido menos aplaudidas o que directamente no lo han sido por el hecho de que no se han portado de acuerdo al pacto. Eso conlleva aburrir al público o faltarle al respeto al mismo, que no por nada otro de las formas de llamarlo es “respetable”, aunque a veces este nombre se pone totalmente en contradicho cuando trata mal a la agrupación, por cualquier motivo, poniéndose a cantar o abucheando a agrupaciones que quizá, y sólo quizá, no lo merezcan.
Las agrupaciones hay veces que no cumplen las expectativas del público. No cantar todo lo bien que debería hacerlo (o hacerlo sin siquiera avisarlo), el hecho de no mostrar ninguna educación (no saludando o haciendo algo que pueda sentar mal), son algunas de las razones por las que el público puede responder mal.
De igual modo, en ocasiones el público no se porta bien. En un festival donde haya comida y carnaval, la mayoría de las veces se centra más en la comida que en el espectáculo, dando de lado a las agrupaciones, que no se sienten cómodas y posiblemente, canten menos, saliendo perdiendo por otro lado las personas que sí que están pendientes de ellos. También se da el caso de que cante alguna agrupación que no tiene un nombre formado en el concurso, y el público, simple y llanamente, se va.
Todos deberíamos contribuir en que el pacto se mantenga. Si se va asistir a un certamen de carnaval de cualquier tipo, ya sea concursos o festivales, las agrupaciones deberían estar lo mejor posible para que el público quede satisfecho, y éste, a su vez, debería estar sentado durante todo el acontecimiento para que las agrupaciones se sientan respetadas. Es tarea de todos que cada uno por su parte se sienta lo más cómodo posible en una fiesta tan maravillosa como es el Carnaval de Cádiz.
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