Día internacional del eufemismo

Hoy 25 de noviembre es el «Día internacional contra la violencia de género». O mejor aún, el «Día internacional contra la violencia machista­». No nos vayamos a escandalizar por oír o leer la palabra «maltrato».

Qué potente arma es el lenguaje. Fijaos si es potente, que tenemos dirigentes que lo único que saben hacer es hablar bien en público, o un sistema judicial que se basa en conceptos que, si no se usan correctamente, resultan una trampa. Si sabes hablar bien puedes decir la mayor sarta de estupideces que tu cerebro pueda concebir, da igual, la gente te aplaudirá.

Y por supuesto, una de las principales funciones del lenguaje hoy en día es que el consumidor no se escandalice. Cada día vemos ­«­incursiones aéreas­» que tienen como resultado «efectos colaterales», que son aquellos a los que les cae la bomba encima sin haber hecho nada. Y cito estos dos ejemplos por ser universalmente conocidos, como también lo es el tercero, que hoy me lleva a escribir estas líneas.

«Violencia de género», o «violencia machista», según como se levante el redactor. Dos eufemismos que nos dejan fríos ante una realidad tangible y que sufren muchas personas, tanto hombres como mujeres; una realidad dura y que tiene ya de por sí una palabra que todos conocemos y entendemos perfectamente, una palabra que, según parece, es tan dura como la realidad que representa: maltrato.

«Violencia machista­» aún es peor. Recuerda a aquellas sociedades autoritarias donde la mujer no valía nada. Ya no estamos en esas sociedades, aunque parece que nos lo quieran hacer ver y a pesar de que por desgracia aún hay maltrato. Es peor porque hace pensar que vivimos en el siglo XIV y porque el único que queda como maltratador, el único que queda como el malo, es el hombre.

Sí, porque aunque a muchas feministas les duela reconocerlo, también hay hombres maltratados. «Violencia de género­» también hace alusión a la misma realidad, hombres que maltratan a mujeres, pero al menos ese «género» se podría aplicar a ambos, hombre y mujer. Parece que por eso últimamente prefieren «violencia machista», para recalcar que es el hombre quien maltrata, quedando la mujer en su moderno papel de única víctima de la sociedad.

Si vamos a hablar de maltrato, hagámoslo con el término que lo define. Y si vamos a hablar de hombres que maltratan a las mujeres, hablemos de maltrato a la mujer. Pero si de verdad queremos llegar a esta sociedad moderna de la que tanto nos gusta presumir, esa en la que todos tenemos los mismos derechos, reivindiquemos y luchemos únicamente contra el maltrato.

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