Yema es la segunda obra de la trilogía dramática de Federico García Lorca compuesta por Bodas de Sangre, Yerma y La casa de Bernarda alba, aunque yo me la estoy leyendo en orden inverso.
Esta obra nos presenta a Yerma, una mujer de campo que no tiene hijos y cuyo mayor deseo es precisamente tenerlos. Tal es su deseo que poco a poco ese anhelo irá convirtiéndose en desesperación, hasta llegar al fatídico final.
Aunque hay otros personajes Yerma es la única y absoluta protagonista de la obra. Tenemos a su marido, Juan, cuya única preocupación es cuidar de sus bienes y de sus tierras; a Victor, un pastor amigo de Juan, María es una chica que va a tener un hijo, hay una vieja alegre y atea, y otros personajes.
Lo más destacable de la obra es la belleza poética, más allá de que en esta ocasión haya cancioncillas y poemas, frente a La casa de Bernarda Alba. El autor hace uso de símbolos y signos muy binen elegidos y mejor tratados, que harán que vayamos viendo la evolución del personaje en el tiempo, de una complejidad mayor de lo que puede parecer. Vamos viendo cómo ese deseo se convierte en anhelo, en desesperación, en locura.
La obra es de corta extensión, teniendo en cuenta que nació para ser representada en una hora. Si hay que buscarle un "pero", es que esta obra al tener tanto símbolo y al haber cancioncillas, quizá quede más forzado, menos natural que La casa de Bernarda Alba. Pero eso no resta su belleza y la maestría de Lorca tratando un tema ya clásico, la mujer estéril, al que le da una visión nueva y personal.
Recomiendo encarecidamente su lectura, porque si no te gusta la poesía quizá con esta obra le cojas gustillo, dada la belleza de sus versos, sin olvidarnos de la belleza del resto de componentes de la obra.
Esta obra nos presenta a Yerma, una mujer de campo que no tiene hijos y cuyo mayor deseo es precisamente tenerlos. Tal es su deseo que poco a poco ese anhelo irá convirtiéndose en desesperación, hasta llegar al fatídico final.
Aunque hay otros personajes Yerma es la única y absoluta protagonista de la obra. Tenemos a su marido, Juan, cuya única preocupación es cuidar de sus bienes y de sus tierras; a Victor, un pastor amigo de Juan, María es una chica que va a tener un hijo, hay una vieja alegre y atea, y otros personajes.
Lo más destacable de la obra es la belleza poética, más allá de que en esta ocasión haya cancioncillas y poemas, frente a La casa de Bernarda Alba. El autor hace uso de símbolos y signos muy binen elegidos y mejor tratados, que harán que vayamos viendo la evolución del personaje en el tiempo, de una complejidad mayor de lo que puede parecer. Vamos viendo cómo ese deseo se convierte en anhelo, en desesperación, en locura.
La obra es de corta extensión, teniendo en cuenta que nació para ser representada en una hora. Si hay que buscarle un "pero", es que esta obra al tener tanto símbolo y al haber cancioncillas, quizá quede más forzado, menos natural que La casa de Bernarda Alba. Pero eso no resta su belleza y la maestría de Lorca tratando un tema ya clásico, la mujer estéril, al que le da una visión nueva y personal.
Recomiendo encarecidamente su lectura, porque si no te gusta la poesía quizá con esta obra le cojas gustillo, dada la belleza de sus versos, sin olvidarnos de la belleza del resto de componentes de la obra.
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