lunes, 21 de mayo de 2012

Google Chrome es el navegador más usado, ¡viva Google!

En Google estarán brindando con champán del caro y comiendo canapés. Su navegador, aquél que se lanzó de un día para otro y muchos pensamos «¿Y esto qué pinta aquí?» es el más usado del mundo. Lo he leído en Genbeta y lo he visto en Menéame. Y, como es natural, podemos ver  reacciones de la más variada naturaleza. No me gusta simplificar: detrás de cada comentario hay una persona y sus complejidades, pero para analizar hay que generalizar, y a ello voy.

Antes que nada, me posiciono. Yo uso Opera por una mera cuestión de estética: se integra mejor con mi sistema operativo. No tengo absolutamente ningún problema con Firefox, de hecho lo tengo instalado y es mi navegador desde hace años. He usado Chromium, el proyecto libre detrás de Chrome, y Iron, un fork de Chromium supuestamente «menos Google». Me da exactamente lo mismo usar cualquiera de los tres navegadores (Firefox, Opera, Chrome/ium/Iron) porque los tres me funcionan bien. Pero si tuviera que evitar alguno sin duda ese es Chrome o derivados por el mero hecho de que está Google detrás.

No me considero ningún paranoico, pero no soy el único que piensa que ya hay demasiado Google en nuestras vidas. Contactos, correos, calendarios, vida social, y por último hasta un disco duro. Sé que desde Chrome se envían datos a Google (hay una opción para desactivarlo, pero, ¿qué persona normal mira las opciones de su navegador? simplemente funciona y punto), desde Chromium y Iron supuestamente no, pero el rastro de Google me hace alejarme de ellos.

Y yo me pregunto: aunque sea sólo durante esta semana, ¿cómo no va a ser el más usado? A pesar de las bondades del navegador (que las tiene), la gente no se hubiera enterado de su existencia de no ser por la cantidad de publicidad que Google ha hecho de su producto, demostrando una vez más qué manda en todos los ámbitos.

Una vez aquí volvamos al punto de partida: las reacciones de los internautas. Muchos celebran el triunfo de Chrome porque se ha acabado el monopolio de Internet Explorer, y si de paso pueden poner a parir a Firefox (el navegador de cabecera durante años, confiable con respecto a la seguridad de nuestros datos), pues mejor. Opera, por supuesto, ni se menciona, o se menciona poco. Pero bueno, mejor dejarlo ahí feliz en su segundo o tercer plano.

¿De verdad hay algo que celebrar? Lo único sería que la gente use un navegador de verdad, y no una versión antigua de Internet Explorer inutilizable en el año 2012. Pero que sea precisamente Google, la empresa que puede aglutinar más datos del usuario si el usuario se deja, me parece cuanto menos preocupante.

Y en el otro lado tenemos a los que no le dan la mínima importancia. ¿Qué importa que sea Chrome? Es sólo un software, nuestra vida no va a cambiar por usarlo, hay cosas más importantes; la gente no protesta por nada y protesta porque el navegador de Google sea el más usado. Lo cual, dicho en un blog de tecnología, denota cierto desconocimiento que no es propio de esos lugares. ¿Que es más importante la lucha del obrero? Por supuesto, ¿quién niega eso? Pero no hay que mezclar churras con merinas.

Así que, como siempre, ni tanto ni tan poco. Hay que alegrarse porque la gente use un navegador de verdad, pero con ciertas reservas por el poder que está acumulando Google. No soy tan ingenuo de pensar que en la tecnología todo es felicidad y nadie se queda con mis datos, pero si fuera un usuario descuidado, Twitter «sólo» tendría las chorraditas de 140 caracteres que se me ocurren, Facebook parte de mi vida, etc., y después de todo son varias empresas. Pero Google puede tener mi vida entera, si le dejo, y sólo es una.

Y no me sirve la escusa inconsciente de «¿Qué tienes que ocultar?» La tecnología no debería funcionar así. La tecnología debería respetar al usuario, y nosotros no deberíamos vendernos por usar buenos productos. Tampoco me sirve la escusa de que Google es demasiado grande como para preocuparse de lo que yo haga o deje de hacer con sus productos: mis datos ya los tiene, es cuestión de mirarlos o dárselos a quien le dé la real gana. Y por supuesto tampoco me sirve ese nuevo argumento de que es sólo tecnología, porque la tecnología rige nuestro día a día, nos guste o no.

Conste que no escribo esto con intención alarmista ni ninguna por el estilo. Simplemente, a pesar del (poco) tiempo que llevo usando ordenadores y navegando en internet, me sigue sorprendiendo la actitud de ciertos usuarios.

1 comentarios:

Salamandra dijo...

Yo he probado Chrome, y Opera y Epiphany. Al final siempre termino volviendo a Firefox, es una sensación de "estar en casa" que no tengo en otros navegadores, posiblemente por las extensiones o lo que sea.

Pero esto es la fortaleza del software libre, libertad de elección.

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