jueves, 26 de enero de 2012

Los libros con los que crecí

Todos tenemos unos libros especiales, que recordamos con especial cariño porque fueron los que nos animaron a seguir leyendo o incluso, como es mi caso, a estudiar una carrera relacionada con las letras.

Nunca he sido (ni soy) un ávido lector, ni en mi casa los ha habido, pero sí muchos libros, y yo, como mente inquieta, me acercaba a ellos. Hay que sumarles, claro, los que me mandaban a leer para el instituto, de los que recuerdo y destaco algunos. Vamos allá.

Manolito Gafotas
Creo que muchas generaciones hemos crecido leyendo las aventuras de Manolito Gafotas de Elvira lindo, el niño que lleva el nombre del camión de su padre. Todo era peculiar, desde sus amigos (Orejones López, Yihad y compañía) hasta su familia (su padre, su madre, su abuelo y su hermano El Imbécil).

Y es que, como decía Manolito, no podría escribir una biografía cuando llegase a viejo porque le faltarían páginas, tantas y de tal naturaleza son sus vivencias del día a día. Cada capítulo contaba una aventura autoconclusiva, aventuras cotidianas con el sello de Manolito. Recuerdo haberme echado muchas y prolongadas risas con estas novelas, sobre todo con cierta escena relacionada con El Imbécil. Eran realmente entretenidas.

Las brujas
Recuerdo con mucho cariño este libro de Roald Dahl, que ya cuando llegó a mis manos había sobrevivido a una inundación en la casa de un familiar. Ahí sigue, en la estantería, amarillo y con las páginas arrugadas, después de habérmelo leído varias veces y haberlo compartido.

La visión de las brujas que presentaba era muy peculiar. Si no recuerdo mal se ambientaba en la actualidad y había una organización secreta de brujas que odiaban a los niños. Sin quererlo, un chico con su abuela (que sabe mucho de brujas) se encuentran con ellas, y el niño tenía que intentar escapar de ellas.

Harry Potter
De sobras conocida por todos la saga de novelas del niño mago, que acababa ya no tan niño, escrita por J.K. Rowling. Como el resto de los mortales empecé a leerla por el boca a boca, porque en mi clase de primaria había mucha gente siguiendo las aventuras. Empecé cuando aún no había salido la quinta entrega.

Es muy curiosa mi historia con estos libros. Los cuatro primeros me los leí rápidamente. Luego compré el quinto y el sexto, que ya leí con menos ansias, y ya el séptimo aún lo tengo por terminar. Harry Potter iba creciendo con sus lectores, pero cuando llegó la última entrega ya mis intereses habían cambiado. A pesar de todo siempre recordaré las tres primeras partes, que fueron las que más me gustaron (especialmente la tercera) y que me leí varias veces.

Flanagan, el detective juvenil
Si no recuerdo mal, No pidas sardina fuera de temporada fue una lectura obligatoria en la secundaria, pero me gustó tanto que posteriormente también leí Todos los detectives se llaman Flanagan. Son las dos primeras partes de una serie de novelas.

Creo que todos hemos tenido el deseo en nuestra infancia de ser unos inteligentes detectives a los que nunca se les escapa un detalle, y con estas novelas podíamos sentirnos como uno de ellos. El protagonista, un chico de Barcelona, se ve involucrado en complicados casos a raíz de una investigación que le encarga alguno de sus amigos del instituto. Unos libros que me mantenían pegado a sus páginas por el afán de saber qué vendría después, como debe ser.

La historia interminable
De este sí me acuerdo muy bien. Me lo recomendó una profesora de lengua (a la que jamás estaré lo suficientemente agradecido ya que fue quien me animó a seguir leyendo) cuando vio que me gustaban los mundos de fantasía (en aquella época estaba jugando Final Fantasy como un loco). Curiosamente lo tenía en la estantería de mi salón y rápidamente me puse a leerlo.

Este libro de Michael Ende nos contaba la historia de Fantasia, un mundo que estaba siendo absorbido por una extraña «nada» y que se iba desarrollando conforme el protagonista, Bastian Baltasar Bux, leía las páginas de un extraño tomo. Una lectura idónea para todos aquellos niños que queríamos convertirnos en los héroes de una historia fantástica.

Otras menciones
Podría mencionar algunos más, como la saga de El pequeño vampiro. En mi estantería había algunos libros y luego yo pedí uno más. Muchos niños no lo soportaban. También recuerdo que me gustaron Jaque en la red, La maldición del brujo leopardo y La selva prohibida (estas dos últimas de Heinz Delam, las tres lecturas de instituto). Pero no las recuerdo con tanto cariño como las anteriores.

Comentarios
Como podéis ver, tres de los cinco libros o sagas que os he mencionado tienen que ver con mundos o personajes maravillosos. Es lo que siempre me ha llamado más la atención, la fantasía.

Quizá sabiendo lo que sé ahora, que conozco grandes clásicos recomendados para niños y que aún no he leído, hubiera elegido otras lecturas. Pero era lo que tenía y estoy muy orgulloso de haber crecido con ellas. Después de todo no importa lo que leamos siempre que nos entretenga y nos anime a seguir leyendo.

Tu turno
Ahora te toca a ti en los comentarios contarme con qué libros has crecido. ¿Eres de los que leía grandes clásicos sin entonces saberlo, o eres como yo que leía lo que encontrabas por el puro placer de tener un libro en las manos?

3 comentarios:

Javier Romero dijo...

Recuerdo con especial cariño dos colecciones:
La primera era la saga de los cinco, donde un grupo de niños vivían innumerables aventuras.

La segunda, aunque no es "formato libro" ;) sí me hizo amar y respetar los clásicos libros de aventuras. Me estoy refiriendo a la colección de cómic Joyas Literarias Juveniles

Marco dijo...

estos son algunos de mis libros de la infancia

El Principito, de Antoine de Saint-Exupery.

El señor de los anillos, de J.R.R. Tolkien.

Un capitán de 15 años, Miguel Strogoff, 10 mil leguas de viaje submarino, todos de Julio Verne. aunque realmente podría mencionar muchos más, cito los tres primeros que leí.

Colmillo blanco, de Jack London.

Los tres mosqueteros, de Alejandro Dumas.

Los tigres de Mompracem, de Emilio Salgari

soy un lector casi fanático de Julio Verne e Issac Asimov. la lectura es mi pasión.

Virginia dijo...

EN BUSCA DE MI HISTORIA*
Creo que no hay palabras para describir la sensación que sientes al leerte por primera vez tu libro favorito. Una historia en la que tú y solo tú eres el único protagonista, el único que importa de verdad. Ojalá se pudiese volver a experimentar esa sensación más a menudo. Hasta entonces, seguiré perdiéndome entre cientos de historias, y formando la mía propia.

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