martes, 24 de enero de 2012

Escribir no es fácil

Hace un tiempo mi profesor de Dialectología dijo algo que me hizo pensar, lo cual es de agradecer en los tiempos que corren. Fue algo más o menos así:
Ustedes son muy cultos, aunque digan que no. Son cultos porque saben escribir.
No hablaba de escribir una obra literaria, ni una redacción compleja. Hablaba de escribir. Esto que estoy haciendo yo para que vosotros lo leáis si tenéis la bondad. Y, si lo pensamos un poco, tiene toda la razón.

Aprender a escribir es un proceso que nos ocupa prácticamente toda la vida, si queremos hacerlo bien. O sin el «prácticamente». Desde que enttramos a la escuela que aprendemos a distinguir las letras hasta que llegamos, si llegamos, a un segundo de bachillerato pueden pasar más de diez años. Y entonces dudamos si «esclavo» va con x o con s y si «gobierno» va con v o con b.

Escribir un texto mínimamente presentable exige un gran trabajo. Hace poco tuve que presentar un trabajo libre sobre un tema en concreto. Tuve que pensar las ideas que quería transmitir, cómo las quería transmitir y después seleccionar las palabras para hacerlo. Y una vez aquí, cuando ya cada idea tenía su párrafo, que era de esa idea y de ninguna más, tuve que revisar. Revisar y volver a revisar. Porque las palabras son caprichosas y a veces salen dos iguales sin quererlo, y en ocasiones el bendito y a la vez maldito teclado escribe letras donde no debía. A todo esto, el trabajo me ocupó tres folios. ¿Cuánto se tarda en leer tres folios?

A veces, acostumbrados a la situación actual donde todos o casi todos podemos optar a una educación decente, nos olvidamos de todo lo que hemos conseguido. Nos olvidamos de que sabemos escribir y de que esto es un logro muy grande. Nos olvidamos de que todo lo que leemos ha sido escrito por alguien que ha tenido que pasar por el mismo proceso u otro parecido para poder hacerlo.

Reflexionando sobre el complejo acto de escribir, ¿cómo no voy a amar las letras? Todos deberíamos.

2 comentarios:

Invitado dijo...

Las palabras y las letras son una herramienta más en la vida pero no la única ni la más importante. La vida no está hecha de palabras.

gadi dijo...

Sí, pero las palabras rigen nuestra vida. Palabras de amor, de afecto, palabras que nos prometen un mañana mejor, las palabras de los políticos que nos engañan... Estoy de acuerdo en que la vida no está hecha sólo de palabras, pero a veces son el único sustento que nos queda. Tampoco hay que desmerecelas ;)

Gracias por pasarte y comentar.

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