Pensamientos dispersos sobre política e internet

Acabamos de pasar unas elecciones generales en España. Como todos sabrán, ha salido el PP. Lo mismo de siempre, pero es que no podía ser de otro modo en un sistema electoral que favorece a los partidos grandes.

Votar a un partido minoritario en una ciudad a la que le corresponden pocos diputados es prácticamente tirar el voto. Se sabe que el sistema es injusto y no se hace nada por un motivo muy simple: intereses, lo que mueve el mundo.

Por otro lado, la gente sigue votando en blanco, haciendo votos nulos o no votando. Sólo hay que mirar un poco para darse cuenta de que estos tres actos son exactamente lo mismo: favorecer a los mismos de siempre. O, mejor aún, se vota al PP para castigar al PSOE o viceversa, como si no hubiera nada más ahí fuera.

Sabemos lo que costó conseguir el derecho a voto y aún así la gente lo desprestigia diciendo que «no cree en el sistema». Un pensamiento válido y respetable si el sistema no estuviera como está, en el que es mejor votar al partido más minoritario, aunque no se esté de acuerdo, aunque sea en una provincia con pocos diputados, que votar nulo, en blanco o no votar. Porque no es lo mismo tirar el voto que regalarlo.

Y luego tenemos a los «usuarios de internet», que creen que pueden montar una revolución desde Twitter o un blog. Se ven cosas como «Aritmética 20N, ¡hackeemos el sistema!». Como si la minoría que usamos internet fuéramos representantes de algo.

Por usar las redes sociales para actuar ha ocurrido lo que todos hemos visto, que el movimiento 15M, tan idílico y sano como era, al final no tiene nada de lo que fue en un principio. Se hizo más ruido en mayo, con unas elecciones locales, que en noviembre con las nacionales.

Las revoluciones no se hacen desde las redes sociales, que es lo mismo que decir que no se arregla el mundo desde el bar o la famosa revolución desde el sofá. Porque la información es fragmentada. Inmediata, pero fragmentada y con mucho lugar a equívocos, el pan nuestro de cada día en Twitter.

Yo no entiendo de política. No soy un reaccionario, no pretendo dar lecciones a nadie, no hago revoluciones. Pero me da mucha lástima la falta de concienciación en temas políticos y ver a gente que piensa que porque un tema sea Trending Topic en Twitter ya tiene calado nacional y se va a cambiar el mundo.

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