viernes, 16 de noviembre de 2007

Las cuatro rosas, capítulo X

LAS CUATRO ROSAS

X


Pasaron 4 meses y Ana, recuperada de las lesiones que ella misma se produjo tuvo que comparecer ante el juez, que le dijo: “Señorita Márquez, cuente usted las razones que le llevaron a asesinar a Jesús García y a Juan Pérez”. “Si me permite, señoría, me gustaría contar una historia que aclarará dos casos” dijo Ana con la cabeza agachada sentada justo en frente del juez. “Proceda” dijo el Juez acomodándose en el sillón. Ana subió la mirada y dijo: “Hace unos 5 o 6 meses fui a casa de mi amiga Sara, y mientras ella se duchaba entré en la carpeta donde se le guardaban las conversaciones con las personas a través del Messenger. Miré una que eran las que había tenido con Jesús y allí vi como Jesús le declaraba su amor, le decía que la amaba, que si estaba conmigo era porque yo le daba pena. A mí como puede usted imaginar, señoría, los celos me comieron y estuve durante mucho tiempo pensando en qué podía hacer para vengarme de Jesús y de Sara, que me había ocultado algo que me incumbía a mí tanto. Tras pensar se me ocurrió algo, aproveché una tarde en la que no tenía clases de inglés y en la que Sara estaba de compras para entrar en el Messenger de Sara haciéndome pasar por ella y hablé con Jesús. Le dije que había estado pensando, que lo quería y que quería que estuvieran juntos. Pero a mí no me bastaba con eso, quería saber cuánto la quería y hasta donde era capaz de llegar por ella, así que le dije que la única manera de que ellos pudieran estar juntos era matando a Manuel. Y mi sorpresa fue que a la noche siguiente Manuel murió asesinado por su hermano. Estaba tan furiosa que en cuanto la encontré, cogí la ropa llena de sangre de Jesús y la entregué a la policía, quería que ese cabrón se pudriera en la cárcel por haberme engañado y querer ponerme los cuernos con otra, con mi amiga. Y así lo hice, lo entregué, nadie iba a sospechar de mí, piensen, ¿Qué persona iba a inculpar a otra persona siendo ella la culpable?, pues una que sabía que, en caso de que Jesús cantara, la mayor perjudicada iba a ser Sara. Y así fue, ella fue la que pagó. Con lo que yo no contaba era con que Jesús se escapara de su celda para ir a matarme, pero por suerte me adelanté y lo maté a él. No quería, pero yo no quiero ir a la cárcel así que tuve que liquidar al único testigo de mi asesinato, Don Juan, pobre hombre. Sara… pues Sara no es más que una tonta que se mató, no supo aguantar, mi castigo para ella era que sufriera dentro de la cárcel, pero el castigo que ella se ha dado, aún me gusta más. Y eso es todo señoría, sé que me pueden caer muchos años, pero qué más me da, no tengo antecedentes, estaré fuera en nada de tiempo, pero a esos cabrones les queda toda una vida de condena en el infierno.” El juez dictó sentencia: “Señora Márquez, queda usted condenada a 50 años de cárcel por los asesinatos de Jesús García, Juan Pérez y Manuel García.
Dos agentes se fueron hacia la joven y la prendieron, ella se resistía pero la llevaban forzosamente hacía la puerta. En el forcejeo que mantenía con los agentes consiguió quitarle la pistola a uno de ellos. La tomó, aun teniendo las manos esposadas y la subió hasta su pecho, al llegar a él dijo: “No iré a la cárcel, yo siempre gano” Ana apretó el gatillo y se disparó en el corazón cayendo muerta al suelo de la sala mientras la sangre fluía por la herida producida por la bala. Todos en la sala quedaron atónitos con la escena y el silencio se apoderó de los presentes.

David entró por la puerta del cementerio vestido con un abrigo negro y un gorro y se dispuso a buscar una lápida de entre las muchas que allí había. Se paró en frente de una en la que decía: “Aquí yace Ana Márquez, cuyos celos y odio han hecho que hoy esté aquí, descanse en paz”. David cogió cuatro rosas y las arrojó encima de la lápida diciendo: “Todos han vuelto a ser polvo, tú, como siempre, le llevas la contraria, toma, cuatro rosas, una por cada vida que mataste, ya que tú nunca has tenido”. Se dio la vuelta y se marchó de allí con lágrimas en los ojos y las manos en los bolsillos. Cuando David salió del cementerio, una ráfaga de viento recorrió el cementerio por todos sus rincones y por el aire volaba una rosa que se fue a posar en la lápida de Ana.

Fin

por: el Pater

Espero que os haya gustado :D

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Veamos, se me ha pedido que critique y a ello me lanzo >:D

@migo "El Pater":

En general, la historia está bien y tal. No es una maravilla, no te voy a mentir, pero es bastante ligera e intriga no le falta. Supiste llevarla bien.

Ahora lo bueno, errores de forma y estilo (mis favoritos XD):
- Para empezar, [tachar]horrores[/tachar] errores ortográficos a mansalva, de los que me consta que tienes constancia (valga la rebuznancia).
- Nombres demasiado comunes. Sí, es una historia corta y desenfadada. No te pido que los llames Raistlin, Peter o Scofield, pero el punto es que consigas que el lector sepa a quién te estás refiriendo cuando lo nombras. De haberlos descrito más (la falta de descripción, en caso de haber sido más largo el relato, también hubiera sido un fallo importante), hubiese convenido hacer referencia a ellos mediante su trabajo, su relación con otros personajes, etc. Aunque podemos pasar por alto ésto por la susodicha razón.

Anónimo dijo...

- Falta o exceso de estilo incoherentemente distribuido (qué fisno soy, coño). Mientras que empiezas el texto con unas florituras poéticas de gran calidad, luego escribes en un tono totalmente distinto. Esto sorprende al lector más como un guiño que como un fallo, pero al largo de todo el texto se hace más claro que se trata de lo segundo. No quisiera rebuscar en el texto en busca de citas, pero creo recordar un párrafo bastante poético (en la declaración de David a Sara, si no me equivoco), con una respuesta más bien falta de estilo. O viceversa, no me acuerdo. Importante especificar lo de "El Messenger"; realmente le quita mucho estilo al texto y más bien parece que estés de coña (o quizá es que yo haya leído demasiadas veces Mésenller en la Frikipedia). Me puedes decir que es para hacerlo más user-friendly, pero con todo lo demás no acaba de cuadrar. Volviendo al inicio del párrafo, lo más importante es que pasas rápido de un estilo muy poético a la carencia total de estilo, muchas veces en desacorde a lo que estás narrando. Cabe mencionar también la frialdad con la que mencionas las muertes del capítulo IX; suelo preferir que no se ensañen demasiado en este tipo de cosas (nah, miento; si no no me gustarían los libros [tachar]de fantasía épica[/tachar] frikis), que hace que parezcan unos personajes secundarios cualquiera sin ninguna trascendencia.

Anónimo dijo...

Quisiera hacer incapié en que dichos errores se hacen bastante leves teniendo en cuenta la extensión y el tipo de relato, pero no está de más mencionarlo si quieres llevar ésto un paso adelante. Me gustaría aclararte mi respeto y amistad por Gadi y, por ende, por ti. Sin ella, es posible que no lo hubiese leído entero; en cambio, visité el blog con bastante frecuencia esperando a que se publicaran más capítulos.

Espero que mi lenguaje haya sido lo suficientemente poco incisivo o pedante como para no llevarme un alubión de insultos por tu parte. Me suele gustar picar a la gente, pero ésta no era la ocasión. Lo lamentaría mucho si pensaras lo contrario.

Saludos, Lord Kanchi

El Pater dijo...

No es mi estilo insultar a nadie en ningún sitio, y desde luego hoy no voy a hacerlo. Me parece bien que critiques (si no hay crítica no hay corrección):
- Sobre las faltas ortográficas son las propias que se dan cuando se escribe sin más y no las he revisado porque no he leído mi texto, me aburre leer una historia que sé como acaba.
- Los nombres demasiado comunes, soy de los que le doy más importancia a la historia que a los personajes, por eso no se describen, para que a través de la historia se vaya descubriendo como es cada uno. Para mí un nombre en inglés no da más prestigio a un texto.
-En cuanto a lo del estilo poético que se pierde, la situación en la cual está la declaración de amor es una situación de amor, de poesía, pero cuando se describe la muerte y los trapicheos he usado un lenguaje más coloquial porque usar metáforas con un asesinato sería embellecerlo, y no es plan xd.

Nada más, espero que te haya gustado y que sepas que el cómo está escrito es fruto de la escritura automática y de querer hacerlo más cercano al lector, que el lector lea algo que sea como se habla

El Pater dijo...

Por cierto, gracias por comentar

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