Gadius Empire cerró en octubre de 2012 tras más de cinco años de actividad y tras haber pasado por un hosting y dominio propio.
En febrero de 2013 nace el blog de Adrián Perales, casi continuación directa pero con un carácter más serio de partida. Poco a poco iré moviendo las entradas que considere oportunas. Os espero a todos allí.
miércoles, 13 de febrero de 2013
miércoles, 10 de octubre de 2012
Este blog llega a su fin
Todo proyecto tiene su principio y su final, y siento que ya a este le ha llegado su hora. La poca actividad se viene observando desde 2011, y es que ciertamente ya no tengo más ganas de publicar bajo Gadius Empire, a pesar del cambio de plataforma y la compra del dominio.
Tengo que pasar página. Este espacio me ha servido durante mucho tiempo para compartir mis pensamientos, trucos sobre Linux, reseñar anime, cine, literatura... pero sus irregularidades a lo largo del tiempo hacen que cada vez me cueste más publicar en él. Cumplió su función, por lo que le tengo mucho cariño, pero no tiene la continuidad y calidad que ahora mismo necesito, la calidad que (creo) haberle dado a los artículos de este blog desde hace un tiempo.
Dejaré que el dominio caduque, tras lo cual lo devolveré a Blogger, a su dirección original. Tengo pensado iniciar un nuevo blog, que quizá no diste mucho de lo que vengo haciendo aquí, pero aún no lo sé. Lo que tengo muy claro es que Gadius Empire ha cumplido su función y ya no quiero seguir publicando en él.
Muchas gracias a todos aquellos que depositaron su confianza en mí para resolver alguna cuestión de GNU/Linux, por leer mis opiniones y reseñas y, en definitiva, por haberse detenido en leer siquiera durante un minuto alguna de las entradas de este blog. Fue bonito mientras duró, pero recordad que sigo estando en Twitter, y si finalmente empiezo otro blog lo avisaré por aquí.
Hasta pronto.
Tengo que pasar página. Este espacio me ha servido durante mucho tiempo para compartir mis pensamientos, trucos sobre Linux, reseñar anime, cine, literatura... pero sus irregularidades a lo largo del tiempo hacen que cada vez me cueste más publicar en él. Cumplió su función, por lo que le tengo mucho cariño, pero no tiene la continuidad y calidad que ahora mismo necesito, la calidad que (creo) haberle dado a los artículos de este blog desde hace un tiempo.
Dejaré que el dominio caduque, tras lo cual lo devolveré a Blogger, a su dirección original. Tengo pensado iniciar un nuevo blog, que quizá no diste mucho de lo que vengo haciendo aquí, pero aún no lo sé. Lo que tengo muy claro es que Gadius Empire ha cumplido su función y ya no quiero seguir publicando en él.
Muchas gracias a todos aquellos que depositaron su confianza en mí para resolver alguna cuestión de GNU/Linux, por leer mis opiniones y reseñas y, en definitiva, por haberse detenido en leer siquiera durante un minuto alguna de las entradas de este blog. Fue bonito mientras duró, pero recordad que sigo estando en Twitter, y si finalmente empiezo otro blog lo avisaré por aquí.
Hasta pronto.
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Blog
viernes, 31 de agosto de 2012
Cinco blogs que habría que enmarcar
Aprovecho la fecha en que tradicionalmente se celebraba el Día del blog para recomendaros cinco blogs que, en mi opinión, son imprescindibles. Mucuchos de los artículos de estos blogs han acabado en mi Instapaper para leerlos con más calma, alejado de la vorágine que es el lector RSS, y más de una vez he pensado que habría que poner sus artículos en un libro porque realmente merecen la pena.
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Internet
miércoles, 29 de agosto de 2012
Vídeo: Me gusta leer
Me he encontrado con este vídeo en Anilibro. Se unen varias cosas: la lectura, la tipografía y que es de Random House Mondadori, responsables de Debolsillo, editorial donde más cómodo me resulta leer. Tiene todos los elementos para que me guste. Es de 2008 pero, ¿qué más da?
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lunes, 13 de agosto de 2012
Enamorado de Spotify
Debido a mi reciente instalación de Ubuntu 12.04 he podido acceder a un programa que, la verdad, no pensaba que podría disfrutar tanto: Spotify. Ya me hice una cuenta hace un tiempo por pura curiosidad e instalé el programa con Wine, pero obviamente el rendimiento no es el mismo que una aplicación nativa. Hace poco el cliente experimental para GNU/Linux añadió soporte para cuentas gratuitas, así que se dieron las circunstancias idóneas para instalarlo.
A estas alturas supongo que ya todo el mundo habrá habrá oído mencionar o estará usando Spotify, pero para quien no lo conozca, se trata de un servicio de música por streaming que funciona a través de una aplicación para el escritorio y para el móvil, con versión gratuita y de pago. La versión gratuita tiene una restricción de 10 horas de música al mes más publicidad; los planes de pago son dos, cada cual con distintas ventajas y, obviamente, sin publicidad.
En mi caso particular me gusta Spotify por muchas razones, aunque no es un sustituto de la música en local sino un complemente muy útil. Ya no escucho sólo un estilo musical como hace algunos años (que sólo buscaba rap o heavy metal): escucho un poco de todo, cualquier artista o género musical es bienvenido. Además, muchas veces me recomiendan o aparecen grupos interesantes para escuchar. Hasta ahora la opción de YouTube, Grooveshark o «el método tradicional» han estado ahí, pero ninguno me parece tan rápido como Spotify por su organización, facilidad y características más allá de la mera reproducción.
Porque Spotify, además de tener una gran colección de artistas y álbumes (he probado con artistas menos comerciales, como Sharif o Xhelazz, y están) tiene el componente social de crear y compartir listas de reproducción, con amigos, contactos o desconocidos. Además, recientemente han añadido una característica que lo hace aún más interesante: las aplicaciones, con las que podemos conseguir letras de la canción que escuchemos o acceso a listas de reproducción por género, estado de ánimo, etc.
También tiene opciones para ser un reproductor normal, de nuestra música local, pero es muy deficiente en ese aspecto: contamos con reproductores mucho mejores para cumplir esta función, tanto en GNU/Linux como en el resto de sistemas.
Yo estoy usando la cuenta gratuita porque la publicidad no me parece tan molesta como algunos dicen (después de todo es como escuchar radio, algún anuncio de tanto en tanto) y porque no tengo un móvil para aprovechar la cuenta premium. Pero la verdad es que, por todo lo que ofrece, no me molestaría pagar esos 5 o 10€ mensuales que cuestan los planes Unlimited y Premium, respectivamente. Además, ofrece un período de pruebas de 30 días.
Al ser un programa de música por streaming tiene dos problemas: la necesidad de estar conectado a internet y la calidad del audio. Con respecto al primero, es cierto, cuando no tengas internet ni una cuenta premium se acabó el invento, pero para esos casos aún tenemos nuestra música en local. Respecto a la calidad del audio, personalmente no soy capaz de apreciar la diferencia entre calidades (a no ser que me pongan delante un MP3 de 64kbps y uno de 320, claro) así que disfruto la música del mismo modo que la que guardo en mi disco duro.
Por último, he encontrado aplicaciones que me resultan tremendamente útiles. La primera de ellas fue Classify, la que descubrí gracias a Blogoff, y que sirve para ayudarme en esa antigua tarea personal de escuchar música clásica. Una parecida a Classify pero aplicada a más estilos es ShareMyPlaylists. También hay aplicaciones que nos ponen por delante letras de canciones a la vez que suenan, como son TuneWiki o MusiXmatch.
El programa ofrece integración con Facebook, algo que no gustó a muchos pero que a día de hoy nos puede resultar útil, ya que podemos compartir lo que escuchamos con nuestros contactos desde el mismo programa o publicarlo en nuestra biografía. También puede enviarse lo que escuchamos a nuestra cuenta de Last.FM.
En definitiva, me parece que Spotify es una muy buena manera de descubrir música y disfrutarla sin muchas complicaciones. Para todo lo que ofrece soportar un poco de publicidad o lo que cuesta una cuenta Premium me parece un precio más que aceptable.
Te invito a que en los comentarios me cuentes tu experiencia con Spotify, tu opinión sobre él, si tienes alguna lista de reproducción interesante o si recomiendas alguna aplicación.
A estas alturas supongo que ya todo el mundo habrá habrá oído mencionar o estará usando Spotify, pero para quien no lo conozca, se trata de un servicio de música por streaming que funciona a través de una aplicación para el escritorio y para el móvil, con versión gratuita y de pago. La versión gratuita tiene una restricción de 10 horas de música al mes más publicidad; los planes de pago son dos, cada cual con distintas ventajas y, obviamente, sin publicidad.
En mi caso particular me gusta Spotify por muchas razones, aunque no es un sustituto de la música en local sino un complemente muy útil. Ya no escucho sólo un estilo musical como hace algunos años (que sólo buscaba rap o heavy metal): escucho un poco de todo, cualquier artista o género musical es bienvenido. Además, muchas veces me recomiendan o aparecen grupos interesantes para escuchar. Hasta ahora la opción de YouTube, Grooveshark o «el método tradicional» han estado ahí, pero ninguno me parece tan rápido como Spotify por su organización, facilidad y características más allá de la mera reproducción.
Porque Spotify, además de tener una gran colección de artistas y álbumes (he probado con artistas menos comerciales, como Sharif o Xhelazz, y están) tiene el componente social de crear y compartir listas de reproducción, con amigos, contactos o desconocidos. Además, recientemente han añadido una característica que lo hace aún más interesante: las aplicaciones, con las que podemos conseguir letras de la canción que escuchemos o acceso a listas de reproducción por género, estado de ánimo, etc.
También tiene opciones para ser un reproductor normal, de nuestra música local, pero es muy deficiente en ese aspecto: contamos con reproductores mucho mejores para cumplir esta función, tanto en GNU/Linux como en el resto de sistemas.
Yo estoy usando la cuenta gratuita porque la publicidad no me parece tan molesta como algunos dicen (después de todo es como escuchar radio, algún anuncio de tanto en tanto) y porque no tengo un móvil para aprovechar la cuenta premium. Pero la verdad es que, por todo lo que ofrece, no me molestaría pagar esos 5 o 10€ mensuales que cuestan los planes Unlimited y Premium, respectivamente. Además, ofrece un período de pruebas de 30 días.
Al ser un programa de música por streaming tiene dos problemas: la necesidad de estar conectado a internet y la calidad del audio. Con respecto al primero, es cierto, cuando no tengas internet ni una cuenta premium se acabó el invento, pero para esos casos aún tenemos nuestra música en local. Respecto a la calidad del audio, personalmente no soy capaz de apreciar la diferencia entre calidades (a no ser que me pongan delante un MP3 de 64kbps y uno de 320, claro) así que disfruto la música del mismo modo que la que guardo en mi disco duro.
Por último, he encontrado aplicaciones que me resultan tremendamente útiles. La primera de ellas fue Classify, la que descubrí gracias a Blogoff, y que sirve para ayudarme en esa antigua tarea personal de escuchar música clásica. Una parecida a Classify pero aplicada a más estilos es ShareMyPlaylists. También hay aplicaciones que nos ponen por delante letras de canciones a la vez que suenan, como son TuneWiki o MusiXmatch.
El programa ofrece integración con Facebook, algo que no gustó a muchos pero que a día de hoy nos puede resultar útil, ya que podemos compartir lo que escuchamos con nuestros contactos desde el mismo programa o publicarlo en nuestra biografía. También puede enviarse lo que escuchamos a nuestra cuenta de Last.FM.
En definitiva, me parece que Spotify es una muy buena manera de descubrir música y disfrutarla sin muchas complicaciones. Para todo lo que ofrece soportar un poco de publicidad o lo que cuesta una cuenta Premium me parece un precio más que aceptable.
Te invito a que en los comentarios me cuentes tu experiencia con Spotify, tu opinión sobre él, si tienes alguna lista de reproducción interesante o si recomiendas alguna aplicación.
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Internet
sábado, 28 de julio de 2012
Sobre las grandes empresas
Desde que uso GNU/Linux, y sobre todo de un tiempo a esta parte, siempre he intentado buscar alternativas a todo. Las grandes empresas ya tienen muchos datos y venden mucho como para contribuir yo también, pensaba. Pero finalmente el tiempo me ha demostrado que si la gente confía en ellas es por alguna razón, y es que tienen el poder para hacer las cosas bien, y el hecho de que lo use un gran número de personas la mayoría de las veces siempre es para beneficio de todos. Repasaré algunos ejemplos, mezclando servicios en la red con electrónica.
jueves, 26 de julio de 2012
Usando Ubuntu 12.04
Desde que he terminado la carrera me estoy planteando muchas cuestiones, y una de ellas es el uso que le doy a mi ordenador. No os asustéis: no he cambiado mi querido GNU/Linuz por Windows ni me he comprado un Mac (al menos por ahora), pero es el momento de aceptar y cambiar ciertos aspectos.
Por mucho que me guste, Chakra acaba siendo una distro deficiente para un uso real del ordenador, que debe ser una herramienta, no algo en lo que invertir tiempo con configuraciones. Aún tengo ese tiempo para gastarlo, pero llegará el momento en que no lo tenga, y si quiero un software escrito en GTK, el CCR es insuficiente. No puedo estar preocupándome de si un software está o no está: necesito una distribución con repositorios completos, donde pueda encontrar todo tipo de programas, ya sean GTK o QT, con posibilidad de instalar lo que necesite. Y si no está en los repositorios, que haya una opción sencilla para hacerlo.
Esto me ha llevado irremediablemente a una de mis primeras distros: Ubuntu (aunque yo en su momento usé Xubuntu). Conozco bien sus defectos (actualización cada seis meses que puede acarrear problemas que antes no estaban, la arbitrariedad en algunos aspectos...) pero también sé que ha evolucionado mucho y que sigue siendo la reina en cuanto a «instala, usa y disfruta», no por nada atrae a más y más usuarios nuevos. Además, Canonical está haciendo acuerdos para introducir paquetes comerciales en su Centro de Software (ya hay un buen número) por si algún día los necesito.
El escritorio Unity, tan polémico, no me disgusta tanto como podía pensar. El mayor desacierto que veo es que el lanzador no funcione como gestor de tareas (hay que pulsar el botón «minimizar» para conseguir tal efecto, y yo estoy acostumbrado a pulsar el botón de la aplicación en el panel). Bien es cierto que no deja configurar mucho y que no ofrece la libertad de modificarlo y adaptarlo a nuestro gusto, pero está la opción de instalar otro entorno de escritorio (incluido KDE).
La selección de software tampoco me parece muy acertada, pero eso es algo que se soluciona fácilmente, sobre todo siendo yo un usuario con experiencia. Polly por Gwibber, Pidgin por Empathy, y aún estoy probando sustitutos para Rhythmbox. También he instalado Lightread (una de esas aplicaciones que me era imposible probar en Chakra) y un notificador de correos para el lanzador llamado Unity Mail, bastante apañado.
Para resumircca las bondades de Ubuntu en mi equipo: la velocidad de arranque (ni punto de comparación, de verdad, Unity se inicia rapidísimo en mi sobremesa, KDE se eterniza), la disponibilidad de software antes mencionada y no tener que tocar absolutamente nada tras la instalación. Lo típico: actualización y selección de software, pero conecté la impresora y no tuve que instalar ni HPLIP. Además, en Chakra habrá algún problema con los drivers de mi tarjeta gráfica o algo (aún tengo que comentarlo) que me da la impresión de que mi monitor se calienta menos y los vídeos a 1080p no se ven con unas extrañas líneas que aparecen con el movimiento.
Ubuntu también tiene a su favor la cantidad de documentación que existe, en todos los idiomas, por ser una de las distros más usadas. Basta con poner en Google lo que sea más Ubuntu más versión para que aparezcan centenares de páginas con posibles soluciones. En otras distros ese número se reduce considerablemente, más cuanto más minoritaria sea (lo cual deja a Chakra con su foro y su wiki).
Esto no quiere decir, claro está, que me vaya a quedar definitivamente aquí. Si veo cualquier tipo de problema probaré otra distribución, pero eso sí, de las generales o basadas en ellas, con mucho software disponible y de fácil instalación y configuración. De todos modos no he eliminado directamente Chakra, sigue en la primera partición del disco y accesible desde el gestor de arranque, al menos hasta que no me decante definitivamente por otra distribución, si es que lo hago.
Por mucho que me guste, Chakra acaba siendo una distro deficiente para un uso real del ordenador, que debe ser una herramienta, no algo en lo que invertir tiempo con configuraciones. Aún tengo ese tiempo para gastarlo, pero llegará el momento en que no lo tenga, y si quiero un software escrito en GTK, el CCR es insuficiente. No puedo estar preocupándome de si un software está o no está: necesito una distribución con repositorios completos, donde pueda encontrar todo tipo de programas, ya sean GTK o QT, con posibilidad de instalar lo que necesite. Y si no está en los repositorios, que haya una opción sencilla para hacerlo.
Esto me ha llevado irremediablemente a una de mis primeras distros: Ubuntu (aunque yo en su momento usé Xubuntu). Conozco bien sus defectos (actualización cada seis meses que puede acarrear problemas que antes no estaban, la arbitrariedad en algunos aspectos...) pero también sé que ha evolucionado mucho y que sigue siendo la reina en cuanto a «instala, usa y disfruta», no por nada atrae a más y más usuarios nuevos. Además, Canonical está haciendo acuerdos para introducir paquetes comerciales en su Centro de Software (ya hay un buen número) por si algún día los necesito.
El escritorio Unity, tan polémico, no me disgusta tanto como podía pensar. El mayor desacierto que veo es que el lanzador no funcione como gestor de tareas (hay que pulsar el botón «minimizar» para conseguir tal efecto, y yo estoy acostumbrado a pulsar el botón de la aplicación en el panel). Bien es cierto que no deja configurar mucho y que no ofrece la libertad de modificarlo y adaptarlo a nuestro gusto, pero está la opción de instalar otro entorno de escritorio (incluido KDE).
La selección de software tampoco me parece muy acertada, pero eso es algo que se soluciona fácilmente, sobre todo siendo yo un usuario con experiencia. Polly por Gwibber, Pidgin por Empathy, y aún estoy probando sustitutos para Rhythmbox. También he instalado Lightread (una de esas aplicaciones que me era imposible probar en Chakra) y un notificador de correos para el lanzador llamado Unity Mail, bastante apañado.
La única personalización está en los lanzadores
Para resumircca las bondades de Ubuntu en mi equipo: la velocidad de arranque (ni punto de comparación, de verdad, Unity se inicia rapidísimo en mi sobremesa, KDE se eterniza), la disponibilidad de software antes mencionada y no tener que tocar absolutamente nada tras la instalación. Lo típico: actualización y selección de software, pero conecté la impresora y no tuve que instalar ni HPLIP. Además, en Chakra habrá algún problema con los drivers de mi tarjeta gráfica o algo (aún tengo que comentarlo) que me da la impresión de que mi monitor se calienta menos y los vídeos a 1080p no se ven con unas extrañas líneas que aparecen con el movimiento.
Ubuntu también tiene a su favor la cantidad de documentación que existe, en todos los idiomas, por ser una de las distros más usadas. Basta con poner en Google lo que sea más Ubuntu más versión para que aparezcan centenares de páginas con posibles soluciones. En otras distros ese número se reduce considerablemente, más cuanto más minoritaria sea (lo cual deja a Chakra con su foro y su wiki).
Esto no quiere decir, claro está, que me vaya a quedar definitivamente aquí. Si veo cualquier tipo de problema probaré otra distribución, pero eso sí, de las generales o basadas en ellas, con mucho software disponible y de fácil instalación y configuración. De todos modos no he eliminado directamente Chakra, sigue en la primera partición del disco y accesible desde el gestor de arranque, al menos hasta que no me decante definitivamente por otra distribución, si es que lo hago.
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GNU/Linux
martes, 24 de julio de 2012
Zelda Spirit Tracks
Tengo este juego para Nintendo DS desde enero de 2010 (¡sí! ¡me lo regalaron por reyes, acertaste!) y hasta hace poco no lo he acabado. Es el segundo Zelda que juego en una consola 'real' (los demás los he jugado en emulador) y, al igual que el anterior para esta consola, me ha gustado muchísimo, aunque en menor medida.
Ha transcurrido mucho tiempo desde los sucesos de Phantom Hourglass. Ahora la gente vive en tierra y la base del mundo son las vías sagradas que colocaron los Dioses. Pero últimamente algo anda mal: las vías desaparecen. Nosotros seremos los encargados de investigar qué pasa cuando la princesa Zelda (de la que soy muy fan en este título dado que tiene una utilidad real) nos convoque para nombrarnos Maquinista Oficial del Reino.
Como podéis ver, una premisa sencilla, como la mayoría de esta saga. Y como en la mayoría de juegos de esta saga (¿todos?), tendremos que ir de mazmorra en mazmorra, solucionando puzzles y abatiendo enemigos para abrirnos paso, con el fin de solucionar la situación. Todo esto sumado a una gran cantidad de misiones secundarias, aunque la mayoría no aparece hasta bien entrados en la historia.
Este juego me ha gustado menos que Phantom Hourglass. Repite el mismo esquema de juego (mucha importancia del lápiz táctil, anotamos en el mapa, objetos parecidos...) pero tiene un gran problema: el medio de transporte. Nos movemos en tren, y aunque tenemos portales para movernos más rápido entre zonas... son casi en vano. Una o dos velocidades más no hubieran venido nada mal, porque los viajes se hacen cansinos y largos, sobre todo si no hacemos misiones secundarias para desbloquear vías, ya que (obviamente) no tenemos tanta libertad para elegir dirección. Además, cada vez que superemos un templo tenemos que volver a un lugar a hacer una misión que sigue siempre el mismo esquema, lo que puede resultar repetitivo.
El juego hace gala de una banda sonora fantástica. Además de las canciones que suenan para acompañarnos por los diferentes escenarios, tenemos una flauta con la que podemos interpretar ciertas canciones para abrir caminos (las que tocamos para acceder a los templos son puro amor). En el apartado visual no hay novedad: estilo cartoon, el mismo que su antecesor.
En definitiva: si eres fan de Zelda, juega Spirit Tracks que te darán igual sus defectos; si te gustó Phantom Hourglass lo más probable es que este también lo haga ya que mantiene el mismo esquema, pero en caso contrario el tren y la repetición pueden hacer que te resulte cansino y pesado.
Para acabar, una reflexión sobre The legend of Zelda. No deja de sorprenderme cómo con una premisa sencilla e introduciendo una novedad por juego (eso sí, muy importante y en la que se basa todo el título) consigue hacer que deseemos el 100%. Te introduce en su entorno, llegas a sentir mucho aprecio por sus personajes. Este título es de una portátil y es normal que no tenga voz, pero en sobremesa tampoco los doblan, todo es texto. A esto hay que sumarle que el personaje protagonista, Link, no dice ni una palabra (ni siquiera en texto), sólo lo que nosotros le indicamos. Es decir, nosotros somos Link. Y a pesar de todo es un personaje sumamente carismático. La suma de estos elementos tienen como resultado una inmersión formidable, consigue que el mundo del juego sea tan nuestro como de sus habitantes.
Ha transcurrido mucho tiempo desde los sucesos de Phantom Hourglass. Ahora la gente vive en tierra y la base del mundo son las vías sagradas que colocaron los Dioses. Pero últimamente algo anda mal: las vías desaparecen. Nosotros seremos los encargados de investigar qué pasa cuando la princesa Zelda (de la que soy muy fan en este título dado que tiene una utilidad real) nos convoque para nombrarnos Maquinista Oficial del Reino.
Como podéis ver, una premisa sencilla, como la mayoría de esta saga. Y como en la mayoría de juegos de esta saga (¿todos?), tendremos que ir de mazmorra en mazmorra, solucionando puzzles y abatiendo enemigos para abrirnos paso, con el fin de solucionar la situación. Todo esto sumado a una gran cantidad de misiones secundarias, aunque la mayoría no aparece hasta bien entrados en la historia.
Este juego me ha gustado menos que Phantom Hourglass. Repite el mismo esquema de juego (mucha importancia del lápiz táctil, anotamos en el mapa, objetos parecidos...) pero tiene un gran problema: el medio de transporte. Nos movemos en tren, y aunque tenemos portales para movernos más rápido entre zonas... son casi en vano. Una o dos velocidades más no hubieran venido nada mal, porque los viajes se hacen cansinos y largos, sobre todo si no hacemos misiones secundarias para desbloquear vías, ya que (obviamente) no tenemos tanta libertad para elegir dirección. Además, cada vez que superemos un templo tenemos que volver a un lugar a hacer una misión que sigue siempre el mismo esquema, lo que puede resultar repetitivo.
El juego hace gala de una banda sonora fantástica. Además de las canciones que suenan para acompañarnos por los diferentes escenarios, tenemos una flauta con la que podemos interpretar ciertas canciones para abrir caminos (las que tocamos para acceder a los templos son puro amor). En el apartado visual no hay novedad: estilo cartoon, el mismo que su antecesor.
En definitiva: si eres fan de Zelda, juega Spirit Tracks que te darán igual sus defectos; si te gustó Phantom Hourglass lo más probable es que este también lo haga ya que mantiene el mismo esquema, pero en caso contrario el tren y la repetición pueden hacer que te resulte cansino y pesado.
Para acabar, una reflexión sobre The legend of Zelda. No deja de sorprenderme cómo con una premisa sencilla e introduciendo una novedad por juego (eso sí, muy importante y en la que se basa todo el título) consigue hacer que deseemos el 100%. Te introduce en su entorno, llegas a sentir mucho aprecio por sus personajes. Este título es de una portátil y es normal que no tenga voz, pero en sobremesa tampoco los doblan, todo es texto. A esto hay que sumarle que el personaje protagonista, Link, no dice ni una palabra (ni siquiera en texto), sólo lo que nosotros le indicamos. Es decir, nosotros somos Link. Y a pesar de todo es un personaje sumamente carismático. La suma de estos elementos tienen como resultado una inmersión formidable, consigue que el mundo del juego sea tan nuestro como de sus habitantes.
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sábado, 23 de junio de 2012
Sobre el cierre de Vagos (actualizada)
Hoy me he levantado con la noticia de que han cerrado Vagos.es por una denuncia de la Ley Sinde. Tras meditarlo un poco debo decir que me parece bien, o mejor dicho, no me parece mal del todo. Pero esto es solo la punta del iceberg de una reflexión mayor. Leed esto como las palabras de un usuario escéptico, cada vez más desencantado. No quiero convencer a nadie ni pienso que yo tenga la verdad absoluta.
sábado, 16 de junio de 2012
A la espera de las calificaciones
Ayer día 15 de junio de 2012 hice el último examen de mi Licenciatura en Filología Hispánica. En estos momentos me encuentro a la espera de las calificaciones para saber si termino ahora o en septiembre. Dudo bastante lo segundo y, en cualquier caso, ya estoy de vacaciones y con la carrera (casi) acabada.
Da un vértigo tremendo pensar que ya han pasado los cinco cursos. He aprendido mucho en este tiempo, y no sólo en lo que se refiere al ámbito académico. Ha cambiado mi concepción respecto a muchas cosas. He cometido errores, alguno en el ámbito internauta, pero espero estar en paz con las personas afectadas si las hubo. En definitiva, he seguido viviendo, aprendiendo y disfrutando, que es lo importante.
Se me plantea un verano largo. Quiero hacer un máster que empieza en noviembre, así que tengo cuatro meses que quiero aprovechar, como siempre digo y casi nunca cumplo. Se me han planteado algunas oportunidades de cara al futuro que que no voy a despreciar.
Una de mis ideas para este verano es dejar de consumir contenidos y volver a crearlos yo. Apenas escribo en el blog, hace mucho que no compongo ningún relato, tampoco hago imágenes... realmente no estoy haciendo mucho. Y no quiero oxidarme.
Esto, obviamente, afecta al espacio que estás leyendo. He pensado en seguir haciendo transformaciones, pero a la vez no quiero apresurarme porque tampoco tengo nada claro. La tónica seguirá siendo la misma de estos últimos meses: cuando salga algo lo publicaré, y mientras... nada.
Mucho ánimo a todos aquellos que aún estáis de exámenes. Pensad que cada uno que hagáis es uno menos que queda para el final :)
Da un vértigo tremendo pensar que ya han pasado los cinco cursos. He aprendido mucho en este tiempo, y no sólo en lo que se refiere al ámbito académico. Ha cambiado mi concepción respecto a muchas cosas. He cometido errores, alguno en el ámbito internauta, pero espero estar en paz con las personas afectadas si las hubo. En definitiva, he seguido viviendo, aprendiendo y disfrutando, que es lo importante.
Se me plantea un verano largo. Quiero hacer un máster que empieza en noviembre, así que tengo cuatro meses que quiero aprovechar, como siempre digo y casi nunca cumplo. Se me han planteado algunas oportunidades de cara al futuro que que no voy a despreciar.
Una de mis ideas para este verano es dejar de consumir contenidos y volver a crearlos yo. Apenas escribo en el blog, hace mucho que no compongo ningún relato, tampoco hago imágenes... realmente no estoy haciendo mucho. Y no quiero oxidarme.
Esto, obviamente, afecta al espacio que estás leyendo. He pensado en seguir haciendo transformaciones, pero a la vez no quiero apresurarme porque tampoco tengo nada claro. La tónica seguirá siendo la misma de estos últimos meses: cuando salga algo lo publicaré, y mientras... nada.
Mucho ánimo a todos aquellos que aún estáis de exámenes. Pensad que cada uno que hagáis es uno menos que queda para el final :)
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Vida cotidiana