Las malas costumbres del aficionado al carnaval

Como ya hice el año pasado, en este concurso estoy comentando las sesiones desde la cuenta de Twitter de mi otro blog, Al compás gaditano. Dado que es la cuenta del blog sigo a todo aquél que me siga y para ver los comentarios de la gente sobre la agrupación que está cantando, en lugar de mirar la línea de tiempo principal (que es una locura) sigo la etiqueta COAC2012, que también es una locura a veces pero en menor medida.

Haciendo esto y con la experiencia que ya tengo leyendo y escuchando comentarios de la gente que opina de carnaval, hay una serie de malas costumbres que se llevan viendo durante años y que me parecen muy feas. Hago aquí un repasito, esperando que nadie se me enfade y sabiendo que las generalizaciones son odiosas: no todo el mundo es así. Quien me lea debe tener en cuenta siempre que es la opinión de un aficionado más, ni mejor ni peor. Voy a hablar de todos en una única entrada para no aburrir a mis lectores habituales de otros lugares con un tema tan local.

Comparar a las agrupaciones de Cádiz con las de fuera
Hace muchos años que los premios se unificaron, ya no hay premio regional y local: todos compiten al mismo nivel. Pero los aficionados siguen dividiendo. «Si esta agrupación no fuera de Cádiz la abuchearían», «Es mejor que muchas de Cádiz», «¡Para que los gaditanos aprendan que fuera también sabemos hacer carnaval!» y comentarios de este estilo que, como comentario, no tienen «maldad». Hasta que la tienen.

Si todos pisan el Falla, si todos compiten por un premio, valorémoslas según su repertorio, lo que nos gusta y no nos gusta, olvidándonos si es de Cádiz o no. Esto crea un separatismo inútil. Es normal que cada cual tire para su tierra, pero no debería pasar de ahí. No voy a entrar aquí si el hecho de venir de fuera influye en el veredicto del jurado.

Dar premios desde preliminares
En cuanto actúa una agrupación con calidad, ya la gente la está metiendo en la final. Desde la primera fase y a falta de dos más (si pasan). Está muy bien que guste más o menos una agrupación, pero ya meterla en una final, donde sólo hay tres puestos por cada modalidad, me parece excesivo, sobre todo habiéndola escuchado sólo una vez. Porque queda mucho concurso por delante y pueden cantar mejores, porque pueden dar un bajonazo, por mil razones.

Es una forma de expresarse como otra cualquiera, pero que en un primer pase y en una primera escucha se califique a los grupos de finalistas o, directamente, de primeros premios, es una actitud que pude hacer más mal que bien dependiendo de quién lea. Las opiniones hay que darlas moderadamente siempre, desde nuestro gusto que para eso son opiniones, pero moderando la expresión, y este es uno de los aspectos donde habría que hacerlo.

Dar protagonismo a las agrupaciones de baja calidad
Este año, como todos, ha habido agrupaciones que han destacado únicamente por la baja calidad en sus repertorios. Pues cuando se dio el pase a cuartos esas agrupaciones casi colapsaron el protagonismo de las que sí tenían calidad, por los típicos comentarios en broma (del tipo «Va a pasar X» siendo X la que todos sabemos que va a quedar de las últimas). Cuando los hace una persona sola todo bien, pero cuando muchísima gente coincide en la misma gracia creo que hacen un flaco favor.

Pensar que el concurso empieza en cuartos de final
Esto no es algo que ocurra sólo a los aficionados, también piensan lo mismo las agrupaciones consagradas, olvidando que el pase de preliminares es uno más y que también tienen que demostrar su calidad en él, que luego vienen las lamentaciones del tipo «es que nos pesó la puntuación de preliminares, por eso no hemos pasado». Pues por algo será.

Por su parte, los aficionados, incluso los que se llevan todas las preliminares pendientes del carnaval, piensan que en cuartos es cuando comienza lo bueno. Seré yo muy raro pero a mí lo que me parece más interesante del carnaval son las preliminares porque es cuando se conoce todo, cuando cada mínimo detalle de una agrupación es una sorpresa: tipo, música y letras de pasodobles y de cuplés, popurrí, todo.

Respeto a aquellos que empiezan a ver el concurso desde cuartos de final, puedo entender a aquellos que en preliminares sólo ven a sus favoritas, pero hay que tener bien claro que el concurso tiene su fecha de inicio y una primera fase que también cuenta y hay que valorar. Yo en lo personal, aunque reconozco que llevo haciéndolo poco tiempo, creo que lo mejor es escucharlo todo, o cuanto más mejor, desde preliminares. Para así tener opiniones lo más fundamentadas posible.

Olvidar que el carnaval es libertad de expresión
Un autor canta un pasodoble y al segundo está todo el mundo indignado (que es una palabra que está muy de moda), la mayoría de las veces sin haber entendido el significado de la copla, que muchas veces no es nada complicado, basta con mirar las palabras. ¿Indignarse con una copla en una fiesta cuya mayor virtud es la libertad de expresión que ofrece, que es para divertirse?

Y exactamente lo mismo pienso de los que van pregonando que un autor «se ha pasado» en sus letras, intentando demostrar que contra viento y marea que el autor se equivoca. Una copla no deja de ser la opinión de un autor, puede ser sincera o no, pero eso es lo menos importante: ha dado su opinión y hay que respetarla. Si ha metido la pata hasta el costado se comenta y punto, pero no es necesario montar la de Dios es Cristo.

Por supuesto, los aficionados son libres de expresarse como los autores, pero en ocasiones se ven unas censuras, unos límites insospechados que asustarían al más pintado. Una copla que hace que ya se tache a un autor de tal o cual modo.

Olvidar que el «carnaval de Cádiz» es de Cádiz
Aquí voy a hablar de un autor en concreto porque es al que más se le llama «chovinista», y que me tachen de lo que quiera cada uno. Antonio Martín es un autor que lleva cuarenta y cuatro años sobre las tablas (que ya eso debería ser suficiente aval para que pueda decir lo que quiera) y que todos los años le escribe a la Viña, a la Caleta y a su Cádiz. «Que el carnaval no es de Cádiz que es del barrio la Viña», dijo una vez, y medio internet cabreado. «Chovinismo barato» lo llaman.

¿No resulta paradójico que en una fiesta de Cádiz se censure a un autor que le escribe a Cádiz? Porque a mí me lo parece, y mucho. Yo como aficionado al carnaval respeto a todos los autores, a los que escriban a Cádiz y a los que escriban para que les entiendan en todas partes, pero no olvido que este concurso es de donde es y si un autor quiere escribirle a la calle donde nació y decir que para él la fiesta se centra allí, libre es de hacerlo. Como dije antes, no hay que censurarle por ello o poner el grito en el cielo.

Está genial que el concurso se haya globalizado pero jamás debemos olvidar sus raíces. He hablado de Antonio Martín porque es al que más se critica, pero podría haber mencionado a muchos otros. Más de una vez y de dos he leído eso de que el carnaval no es solo Cádiz y eso de «¿dónde se quedó eso de que el gaditano nace donde le sale de los cojones?». Gaditanismo (sea lo que sea eso) puede sentir todo el mundo, pero Cádiz es Cádiz.

Sólo seguir a los nombres consagrados
Cada vez veo más claro que los nombres hacen mucho daño al carnaval, y ya no sólo hablo de los fanatismos (a favor o en contra de un autor, que los dos son iguales). En preliminares es lo más común ver que aparece muchísima gente para comentar cuando canta el cabeza de serie de esa noche, o preguntando durante toda la sesión que cuándo canta (esto es lo más gracioso del mundo porque van antes del descanso, así que actúan entre las once y once y media siempre; pues preguntan).

Me llama mucho la atención esto porque generalmente sólo se fijan en los cabeza de serie (un sistema que debería suprimirse en mi opinión) y sólo en algunos, cuando a veces hay otros nombres igual de consagrados o más, a veces incluso más conocidos que esas agrupaciones y que pasan sin pena ni gloria. También se pierden posibles sorpresas de agrupaciones poco conocidas o directamente nuevas que quizá no pasen de preliminares y que se merecen al menos una escucha.

Pero ya no es sólo el hecho de encender la tele cuando cante el nombre de turno (que como ya dije, lo puedo respetar), es ver cómo ciertos autores son intocables. No se puede hacer una crítica más o menos dura porque se lanzan al cuello a ponerte de vuelta y media, personas que posiblemente sean las primeras en criticar a agrupaciones menos conocidas o a otros nombres que no son su favorito.

Conclusión
Por supuesto yo no tengo la verdad absoluta, ni en esto ni en nada; no pretendo censurar a nadie ya que no me gusta que nadie censure; y nunca hay que olvidar que esto es carnaval, es sólo una fiesta para divertirse y que no hay que tomársela muy en serio. Pero leer ciertas actitudes, ciertos comentarios, pueden aguar el carnaval a mucha gente. Que internet es muy bonito y el carnaval más, no hay necesidad de disgustarse porque una crítica a una agrupación no guste. Creo que evitando ciertas actitudes todos disfrutaríamos más de una fiesta tan hermosa como es el carnaval de Cádiz.

PD: No quiero dejar pasar esta oportunidad sin mencionar el comentario más gracioso de todos: «eso también lo hago yo», «así escribo yo también una comparsa». Pues coge un papel y un boli y ponte a ello, campeón, y después hablamos. Que para criticar no hace falta ser un experto en lo que se está hablando pero desprestigiar el trabajo de un autor es algo muy diferente.

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